COPA LIBERTADORES

Reinaldo Rueda: el cerebro detrás de la gesta de Nacional

Reinaldo Rueda se convirtió este miércoles en el tercer técnico colombiano en ganar una Copa Libertadores. Es el premio para un entrenador dedicado y disciplinado.

27 de julio de 2016
Reinaldo Rueda | Foto: León Darío Peláez

"No deja escapar el mínimo detalle, tanto del rival como dentro de su equipo (...) Sabe manejar los momentos y estados de ánimo de los jugadores", dijo a AFP su actual asistente técnico, el exfutbolista Bernardo Redín.

Nacido en 1957 en Cali, la tercera ciudad de Colombia, empezó a dirigir tras una lesión que acabó con su sueño de ser central. Su carrera como entrenador arrancó a los 23 años como asistente del argentino Edilberto Righi en la primera categoría del Deportivo Cali. Y desde entonces no ha decepcionado.

Licenciado en Educación Física y con un posgrado de la Escuela Superior de Deportes de Alemania, Rueda sabe manejar grupos. "Le gustan los libros de psicología y de motivación", afirmó Alejandra Rueda, la mayor de los tres hijos que tiene con Genith Ruano, con quien se casó hace unas tres décadas.

Muchos destacan las relaciones que entabla con sus jugadores y colaboradores. "Tiene una capacidad de análisis única, con gran poder de conformación de equipos. Él prioriza el ser humano y lo colectivo", explicó el preparador físico de Nacional y compañero de vieja data de Rueda, Carlos Eduardo Velasco.

Todo esto ha hecho de Rueda un DT con abultada carrera: dirigió todas las categorías de la selección Colombia (desde sub-17 a mayores) y a los clubes locales Cortuluá, Medellín y Cali. Con Nacional obtuvo el título del torneo Finalización 2015 y la Superliga en 2016.

Además, tras 28 años de ausencias, en 2010 llevó a Honduras al Mundial de Sudáfrica, por lo que fue nacionalizado hondureño. Cuatro años más tarde, clasificó a Ecuador para la Copa del Mundo en Brasil.

Pero no todo es fútbol para este "intachable" según quienes lo conocen. Su pasión oculta es el acordeón, instrumento insigne del vallenato, el género musical del Caribe de Colombia que conoció cuando a los cinco años sus padres se mudaron a Barrancabermeja (noreste). Allí lo "agarró el bichito del vallenato", contó Alejandra.

Por consejo de un "maestro" de ese ritmo, compró un acordeón en Alemania que, según sus conocidos, ha pasado más tiempo guardado y viajando que produciendo sonidos. Su amigo Velasco contó que "el problema es cuando le da por tocarlo".

El "formador"

"Es mejor que se dedique a entrenar", advierte antes de soltar una carcajada. Según dijo, las dotes musicales de Rueda se limitan a repicar en reuniones sociales las notas de "La gota fría", la canción que Carlos Vives hizo mundialmente famosa.

Pero nadie duda de su mayor "legado": su capacidad para formar jugadores.

A mediados de los años 1990, cuando dirigía al colombiano Cortuluá, vio potencial defensivo en un juvenil que jugaba como delantero. Pese a la resistencia inicial del muchacho, insistió en su idea. La historia le dio la razón y Mario Alberto Yepes se convirtió en uno de los mejores zagueros del balompié colombiano.

"Es un formador (...) Trata de dar confianza al jugador, de ser muy cercano. Y la confianza es recíproca, uno hablaba cualquier tema con él", relató a AFP el volante Abel Aguilar, uno de los baluartes de la selección Colombia que logró el tercer puesto en el Mundial Sub-20 de Emiratos Árabes en 2003 bajo el mando de Rueda.

"Su legado para los países en los que hemos estado es a través de los jugadores", agregó Velasco, quien lo acompaña como preparador físico desde 1988.

En el Atlético Nacional ha consolidado a jóvenes promesas, como Marlos Moreno, Sebastián Pérez y Dávinson Sánchez. "Las ganas que no pudo poner en la cancha como jugador, las puso como entrenador", precisó Aguilar.

Con ese empeño por "dejar huella" fue presentado en junio de 2015 como DT verdolaga. Desde un primer momento se propuso salir campeón de la Libertadores, una hazaña que en Colombia solo han logrado Francisco Maturana (1989), con el mismo Atlético Nacional, y Luis Fernando Montoya (2004), con Once Caldas.

"Tenemos los argumentos para ganar. Lo que hayamos hecho antes ya no sirve. Ahora solo cuenta lo que viene", dijo su asistente Redín.