ECONOMÍA
Vía libre al meganegocio cervecero
Los accionistas de AB InBev y SABMiller aprobaron su fusión, alumbrando a un coloso mundial que reunirá a marcas como Corona, Budweiser o Foster's.
Los accionistas de la cervecera belgobrasileña AB InBev y de la británica SABMiller aprobaron el miércoles su fusión, dejando el camino libre a un coloso mundial que reunirá a marcas como Corona, Budweiser o Foster‘s.
La adquisición de la cervecera británica por AB InBev por 79.000 millones de libras (104.000 de dólares, y 91.500 de euros), o 45 libras esterlinas por cada acción, se convertirá en la tercera fusión más grande de la historia, según el instituto de análisis Dealogic, por detrás de las de Vodafone y Mannesmann en 1999, y Verizon Communications y Verizon Wireless en 2013.
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El nombre de la nueva empresa será AB InBEv a secas, con lo que SABMiller pierde su nombre.
Tras un año de negociaciones, la fusión se hará efectiva el 10 de octubre, y al día siguiente las acciones de la compañía cotizarán principalmente en la bolsa de Bruselas, con cotizaciones secundarias en Johannesburgo, lugar de origen de SABMiller, y en México.
"Nos congratula que el voto de nuestros accionistas nos permitirá superar una etapa más hacia la reagrupación de nuestras compañías, de nuestros equipos, de nuestro fuerte legado y de nuestra pasión por la elaboración de cerveza", dijo en un comunicado el presidente ejecutivo de AB InBev, el brasileño Carlos Brito.
Aunque en un primer momento la cervecera belgobrasileña aceptó en el otoño de 2015 pagar 44 libras por acción de su rival, la devaluación de la divisa británica a consecuencia de la decisión de Reino Unido de abandonar la UE le obligó a subir su propuesta a 45 libras.
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Entre las dos empresas producen cerca de 60.000 millones de litros cada año, tres veces más que la tercera del sector, la holandesa Heineken, y venden una de cada tres cervezas en el mundo.
Además de las marcas citadas al principio, la nueva empresa es propietaria de Peroni, Coors, Skol, Antartica, Beck‘s, Leffe, Hoegaarden, Quilmes, Victoria, Atlas, Arequipeña, Grolsch, Miller, Pilsen y muchas otras más.
Una historia latinoamericana
La nueva empresa reúne a dos antiguos alumnos latinoamericanos de Harvard, y dos de los hombres de negocios más poderosos de Latinoamérica y el mundo, el colombiano Alejandro Santo Domingo y el brasileño Jorge Paulo Lemann, propietarios de dos populares marcas de cerveza latinoamericanas, Bavaria y Brahma.
"Donde SABMiller es fuerte, sobre todo en Colombia y en los países de alrededor, AB InBev no está implantada en absoluto. Y donde AB InBev es fuerte, como México, Brasil y la parte sur de Latinoamérica, la presencia de SABMiller es anecdótica. Así que ahora consiguen una fuerte presencia en todos los mercados cerveceros clave", explicó Jeremy Cunnington, analista del mercado de las bebidas alcohólicas en Euromonitor International.
Los Santo Domingo son propietarios de la cerveza Bavaria y del 14% de SABMiller, y a mediados de los años 90 recibieron una oferta de compra de su popular marca colombiana por la brasileña Brahma, que finalmente no prosperó.
El propietario de Brahma era entonces Jorge Paulo Lemann, que es ahora el principal accionista de AB Inbev a través de su firma 3G.
África y China, en el visor
La futura sede del coloso cervecero mundial se hallará en la ciudad belga de Lovaina y la oficina de "administración funcional" de la compañía se instalará en Nueva York, en un organigrama que mantiene AB InBev desde antes de la operación.
"Al término del acercamiento, está previsto mantener las oficinas de SABMiller en Woking (Reino Unido) durante un período transitorio", precisó AB InBev.
La cervecera belgobrasileña anunció en agosto que las actividades del nuevo gigante se organizarán "en nueve zonas geográficas" con el objetivo de "maximizar las oportunidades de crecimiento" y con el punto de mira puesto en los mercados africanos y chinos.
Las operaciones de América del Norte se centralizarán en San Luis (Luisiana), las de América central en México y las de África en Johannesburgo.
La fusión deberá implicar la supresión de al menos 5.500 puestos de trabajo en los próximos tres años.
AB InBev emplea a "150.000 empleados en 26 países", según su último reporte. SABMiller, por su parte cuenta con cerca de "70.000 empleados en más de 80 países", según su página web.