LA MAGIA DE NORMA
Norma Aleandro, mundialmente reconocida por su primera película "Historia oficial", se presenta en Bogotá maravillando al público
El 24 de junio de 1976, Norma Aleandro salía corriendo de su país natal, Argentina, luego de haber sido víctima de dos atentados. En efecto, la actriz estaba presentando el mismo espectáculo que actualmente ofrece el Teatro Nacional --"Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor"-- en el Teatro Corrientes de Buenos Aires, el 23 de junio, cuando, en un momento de la obra en que baja la luz, tiraron al escenario una bomba de gases lacrimogenos a la vez que aparecieron volantes exigiendo que se fuera del país. El público se asustó mucho e inmediatamente se canceló la función. Norma Aleandro, con su mismo vestido del escenario, llega a su casa en taxi, adonde el marido siempre la espera para comer después de la función. Se tomó un valium y se acostó cuando a las tres de la mañana, un ruido los despierta. La planta baja de la casa había sido destruida por una bomba explosiva. Veinte minutos más tarde, una llamada confirmaba que las dos bombas habían sido puestas por el mismo comando que demandaba la salida de Norma Aleandro de la Argentina en 24 horas. Seis horas después estaba con su esposo y con su hijo de catorce años, en el Uruguay. Entonces, comienza la época del exilio: un año y medio en el país vecino mientras el consulado argentino renueva su pasaporte y luego varios años en Madrid. Por primera vez en su vida, Norma Aleandro se sintió incapaz de subir al escenario y durante dos años, aunque siguió escribiendo y dirigiendo obras, no actuó.
"Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor" nació, podría decirse que pese a ella misma. Muchas personas le habían propuesto que hiciera un show unipersonal, pero el hecho de ensayar sola le hacía descartar la idea. Sin embargo, siempre había querido contar cuentos a la manera de los trovadores orientales, y gracias a la insistencia de un amigo uruguayo se decidió. En la introducción al espectáculo, ella cuenta que escogió el amor, entre otras cosas porque este tema tiene tantas facetas que se puede clasificar en amores de prestigio y amores desprestigiados. Así, basándose en textos de Lope de Vega, Federico García Lorca, Pedro Muñoz de Seca, Baltazar del Alcázar, José Manuel Marroquín, La Pirri, Jacques Prevert, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, en algunos anónimos y en obras de su propia creación, la actriz hace un recorrido ameno, en el que priman sus dotes de interpretadora. Porque es sorprendente, a medida que cuenta las historias, ver cómo se va transformando en los personajes más diversos y antagónicos. El lenguaje corporal de Norma es perfecto. Contribuye a su expresión no solamente los ojos, la nariz, la boca, la voz, las manos, su flexibilidad, sino cada músculo y cada tendón. En "La señorita de Tacna" de Vargas Llosa, es donde alcanza el máximo de su versatilidad al interpretar a una centenaria que confiesa sus "grandes" pecados cada semana: el orgullo y la mentira. Simultáneamente recuerda su juventud y en ese momento, la vieja se transforma en una joven llena de ilusiones. Es un verdadero milagro. Para crear este espectáculo, Norma buscó "que fueran muy buenos los personajes, que fuera gracioso lo que dijeran para réírse o sonréír, pero que lo entendiera cualquier persona aunque fuera analfabeta". Y el propósito se cumple a cabalidad.
Norma Aleandro, como ella misma confiesa, nació en las tablas. Sus padres eran actores y desde los doce años empezó a trabajar en forma profesional en el teatro. Pero también tiene otras pasiones: escribe a diario y ha publicado varios libros, entre ellos "Poemas y cuentos de Atenázor", de la Editorial Sudamericana. Actualmente lleva cinco meses trabajando en una novela.
Para esta actriz, el escenario es un lugar sagrado: "Es un lugar donde de pronto suceden cosas que no tienen nada que ver con la vida de una realidad ordinaria. Es un lugar donde, si tú cumples ciertas leyes sagradas del escenario --de absoluto respeto y entrega al trabajo--, ese lugar donde se ofician los ritos sagrados te ayuda a elevarte espiritualmente. ¿Cómo se logra esto?, te lleva años buscarlo, pero cuando se ha logrado, cada trabajo es una aventura nueva. Hay millones de maneras de acercarse a un personaje para el mismo actor. Si tu respeto es muy grande hacia los seres humanos, cuando estás armando un personaje lo haces con mucho respeto y te acercas a él con el mismo cuidado que a una persona que está naciendo.
