CULTURA

Las enseñanzas de la placa de la discordia

El homenaje a Vernon enciende el debate sobre qué tipo de memoria histórica construyen los dirigentes colombianos.

Jorge Cote, especial para Semana.com
5 de noviembre de 2014
| Foto: ElUniversal.com

El pasado viernes 31 de octubre, el príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa, Camila Parker, junto con el alcalde Dionisio Vélez, develaron una placa en Cartagena que decía: “En memoria al valor y sufrimiento de todos los que murieron en combate intentando tomar la ciudad y el Fuerte de San Felipe bajo el mando del almirante Edward Vernon en Cartagena de Indias en 1741”.

De inmediato la polémica estalló. Escritores, columnistas, historiadores e incluso políticos, no sólo cartageneros sino de todo el país, cuestionaron el hecho. Desde su cuenta de twitter Óscar Collazos trinó: “Ignorancia más arrogancia de clase dan como resultado lo que estamos viendo en Cartagena: servilismo neocolonial”. En este mismo sentido, el exministro de agricultura Juan Camilo Restrepo afirmó: “Blas de Lezo no se rindió ante el almirante Vernon, pero el alcalde Cartagena y Sabas Pretelt cayeron lagartamente ante el príncipe Carlos”.

La politóloga Laura Gil, incluso, fue más lejos al relacionar el contenido de la placa con parte de una política exterior de Colombia: “Temo que la falta de dignidad expresada en esa placa se manifieste también en el campo de la acción internacional”.

Han sido tan duras las críticas, que el exministro Sabas Pretelt, uno de los promotores de la placa conmemorativa, salió a dar explicaciones. En sus declaraciones a los medios dijo: “Todo esto lo ha organizado la Corporación Centro Histórico con la mejor intención y sin aspavientos para promover a Cartagena y tratando de lograr (…) que los ingleses vengan a rendir respetuoso tributo a los muertos, especialmente a los suyos, al igual que los norteamericanos, lo que impulsará el turismo y la historia de la ciudad”.

Las razones dadas por Pretelt, antes que apaciguar las aguas, las agitaron aún más. “Considerar que rendir un homenaje a Vernon contribuirá al aumento del turismo en Colombia es una completa estupidez”, afirmó a Semana.com un importante historiador colombiano que pidió mantener su nombre en reserva. De igual forma se expresó Óscar Collazos: “Las explicaciones de Sabas son una tontería, como que eso de que la placa a los soldados de Vernon atraerá a los turistas de los cruceros. Pero lo peor es que el gol haya pasado por la portería del Ministerio de Cultura y la Cancillería”.

Al ser consultado también por este portal, Arnovy Fajardo, profesor de la Universidad Externado de Colombia, dijo: “Conmemorar la derrota de Vernon, en vez de la victoria de Blas de Lezo, con el objetivo de atraer turistas ingleses, es francamente insultante”.

“Si el propósito era homenajear un personaje inglés con ocasión de la visita del príncipe Carlos, habría sido más acertado buscar entre los viajeros ingleses que en el siglo XIX recorrieron el país y que con su crónicas contribuyeron a su conocimiento geográfico”, aseguró Weildler Guerra, historiador y director del Banco de la República, sede Riohacha.

Para la mayoría de los expertos e historiadores consultados, la placa es un absurdo. “Es como si a raíz de la batalla del Álamo, en la que los texanos perdieron frente a los mexicanos, el gobierno de Estados Unidos instalara una placa en homenaje al mexicano Santana o que para conmemorar la independencia de Texas, en México se inaugurara una placa en honor a David Crocket o de Samuel Houston, personajes que aunque son héroes para los norteamericanos, para los mexicanos son símbolos de una de sus más grandes desgracias: la pérdida de los territorios de Texas y Nuevo México”, afirmó Fajardo.

La polémica ha llegado a tal punto, que el concejal de Cartagena David Múnera Cavadía presentó una proposición para quitar la placa que ya cuenta con el apoyo de intelectuales y escritores cartageneros. Mientras, un ciudadano decidió por su propia cuenta destrozarla. Sin embargo, la indignación que ha causado la placa en honor a Vernon pronto desaparecerá o será reemplazada por otra del momento. Y, como siempre sucede en este país, nada pasará.

Más allá de este caso puntual, el hecho protagonizado por el príncipe Carlos y el alcalde de 'La Heroica' pone sobre el tapete el tema de la memoria histórica. Tema en el que el país también se raja. Los expertos consultados por Semana.com concuerdan en que si bien en las últimas décadas las investigaciones han empezado a destacar el papel histórico de indígenas, afrocolombianos y campesinos, todavía la memoria histórica es elitista y excluyente.

“El problema es que la historia oficial ha sido escrita por las clases dominantes y no se ha escrito la historia de las víctimas, de las mayorías negras, mulatas y mestizas, y su relación con una sociedad excluyente y racista, tanto de la Colonia como de la república”, explica Collazos.

Ejemplos sobran para corroborar lo dicho por el escritor cartagenero. En la historia de la conquista del Caribe colombiano, se exalta a la India Catalina por haber logrado el sometimiento pacífico de algunas culturas indígenas a los españoles, pero se oculta la persecución violenta llevada a cabo por Pedro de Heredia en contra de nativos de la región. En los relatos de la independencia cartagenera se ha preferido exaltar a los criollos blancos antes que a personajes negros y mulatos como Pedro Romero, cuya participación fue decisiva a la hora de independizar Cartagena de los españoles.

El hecho de que en el país impere una memoria histórica excluyente se debe a que todavía existe un fuerte arraigo de lo español y un miedo a otros sectores sociales como los negros y los indígenas. “Colombia todavía tiene un temor hacia los pardos y la cultura afro. Por eso ni en la historia oficial, ni en los monumentos se resalta el papel histórico de mulatos como el almirante Padilla y Pedro Romero”, afirma Guerra. En este sentido se expresa Collazos: “Homenajear a Pedro Romero sería aceptar que un afroamericano estuvo a la cabeza en una revolución de criollos”.

Para el historiador Fabio Zambrano, además del carácter excluyente de la memoria histórica colombiana, también está el problema de la manipulación. Según él, dejar la memoria histórica en manos de los políticos produce resultados tan nefastos como el ocurrido en Cartagena. “Los políticos que no saben de historia se dedican a inaugurar monumentos con nombres de personas famosas para congraciarse con familias poderosas o incluso para pagar favores políticos. Eso es grave porque estamos creando una memoria histórica tergiversada. Imagínese si en el Congreso se hubiera aprobado cambiar el nombre del aeropuerto El Dorado por el de Luis Carlos Galán, ahora estaríamos recordando a un político que, aunque importante, no puede generar una unidad identitaria como sí lo puede hacer el relato de El Dorado”.

Por insignificante que parezca, la placa de Cartagena muestra otra vez que la sociedad colombiana no ha sido capaz de construir ni una identidad nacional, ni una memoria histórica unificadora. El homenaje a Vernon evidencia que las élites cartageneras prefieren recurrir a personajes históricos extranjeros antes de a líderes nacionales. De esta manera permanecerán en la sombra actores o grupos como los 500 flecheros indígenas que defendieron a Cartagena del almirante inglés.