MINERÍA

El nuevo mejor amigo

Quién es Frank Giustra, el polémico magnate y filántropo canadiense, muy cercano a Bill Clinton, que ha puesto sus ojos y su plata en Colombia.

30 de agosto de 2008

A Frank Giustra le encanta el bajo perfil. A pesar de que es uno de los hombres más ricos de Canadá, con una fortuna “considerable” –como él mismo la define–, no aparece por ningún lado en la lista de Forbes de los más millonarios del mundo, pues las cifras de su fortuna son un misterio. Son pocos los que pueden hablar de este magnate, y su círculo cercano de amigos se cuenta con los dedos de la mano. Ha rehuido a los medios de comunicación y por eso sólo se conoce un par de entrevistas de él.

No obstante, su vida es muy activa. Ya convenció a Carlos Slim –el segundo en el listado de Forbes– para que lo acompañe en sus campañas filantrópicas. Además, se convirtió en uno de los aliados más cercanos del ex presidente estadounidense Bill Clinton, a quien ha llevado en su jet privado a destinos muy distintos en todo el mundo promoviendo su iniciativa Clinto-Giustra para el desarrollo sostenible. Estos viajes originaron una aguda polémica entre Giustra y grandes medios en Estados Unidos como The New York Times, The Wall Street Journal y USA Today.

Este magnate ha puesto sus ojos en Colombia y ha estado presente en buena parte de las inversiones de empresas canadienses en sectores clave como minería y petróleo. Sus visitas al país son continuas y se ha reunido en varias oportunidades con el presidente Álvaro Uribe. Ha hecho aportes importantes para causas benéficas como en el caso de la Fundación Pies Descalzos, de Shakira.

¿Cuál es la historia de este inversionista que se ha fijado en Colombia y hasta ha puesto el país como prioridad para sus intereses humanitarios y de negocios? Giustra es hoy uno de los zares de la minería, pero se ha ubicado más en el campo del apalancamiento financiero que en el de la explotación minera directa: es un hombre de finanzas, más que un hombre de campo abierto. Actualmente, su principal vehículo de inversión es la firma Fiore Financial Corporation.

Aunque su padre se había dedicado directamente a la minería, Giustra empezó su carrera en el mundo financiero, en la firma Merrill Lynch en Canadá. Posteriormente pasó a Yorkton Securities, y le fue asignada la tarea de abrir la sede en Londres. Su éxito fue tal, que terminó volviendo a Canadá, para presidir la compañía. Su trabajo consistía en moverse en el negocio de los títulos valores del sector minero. El asunto era encontrar dinero para invertir en pequeñas compañías canadienses, con proyectos en todo el planeta. El esquema ha dado muy buenos resultados.

De hecho, hay un boom de compañías canadienses en el mercado colombiano. Ejemplo de ello son Pacific Rubiales, que hoy es una de las que más han crecido en el mercado petrolero nacional; Solana, Coalcorp, Gran Tierra y Talismán. Todas ellas han utilizado un esquema muy parecido de crecimiento: buscan inversionistas a través de la Bolsa y con esos recursos financian sus actividades. Giustra está en la mitad de este negocio.

El interés ha sido impulsado por el alza en los precios de la mayoría de los productos mineros. Por ejemplo, en 2001, cuando Giustra empezó la racha ascendente, el oro estaba a 300 dólares; hoy ese metal ha alcanzado precios superiores a los 1.000 dólares la onza. Han sido buenos tiempos para él.

Los líos

Su interés por los negocios lo llevó a buscar nuevas fronteras y las encontró en Kazakstán, con el uranio, y en Colombia, con el oro, el carbón y el petróleo. Pero no todo ha sido color de rosa.

En la prensa norteamericana se armó un escándalo por los presuntos favores que Clinton le hacía a Giustra a cambio de su apoyo financiero. El New York Times divulgó una historia en enero de este año en la que señala que en septiembre de 2005, Giustra había logrado cerrar un trato para la explotación de una mina de uranio en Kazakstán. Se denunciaba que Clinton y Giustra habían viajado juntos en el jet privado del magnate hasta Kazakstán y que el ex presidente gringo había intercedido ante Nursultan A. Nazarbayev, primer mandatario de ese país. Luego de esta gira, Giustra habría anunciado una donación importante a la fundación Clinton, que promueve causas humanitarias. En ese momento, el New York Times tituló su información: “Después de pacto minero, inversionista hace donación a Clinton”.

En Abril, el Wall Street Journal (WSJ) incluyó otra historia similar, pero esta vez relacionaba el caso de Colombia. Según un editorial del diario en abril pasado, “el señor Clinton acordó para el señor Giustra un encuentro con el presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez”. Se asegura que este contacto permitió a la firma Pacific Rubiales, cercana a Giustra, lograr un acuerdo con Ecopetrol para hacerse a un campo petrolero, operación que costó 250 millones de dólares. “Cuántos favores más debe el señor Clinton hacer para sus donantes extranjeros”, se pregunta el periódico.

Giustra respondió a la polémica y explicó su punto de vista en varias cartas enviadas a las redacciones de los periódicos. “Los acuerdos mineros que logré en Kazakstán concluyeron después de largas negociaciones con compañías privadas –no con el gobierno de ese país– y los activos involucrados se pagaron a precios del mercado”, explicó. De otra parte, señaló que lo logrado en Colombia ha sido con privadas y no con entidades gubernamentales, y las transacciones se han hecho pagando los activos a precios del mercado.

“De hecho, en un número de instancias, los activos colombianos que adquirieron compañías vinculadas conmigo fueron adquiridas a contrapartes no colombianas, lo que hizo mis encuentros con el presidente Uribe aun más irrelevantes para mis transacciones de negocios allá”, dice en otra de sus cartas.

Giustra se mueve ya como un importante inversionista del sector minero en el mundo empresarial colombiano y él mismo reconoce que se ha encontrado en varias oportunidades con Uribe, como muchos otros inversionistas reconocidos lo han hecho.

La otra cara del asunto es la filantropía, que también ha tenido expresión en Colombia.Ese interés hizo que en junio del año pasado fuera lanzada la iniciativa Clinton-Giustra, que busca apoyar países pobres o en vías de desarrollo.

El inversionista canadiense ha donado más de 200 millones de dólares a este proyecto y prometió que entregará la mitad de sus ganancias futuras en todos los negocios a esta iniciativa. Recientemente se sumó el magnate Carlos Slim, con otra cantidad similar de dinero. Lo importante es que mientras se anunciaba el nuevo proyecto, igualmente se puso de relieve que la iniciativa Clinton-Giustra empezaría por Colombia, justamente a petición del propio empresario canadiense, quien considera que en el país hay un espacio para su acción.

Hoy en Colombia, el dinero de Giustra ha llegado a fundaciones como Angelitos de Luz, de la compañía Pacific Rubiales, y la propia Pies Descalzos, que promueve Shakira.

Según Felipe Restrepo, vocero oficial de Pacific Rubiales, de la iniciativa Clinton-Giustra podrían llegar a las arcas de estas fundaciones entre 10 y 20 millones de dólares. La Fundación Pacific Rubiales busca atender a niños con discapacidad visual o auditiva. Además, será la patrocinadora oficial de la delegación colombiana a los juegos paralímpicos que viaja la próxima semana a China.

Con su inversión en empresas canadienses que trabajan en el país y su anunciado interés filantrópico, todo indica que no será la última vez que en Colombia se oye hablar de Frank Giustra, el llamado nuevo mejor amigo del país.