SEGURIDAD
Rutas más seguras para los venezolanos migrantes
Y sin correr riesgos. Ese es el objetivo del análisis que está haciendo la OIM de las rutas por las que se desplazan los migrantes venezolanos en Colombia. Ya se está estudiando el trayecto Cúcuta-Bogotá.
Se ven caminando a un costado de las vías en grupos de 100 o 200 personas para protegerse mutuamente. Mujeres embarazadas, adultos mayores y niños que esperan atravesar el país en dos o tres semanas desde Cúcuta hasta Ipiales. Las cifras de las personas en tránsito son un cálculo que han realizado diferentes organizaciones que diariamente recorren las carreteras entre la ciudad fronteriza y Bogotá.
Con el fin de ofrecer insumos para llevar a cabo una caracterización de los puntos críticos y de las necesidades más urgentes de las personas que se movilizan por esta zona, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) viene desarrollando un estudio de la ruta Bogotá-Cúcuta. Este análisis permitirá conocer y entender la dinámica migratoria y formular recomendaciones sobre mecanismos de atención para esta población.
“Con el estudio podremos conocer la probabilidad de ocurrencia de situaciones humanitarias en las rutas que los migrantes de Venezuela usan”, aclara Hugo Sánchez, especialista en asistencia humanitaria de la OIM. De acuerdo con análisis preliminares adelantados por esta organización y la Cruz Roja, las necesidades de los migrantes van desde el transporte terrestre y primeros auxilios hasta información sobre procesos migratorios en Colombia y otros países de destino, como Perú o Ecuador.
La OIM ya ha realizado este tipo de estudios en países como Bangladesh y Afganistán, en donde fue posible mejorar la toma de decisiones de los gobiernos y acompañar a los migrantes para que su recorrido no se convirtiera en un calvario.
En Colombia se realizará un diagnóstico rápido para establecer los perfiles de los migrantes, conocer la ruta exacta que siguen y determinar en qué lugares es clave habilitar puntos de atención en donde, por ejemplo, los caminantes puedan hacer un alto en su camino para hidratarse y recibir productos de protección solar. “La idea es hacer un monitoreo constante de la ruta, desde el ingreso que hacen al país hasta el último punto”, sostiene Sánchez.