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Los discos colombianos del año

El país musical pasa por un gran momento y los ritmos autóctonos le dan la vuelta al mundo. Esta selección lo confirma.

Juan Carlos Garay
23 de diciembre de 2017

1. Curao, Nidia Góngora & Quantic: Una fusión perfecta entre la tradición y la tecnología. El productor inglés Will Holland, conocido como Quantic, nos regala este testimonio luego de vivir siete años en el Pacífico colombiano. Sonidos de manglar, ecos de marimba, y sobre todo, la voz poderosa y ancestral de Nidia Góngora. Todo se siente puro y escalofriante.

2. Tiempo, Profetas: Esta unión armoniosa entre una cantante africana y un músico del Chocó tiene más de diez años, pero sin duda con este tercer disco alcanzaron la madurez de su propuesta. Los sonidos de ambas culturas se entrelazan gracias a las bases electrónicas y a un conocimiento profundo de las músicas urbanas que se oyen en el litoral pacífico.

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3. Detrás del sol, Suricato: Pese a que su primera producción, en 2011, se enmarcaba dentro del jazz, el grupo ha ido virando hacia algo más cercano a la canción pop. Todo sin perder el arrebato y el factor sorpresa, lo que hace la transición aún más fascinante. Es la madurez de un proyecto que en principio parecía querer sorprender y que ahora llama a la contemplación.

4. Pa’ qué más, Quniteto Leopoldo Federico: Un quinteto típico de tango (siguiendo el formato de Piazzolla) que, para su segundo disco, decide enfocarse totalmente en el repertorio de pasillos y bambucos. El sonido puede ser extraño en un principio, pero a medida que avanza se va esclareciendo su propuesta. ¡Y qué bien suena el bandoneón en la música andina colombiana!

5. Provinciano, Lucio Feuillet: Dentro de la corriente actual de cantautores, el nariñense Lucio Feuillet tiene una gran claridad de conceptos. Graba las canciones en bloque, como una especie de concierto sin público, y aprovecha para filmar los videoclips. Su universo se nutre de los carnavalitos de Pasto, con una excelente musicalidad sureña y una sensibilidad universal.

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6. Sun a Shine, Elkin Robinson: Hacía mucho que no salía de la Colombia insular una propuesta tan contundente. Elkin Robinson es un cantautor de Providencia con una voz diáfana y una misión internacional: que esta música suene por todo el planeta. Y lo está logrando. Su reciente participación en el Festival Internacional Womex fue un triunfo absoluto.

7. Baile bucanero, Onda Trópica: Cuando apareció el primer disco de Onda Trópica, todos pensamos que esa unión de estrellas de la música tropical era un proyecto irrepetible. Pero volvieron para una segunda explosión, más colorida. La grabación se llevó a cabo en Providencia, gracias a lo cual el calipso se suma a toda la riqueza rítmica.

8. Encuentro, Esteban Copete: Aunque Esteban Copete se ha hecho más conocido en el circuito de festivales folclóricos por su interpretación de la marimba de chonta, en esta ocasión quiere mostrarnos su faceta de compositor y arreglista. El desfile de invitados es de lujo. De hecho, cada canción es una sorpresa y termina revelándonos a un autor sencillo y honesto.

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9. Regocijo, Corrientes: Este es el debut de las hermanas Gabriela y Juanita Sossa, pertenecientes a una dinastía de músicos bogotanos (sus padres fundaron la agrupación Nueva Cultura), que llegan a refrescar la escena con canciones expansivas de mensaje positivo. Zampoñas, guitarras, instrumentos de la India y mucha percusión conforman un sonido inclasificable.

10. El orisha de la rosa, Magín Díaz: Este año despedimos al cantante y compositor Magín Díaz. Nacido en Gamero, Bolívar, fue el caso típico de una fama tardía. Grabó su primer disco a los 93 años y este año recibió tanto el Premio Vida y Obra del Ministerio de Cultura como el Grammy Latino. Dejó este hermoso testamento: El orisha de la rosa.