M U S I C A
Contra viento y marea ‘De Antequera sale un moro’
A pesar de una brillante trayectoria Música Ficta no logró ningún tipo de apoyo para el lanzamiento de su segundo compacto.
Cuando cumplió 10 años de trabajo continuo Música Ficta, un grupo colombiano dedicado al repertorio del renacimiento español y latinoamericano, consideró que era el momento de realizar su primera grabación profesional. Escogieron romances y villancicos de los siglos XV a XVII. Como estas iniciativas son rara avis en nuestro medio ellos mismos asumieron la financiación y producción. El resultado fue impecable, por la calidad musical y por la factura de la realización, que incluyó un libreto con las notas musicológicas en castellano, inglés y francés. Nada qué envidiarle a un proyecto similar de cualquier sello europeo.
En realidad no debería sorprender porque, al repasar la hoja de vida del grupo, es evidente que tienen la formación, la experiencia y la autoridad para lograr estos resultados. Más aún, por increíble que parezca, se presentan con más regularidad en el exterior que en Colombia, en escenarios y festivales tan prestigiosos como el Cervantino en México, Canto delle Pietre en Italia, Sainte-Chapelle, Conciergèrie y Chateau des Maisons Laffitte de París, ‘Off’ Theatre galante de Avignon, St. Nicolas Church de Abbotsbury y Music at Emmanuel de Londres, en Gran Bretaña, para citar unos pocos ejemplos.
Animados por estos antecedentes se lanzaron a la realización de un segundo compacto, que acaba de aparecer en el mercado. Contiene “Música de la España cristiana, mora y judía hacia el año 1492”. El título, De Antequera sale un moro, deriva de una de las obras que trae, una composición de Miguel de Fuenllana escrita en tiempos de Felipe II.
De nuevo está la seriedad y el profesionalismo de Música Ficta, ahora enfrentando un repertorio aún más complejo y comprometido, porque en la selección de obras de Juan de Encina, Luis Milán, Gabriel Mena, Miguel de Fuenllana y autores anónimos sefarditas, el oyente encuentra todas las influencias de la música hispana de la época, en particular la de Andalucía, que a su vez deriva de la música del norte del Africa y de la cultura islámica.
Una vez más el oyente encuentra un magnífico y hermoso texto explicativo (en tres idiomas), impecable producción e ingeniería de sonido. Pero sobre todo la gran calidad de la interpretación, la riqueza y versatilidad en los instrumentos de época, las sutilezas en el manejo de voces e instrumentos, un poco en la mitad del camino entre cierta manera de hacer la música popular y la muy académica. Buena parte de las ornamentaciones, pasajes instrumentales y vocalizaciones son producto de la investigación musicológica a fondo; también el cuidadoso manejo de tiempos y ritmos, que ellos mismos han derivado del estudio inteligente de la prosodia y escandación natural de los textos.
Nuevamente un disco con calidad y categoría internacional. Y nuevamente también fueron ellos mismos quienes asumieron producción y financiación del disco. Lo que resulta inconcebible es que para hacer el lanzamiento no hayan conseguido el apoyo de absolutamente ninguna entidad cultural, tampoco un espacio en alguna de las salas de concierto de Bogotá.
“Desalentador tocar en tantas puertas, pero ninguna se abrió”, declaró Jairo Serrano, cantante, intérprete de percusión, laúd y sinfonía, uno de los miembros del grupo que conforman, además, Juan Carlos Arango, Daniel Zuluaga, Leonor Convers, Carlos Serrano y Santiago Zuluaga. Sí, desalentador, para decir lo menos.