LIBROS

Guía ilustrada de las neurosis colombianas

El libro 'Por eso estamos como estamos' intenta explicar, desde aspectos como la burocracia y la gastronomía, la situación actual de Colombia. Una parodia del país que somos.

14 de diciembre de 2015
El libro fue escrito por el presentador Santiago Rivas, los periodistas Nicolás Samper y Federico Arango, e ilustrado por el artista visual Juanfelipe Sanmiguel. | Foto: Archivo particular.

“Este catálogo ilustrado de neurosis cotidianas promete mejorar sustancialmente la calidad de vida de los colombianos. O por lo menos, de aquellos que con mucha frecuencia se enfrentan a un sistema caído que impide un trámite urgente”. Esto reza la contraportada del libro Por eso estamos como estamos, que lanzó recientemente la editorial Intermedio, y que ofrece una detallada guía para entender cómo pensamos los colombianos. Y claro, para tratar de explicar por qué el país llegó a su estado actual, desde cinco facetas: la burocracia o “el delicado arte de poner obstáculos”, la gastronomía, la cultura, el deporte y el poder.

“Desde hace rato tenemos claro que el arribismo, la desigualdad, el sexismo, el racismo, la corrupción, la tendencia a la doble fila y a siempre pedir ampliada al 150 por ciento la fotocopia de la cedula, la polarización y el querer todo regalado, son defectos endémicos de nuestro país”, reza la introducción de esta obra realizada por el ilustrador y presentador Santiago Rivas, los periodistas Nicolás Samper y Federico Arango, y el artista visual Juanfelipe Sanmiguel.

En palabras de Rivas este libro, que estuvo dos años en construcción, es un compilado de “los temas que a nosotros de alguna manera nos obsesionan, y a los que les dedicamos mucho más tiempo del que merecen”.

En primer capítulo están enumerados “los cinco sacramentos de la burocracia”, entre los que se cuentan: sacar el pasado judicial, la renovación del RUT y las “caídas” del Internet. De éste último se dice: “es quizás el trámite más común y el responsable del mayor número de suicidios y crisis nerviosas al año… una vez lograda la proeza de establecer comunicación con un ser humano éste recomendará, en el 99.9 por ciento de las veces, un procedimiento de alta ingeniería y de muy compleja ejecución: reinicie el computador y desconecte el módem”.

En la sección de gastronomía se cuestiona que los platos típicos de los colombianos del siglo XXI sigan siendo el ajiaco, el sancocho, la posta cartagenera o el mondongo. “Seamos francos: un perro caliente sencillo o con papas, huevo de codorniz y piña… Un paquete de De Todito… una empanada, un pastel de yuca e incluso un Vive 100, son las verdaderas comidas típicas de nuestro país”. Pero además, hay una crítica –burla– hacia la nueva generación de cocineros que convirtieron los platos representativos de nuestra mesa “en terreno de experimentación”. De ellos son hijos, por ejemplo, “la espuma de ajiaco o el mondongo deconstruido”.

También hay espacio para los periodistas y sus “lugares comunes” o clichés: “Momentos de pánico se vivieron…”, “Para nadie es un secreto…”, “Polémico empresario/contratista…”, “Voraz incendio…”, “Para alquilar balcón…”, “Murió tras soportar una penosa enfermedad…”. Y para los políticos y sus típicas respuestas cuando son acusados de corrupción: “Ya le he pedido a los entes de control que investiguen, soy el primer interesado en que se sepa toda la verdad”, “Quieren enlodar una trayectoria hecha a pulso y con el bien común como única motivación”, “El pueblo colombiano me conoce, conoce mi trayectoria y sabe que yo sería incapaz”.

Este catálogo ilustrado es una especie de espejo: cada colombiano se verá en algún momento reflejado en él y podrá responder, desde su propia perspectiva, por qué estamos como estamos.