PERFIL

El otro Steve McQueen

El director de la aclamada película ‘12 años de esclavitud’ es un artista plástico de larga trayectoria. Aunque apenas tiene tres películas ya ha dejado una marca imborrable.

15 de febrero de 2014
A los 44 años, McQueen es un reconocido artista plástico y un premiado director de cine.

Durante mucho tiempo se creyó que en la historia del cine solo había espacio para un Steve McQueen. La leyenda del protagonista de El gran escape, Papillon e Infierno en la torre, entre otras, parecía imposible de superar. Sin embargo, un director negro de 44 años, nacido en Londres, se está convirtiendo en una digna competencia.

McQueen ha estado en la mira de los medios desde el año pasado, cuando se estrenó la cinta 12 años de esclavitud. En efecto, cuando la película se proyectó por primera vez en agosto durante el festival de Telluride, recibió los mejores comentarios de la crítica. Con el paso del tiempo, la historia de un hombre secuestrado y vendido como esclavo –basada en las memorias de Solomon Northup– empezó a llevarse los más importantes galardones de la industria. Hasta el momento, la cinta ha recibido más de 100 reconocimientos, entre los que se encuentran el Globo de Oro a la mejor película y el Premio de la Asociación de Críticos de Estados Unidos. Además, está nominada a nueve premios Oscar, de los cuales, probablemente, se llevará la estatuilla a la mejor cinta del año. McQueen está nominado en la categoría de mejor director y se podría convertir en el primer hombre negro en recibir este premio.

Lo curioso es que no hizo su carrera en los grandes estudios. Al contrario: viene de un mundo opuesto. Nació en una familia de origen caribeño y durante sus años de estudiante tuvo problemas por su dislexia que, según dice, siempre ha tenido una gran influencia en su obra. Sin embargo, recorrió brillantemente las mejores escuelas de Arte en Londres. Empezó a mostrar sus videos e instalaciones, que lo convirtieron en el niño prodigio de las artes visuales en Londres. Tanto así, que en 1999 recibió el premio Turner: el mayor reconocimiento para un artista británico. Un par de años después, en 2002, fue nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico por su aporte a las artes visuales.

Desde sus primeros trabajos, McQueen buscó plasmar en video temas profundamente políticos. En 2007 viajó a Irak para hacer una obra con las tropas de su país. Durante esa misma época, empezó a trabajar en su primer largometraje. Un año después estrenó Hunger, que narra la historia de Bobby Sands, un líder del IRA que murió en prisión en 1981 tras una larga huelga de hambre. La cinta sorprendió al público por su crudeza y le valió a McQueen la Cámara de Oro en el Festival de Cannes. Esa fue también la primera colaboración con Michael Fassbender, quien perdió varios kilos para ese papel y se convirtió en su actor fetiche.

McQueen continuó alternando su tiempo entre su obra plástica y las cintas comerciales. En 2011 estrenó Shame, sobre la adicción al sexo. La película, protagonizada de nuevo por un fantástico Fassbender, sorprendió al público y estuvo entre las mejor comentadas del año. De nuevo McQueen rodó una cinta donde los protagonistas se ven sometidos a un profundo sufrimiento.

En su siguiente proyecto quiso explorar el tema de la esclavitud. Su esposa, Bianca Stigter, le recomendó las memorias de Northup, donde este contaba en detalle cómo fue engañado, secuestrado y sometido a las peores torturas durante 12 años. A McQueen le llamó la atención lo duro de la narración y decidió convertirla en una película. Algunos han criticado la violencia de la cinta y dicen que McQueen, como en otras ocasiones, se excedió con las escenas de tortura. Pero él argumenta que suavizó las tragedias que narraba Northup.

“Tanto ‘Hunger’ como ‘12 años de esclavitud’ se basan en hechos reales relacionados con la falta forzada de libertad, mientras que en ‘Shame’ el protagonista se autoencierra en una adicción, el sexo, una falta de libertad voluntaria. Otra esclavitud. A mí me atrae contar historias de seres humanos que chocan contra los esquemas de sus épocas”, le dijo hace poco el director al diario El País. Sin duda, con estas tres películas McQueen se ha convertido en una voz original e importante en el cine contemporáneo. Y, como su homónimo, se está ganado un lugar privilegiado en el Olimpo del séptimo arte.