De la misma manera, también te acercas con mucho cuidado a tu parte interna, si te respetas. Cuando has armado a una persona y te atreves a vivirla en el escenario, empiezan a pasar cosas mágicas. El actor tiene el privilegio de nacer, vivir y morir muchas veces".
En 1981, Norma Aleandro se ve obligada a volver a la Argentina porque su hijo, que ya tiene 18 años, debe prestar el servicio militar, pues, si no lo hace, será declarado desertor y no puede volver a entrar en su país. Al mismo tiempo, en Madrid muere un amigo y actor argentino y los exiliados sienten que se están muriendo con él, de tristeza... Con mucho miedo regresa y la Junta Militar le permite actuar, pero sólo en teatro.
No puede hacer cine, ni televisión, ni radio y está prohibido mencionar su nombre. En 1983, el director de cine, Luis Puenzo, le propone a Norma Aleandro participar en "Historia oficial", película que se filma en el 84. El estreno, a principios de 1985, coincide con el comienzo de los procesos contra los militares, por lo cual es un momento muy tenso. Sin embargo, la película tiene un éxito rotundo no sólo en la Argentina sino también en Europa y Estados Unidos. En mayo, "Historia oficial" compite en el Festival de Cannes y Norma Aleandro gana el. premio de mejor actriz.
Luego, en Cartagena, le es otorgado el premio de mejor actriz y el de mejor película en el Festival de Festivales de Toronto, el premio del público; el premio de la crítica de Los Angeles, el Globo de Oro; el premio de la crítica de Nueva York como mejor actriz --primera vez que se lo dan a una extranjera--, y en la actualidad está nominada al Oscar de mejor película y al Oscar de mejor actriz.
Cuando termine, el 28 de febrero, su espectáculo en Bogotá, Norma Aleandro viajará a Los Angeles y luego será presentadora en la entrega de los premios Oscares para confirmar la iniciación de otra etapa de su vida --la del cine--, aunque el teatro seguirá siendo su pasión vital.--
Diana Lloreda
"Historia oficial"
"Historia oficial", la película nominada actualmente como una de las cinco mejores del año por la Academia de Hollywood. Produce una reacción que se siente cuando se le ve en cualquier escenario, sea en La Habana o Cartagena o Nueva York, la reacción ante una historia que puede ser la de miles de mujeres argentinas, cuyos hijos fueron secuestrados y más tarde entregados a desconocidos para que borraran su pasado. La protagonista, una profesora muy severa, que se ha enterado a traves de las paredes a través de rumores que nadie se atreve a confirmarle, de algunos sucesos que ella considera atroces, pero los que, hasta entonces, nunca la rozan, nunca la afectan porque ella tiene su vida feliz, bien organizada, su marido encabeza una empresa importante que tiene grandes negocios con el gobierno y la niña que tienen, aunque es adoptada, también es un símbolo de esa seguridad. Hasta cuando todo ese orden, toda esa felicidad comienzan a temblar, cuando la sospecha surge, cuando esa mujer que lo tiene todo de golpe descubre que no, que todo lo sucio y todo lo violento también le tocan aunque no quiera; el dolor de sospechar, sólo sospechar, que esa niña es hija de una "desaparecida". Ahí es donde la película de Luis Puenzo y Norma Aleandro cobra otra dimensión, deja de ser ficción para penetrar en el mundo alucinante de la realidad de las locas de la Plaza de Mayo, la realidad de los miles de ajusticiados por los militares, la realidad que convierte la película, aun con toda su carga melodramática en un documento. Y Norma Aleandro, cuando se encuentre este 24 de marzo a las seis de la tarde en Los Angeles, en plena ceremonia de los Oscares, sabrá que si su película gana, las hijas de los desaparecidos habrán sido vengadas, como la niña de esta película que se queda sola, meciéndose, cantando una tonada infantil.--