CINE
Compliance
Basada en un hecho real sucedido en 2004, esta obra independiente muestra lo que sucede cuando se siguen irreflexivamente las órdenes de una figura de autoridad.
País: Estados Unidos
Año: 2012
Director: Craig Zobel
Guión: Craig Zobel
Actores: Dreama Walker, Ann Dowd y Pat Healy.
Duración: 90 minutos.
Al final de esta película hay un letrero advirtiendo que en distintas partes de Estados Unidos se han reportado más de 70 casos similares. Y lo que acabamos de ver es algo terrible, angustioso, una muestra del sufrimiento innecesario y absurdo que produce el ejercicio del poder y su obediencia ciega.
Pero, si uno investiga mejor, está claro que la cifra hay que matizarla un poco. Los 70 casos similares no son, en realidad, tan similares. Está basada, sí, en un hecho que tiene tanto de real como de terrible. Los otros 69 de la advertencia no llegaron a tanto.
Compliance recrea un caso sucedido en Kentucky en 2004, cuando un hombre que se identificó como policía llamó a un McDonald’s rural y obligó al gerente del restaurante a retener a una cajera, haciéndola cumplir con varios procesos humillantes y absurdos. En la película todo sucede en un restaurante ficticio y en el estado de Ohio, de resto sigue detalladamente el incidente original, recreando lo sucedido con un ritmo lento y tortuoso.
La muchacha es una adolescente rubia de ojos grandes (Dreama Walker) y la victimaria es la gerente cincuentona del restaurante donde trabaja (Ann Dowd). En sus interacciones antes de la llamada está claro que hay un abismo entre las dos. La muchacha desprecia –con desprecio impaciente de adolescente– a la mujer mayor, que lo nota y resiente. Pero estas pequeñas pinceladas de caracterización son decorativas, no tienen ningún propósito real ni influencia en lo que viene después.
La gerente recibe una llamada de la Policía que le dice que una de sus cajeras ha sido acusada de sacarle dinero de la cartera a una cliente, que necesita que la lleve al cuarto de atrás y le ayude a encontrarlo.
Lo que sucede a continuación parece una pesadilla o un cuento de Kafka y el hecho de que esté basado en un hecho real solo lo hace más inquietante. Estamos ante una ilustración clara de que las órdenes bien dadas son poderosísimas para algunas personas que, sin brújula moral, creen que hacer el bien consiste en acatar lo que le diga la primera figura de autoridad que encuentre en su camino (o del otro lado del teléfono).
La acción tiene lugar una tarde de viernes y el restaurante está repleto, lo que posiblemente contribuye a que en vez de reflexionar sobre lo que está sucediendo y las peticiones de la voz desmaterializada, todos los involucrados le hagan caso, intentando salir del asunto lo más pronto posible. “Terminemos de una vez con esto” repiten unos y otros, como si la premura fuera la mejor crema analgésica y soporífera para la conciencia.
Pero decía que hay algo problemático con lo de los 70 casos similares. Porque sí se reportaron al menos 70 pegas telefónicas a restaurantes regionales en todo el país, pero solo en este caso las cosas llegaron tan lejos. Así que si después de ver Compliance siente deseos de desfallecer y de perder toda esperanza en la humanidad, vale la pena recordar que son pocas las personas tan irreflexivamente susceptibles a la autoridad.
CARTELERA
Una niña sueña con tener una bicicleta en la primera película de ficción de Arabia Saudita, dirigida por Haifaa Al-Mansour.
Los juegos del hambre: En llamas ***
Esta, la segunda entrega de esta serie de ciencia ficción, resulta ser una película mucho más compleja y emotiva que la primera.
El hobbit: La desolación de Smaug ***
La novela de J. R. Tolkien en esta segunda parte es una aventura espectacular y llena de persecuciones.
La vida de Walter Mitty **
Esta azucarada película sigue las aventuras de un tipo soso que se la pasa soñando. Con Ben Stiller.