FÚTBOL

Murió Eusebio, la "Pantera Negra" del fútbol

El esplendido delantero portugués murió a los 71 años. Fue conocido como la "Pantera Negra" por su agilidad, velocidad y potencia durante en la década de 1960 con Benfica y la selección portuguesa.

Por BARRY HATTON, AP
5 de enero de 2014
Eusebio da Silva Ferreira, la "Pantera Negra" | Foto: AP


Eusebio, el sensacional delantero portugués que superó la pobreza de su niñez en África para convertirse en uno de los grandes futbolistas de la historia, falleció el domingo, informó su club Benfica. Tenía 71 años.

Eusebio da Silva Ferreira nació en Mozambique cuando ese país africano todavía era una colonia portuguesa. Luego fue conocido como la "Pantera Negra" por su agilidad, velocidad y potencia durante su época de oro en la década de 1960 con Benfica y la selección portuguesa.

La mayor de sus gestas fue conducir a Portugal al tercer lugar en el Mundial de 1966. Recibió el Balón de Oro en 1965 y en dos ocasiones (1968 y 1973) ganó la Bota de Oro al máximo goleador europeo. Según la FIFA, marcó 679 goles en 678 partidos oficiales.

Eusebio falleció en su casa de un problema cardiaco a las 3.30 a.m. del domingo, dijo su biógrafo José Malheiro. "Su salud estaba muy mal", declaró a reporteros. El futbolista ingresó al hospital varias veces el año pasado para ser atendido de problemas respiratorios y del corazón.

Cristiano Ronaldo, el capitán de la selección portuguesa que juega en el Real Madrid, comentó en su página de Facebook: "Eusebio siempre eterno, descansa en paz", mientras que el ex capitán portugués Luis Figo, Jugador del Año de la FIFA en 2001, tuiteó: "El rey!! Gran pérdida para todos nosotros! El más grande!!"

"En este triste día de la muerte (de Eusebio)... prefiero verlo como inmortal", declaró José Mourinho, el entrenador portugués del Chelsea, a la Radiotelevisao Portuguesa.

El gobierno portugués decretó tres días de luto nacional y dispuso que las banderas ondeen a media asta. La Federación Portuguesa de Fútbol ordenó que se guarde un minuto de silencio antes de los partidos del domingo en la Copa de Portugal.

En un mensaje por cadena nacional de televisión, el presidente portugués Aníbal Cavaco Silva elogió "la simpatía y humildad" de un hombre que nunca dejó que la fama se le subiera a la cabeza. "Su talento le dio alegría a generaciones, inclusive para quienes no estaban vivos en los momentos más gloriosos de su carrera", dijo el mandatario.

Los elogios hacia Eusebio no se hicieron esperar en el mundo del fútbol.

"El fútbol ha perdido una leyenda. Eusebio siempre tendrá su lugar entre los grandes", dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Otro astro del balompié, el alemán Franz Beckenbauer, dijo en Twitter: "Uno de los jugadores más grandes del fútbol ha fallecido".

Sus goles más famosos fueron los cuatro que anotó contra Corea del Norte en los cuartos de final de la Copa del Mundo de 1966. Con su equipo abajo 3-0, el artillero se encargó de remontar el marcador con sus cuatro dianas para conducir a Portugal a una victoria por 5-3.

En una épica final de la Copa de Europa ante Real Madrid en 1962, cuando una tripleta de Ferenc Puskas parecía darle el título al equipo español, Eusebio anotó los últimos dos goles con los que Benfica completó la remontada en la victoria 5-3 que le permitió repetir como campeón continental.

Eusebio nació en Maputo, la capital de Mozambique, durante la Segunda Guerra Mundial. Se crió en la pobreza extrema, pero su talento para el fútbol llamó la atención de Benfica que lo fichó a los 18 años.

Su popularidad en Portugal era de tal magnitud que en 1964, cuando clubes italianos ofrecieron por su ficha cifras impensadas para la época, el entonces dictador del país Antonio Salazar decretó que el delantero era un "tesoro nacional", lo que significaba que no podía ser vendido al extranjero.

Portugal perdió en semifinales 2-1 contra Inglaterra, un encuentro en el que Eusebio anotó el único gol de su selección con un penal a los 82 minutos. La Pantera Negra salió llorando de la cancha, una imagen que sólo acrecentó el cariño que le tenía el pueblo portugués.

De todas formas, fue el máximo artillero del torneo con nueve dianas, y su partido contra Corea del Norte lo hizo inmortal para los hinchas portugueses.

En ese duelo en Goodison Park en Liverpool, Portugal tuvo un comienzo de pesadilla y perdía 3-0 después de 23 minutos.

"Nos tomaron por sorpresa", recordó Eusebio en una entrevista con la AP en el Mundial de 2010 en Sudáfrica. "Recuerdo bien lo que (el compañero Antonio) Simoes dijo cuando perdíamos 3-0. Decía, 'mientras no perdamos por cuatro goles, todavía podemos remontar'. Y tenía razón".

Eusebio encabezó la legendaria remontada al encarar repetidamente a la defensa norcoreana, y marcó cuatro goles en poco más de 30 minutos.

Después de sus dos primeros goles, sacó la pelota de la red, corrió hasta el centro del campo y puso el balón en el punto central para reanudar la acción. Empató el marcador a los 56 y luego hizo su cuarto desde el punto de penal, cuando la zaga norcoreana ya estaba totalmente desmoralizada.

"Ese fue el mejor partido de mi vida con la camiseta de Portugal", señaló Eusebio. "Me marcó para siempre".

Eusebio anotó 41 goles en 64 partidos con la selección.

Un grupo de 100 expertos reunidos por la FIFA eligió en 1998 a Eusebio como uno de los 10 mejores futbolistas de la historia.

"Sólo hay dos negros en la lista: Pelé y yo", comentó Eusebio sobre esa distinción. "Lo considero como una gran responsabilidad, porque estoy representando a Africa y Portugal, mi segundo hogar".

Con Benfica ganó 11 títulos de la liga portuguesa, cinco Copas de Portugal, y al día de hoy es el mejor futbolista que ha pasado por las Aguilas. Una estatua suya de bronce, a punto de patear un balón, adorna el exterior del Estadio da Luz del club de Lisboa.

Luego de cinco operaciones en las rodillas, Eusebio jugó su último partido con Benfica en 1975. Luego pasó los últimos años de su carrera en Norteamérica con Monterrey de México y equipos de Boston, Toronto y Las Vegas, hasta que colgó los botines en 1978.

Famoso por su buena voluntad, Eusebio permaneció vinculado al Benfica como asistente luego de su retiro, y viajó con la selección portuguesa como embajador deportivo.

Le sobreviven su esposa Flora, dos hijas y varios nietos.