Abdul (izq.) y su sobrino Nidal Waked son investigados por las autoridades de EE. UU. como presuntas cabezas de una organización para blanquear dinero del narcotráfico. | Foto: Jet Set / EFE

EMPRESAS

La Riviera: la historia de un próspero imperio ahora bajo amenaza

El emporio conformado por Abdul Waked, de origen libanés, criado en Colombia y establecido en Panamá, puede desmoronarse tras las acusaciones de lavado de activos hechas por EE. UU.

7 de mayo de 2016

La Riviera francesa o la Costa Azul, esa franja de mar al borde del mar Mediterráneo en el sureste francés es uno de los sitios favoritos para descansar de la aristocracia europea. Su nombre, además de sol y playa perennes, evoca poder, ostentación y lujo.

De allí viene el nombre de su cadena de tiendas de perfumes, cosméticos y artículos suntuosos propiedad de Abdul Waked, una historia empresarial que su familia inició a mediados del siglo XX, con un solo empleado, en la también paradisíaca isla de San Andrés. Ahora tiene sede en la zona de Colón, en Panamá, y es ampliamente reconocida en Colombia y varios países de Latinoamérica, además de ser la base de su imperio: el Grupo Wisa.

Se trata del mismo hombre al que las autoridades de Estados Unidos lo acusan de encabezar, junto con su sobrino, Nidal Waked, una organización de lavado de dinero (denominada Waked Money Laundry Organization) proveniente del narcotráfico, que investiga el Departamento del Tesoro de ese país a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés).

Así lo reveló este jueves esa dependencia, que incluyó a las 68 sociedades de la familia Waked, incluido el Grupo Wisa, en ‘lista Clinton’. El anuncio revolucionó a Panamá en medio de otro gran escándalo: la revelación de millones de documentos del bufete Mossack Fonseca, que dejó en evidencia a varias personalidades y grandes empresas sobre sus opacas sociedades ‘pantalla’ en el istmo que, si bien son legales, también pueden ser usadas para evadir impuestos y ocultar delitos financieros.

Los orígenes y el ahorro

¿Pero de donde salió este gran emporio empresarial? Su inicio está ligado a la figura de Abdul Waked, un boyante empresario nacido en Líbano en 1946 y quien se ha distinguido por mantener un perfil discreto. Sin embargo, algunos detalles de sus inicios aparecen en una entrevista que concedió en junio del 2015 a la revista Forbes México.

En el artículo se destaca que Waked llegó a Colombia en 1956, a la edad de 10 años. Su familia se afincó en el archipiélago de San Andrés y, como muchos inmigrantes llegados al Caribe colombiano desde Oriente Próximo, encontraron en el comercio su manera de prosperar.

Su padre inició vendiendo telas puerta a puerta, hasta que consiguió comprar una pequeña tienda que funcionaba en un local de 30 metros cuadrados, que albergaba también a la familia entera en la parte trasera. Luego, en 1959, fue sancionada la ley que declaró al archipiélago como puerto libre, lo que permitió la bonanza de la importación de mercancías sin restricciones. Aún así, dice que la clave fue el ahorro.

Acerca de su surgimiento, Abdul Waked contó en una entrevista al periodista Alberto Padilla en el 2014 que “cuando eres emigrante tratas de surgir porque tratas de comer lo que puedes, no tratas de comer en grandes restaurantes y tratas de ahorrar (…) Es un modelo de vida, llegas muy pobre y quieres surgir”. Añadió que el factor determinante para ser quien es hoy es “muy simple. Pienso que cuando vienes de abajo cuidas más del dinero, gastas menos”.

La próxima pista sobre el empresario, que ostenta las nacionalidades colombiana, panameña y libanesa, aparece en su perfil de LinkedIn, red social en la que señala haberse graduado de bachillerato del colegio Calasanz de Medellín y haber sido titulado en Administración de Empresas en la Universidad Libanesa, en Beirut. Adicionalmente, se sabe que es casado, tiene un hijo, cuatro hijas y es seguidor del Islam. Entre las miles de fragancias que comercializa, solo usa una: Jean Paul Gaultier, según anota Forbes.

De la electrónica al lujo

Al inicio de la década de 1980, Waked decide separarse de los negocios de su familia y arrancó vendiendo productos electrónicos en Panamá. “Las principales ventajas de emprender en el país centroamericano (...) fueron tanto la facilitación comercial, como la inserción que ya mostraba Panamá en el comercio global”, mencionó la revista.

En ese negocio lograba márgenes del 10 % de ganancia, pero este no fue el factor fundamental para abandonar este rubro y cambiarlo por la perfumería: no deseaba competir con uno de sus hermanos que manejaba la misma línea.

Y si bien La Riviera como tal apareció en Ciudad de Panamá en 1992, antes, en 1984, Waked fundó allí la piedra angular de su imperio, Waked Internacional S. A. que con el tiempo pasó a conocerse como el poderoso Grupo Wisa

Según cifras al 2014, el conglomerado contaba con 104 duty free (áreas libres de impuestos) en aeropuertos, fronteras y puertos, adicional a los 133 establecimientos en varias de las principales ciudades de Latinoamérica, la gran mayoría bajo la efigie de La Riviera, donde además de perfumería y cosméticos, se comercializan las líneas de relojes, chocolates, cigarros y licores. Y mucho lujo.

Wisa, según su sitio web, se define a sí misma como una “corporación familiar formada hace más de 50 años. Se dedica principalmente a la distribución y venta de productos de las más reconocidas marcas de lujo para el mercado latinoamericano”. Añade que es líder en la región, con operaciones en 14 países y cuenta con un recurso humano conformado por más de 6.000 colaboradores.

En Colombia, el grupo opera sociedades como La Riviera S. A. S. (no mencionada por el documento de la OFAC) y comercializa lujosas marcas como Burberry, Bebe y Jimmy Choo. Incluso, hace algunas semanas, protagonizó una de las ‘novelas’ comerciales más sonadas al contraponerse al antioqueño Grupo Uribe y quedarse con la representación en Colombia de la marca de ropa y accesorios Mango.

La amenaza

Desde este jueves, Waked y su más entorno más cercano, así como 68 sociedades de su familia, incluyendo el Grupo Wisa, se encuentran bloqueados comercialmente al haber sido incluidos por las autoridades estadounidenses en la llamada ‘lista Clinton’. Se les informó que dicha situación se mantendrá mientras son investigados bajo señalamientos de blanqueo de capitales y narcotráfico

Esto involucra a Nidal Ahmed Waked, Mohamed Abdo Waked, Norman Douglas Castro, Lucia Touzard Romo, Jalal Ahmed Waked Hatum, Ali Waked Hatum y Gazy Waked Hatum. También a las sociedades Grupo Wisa (La Riviera), Vida Panamá, Strategic Investors Group, Pershore Investments, Strategic Oil Group, Hometek, Balboa Securities y Balboa Bank & Trust, este último intervenido el jueves por la Superintendencia de Bancos de Panamá, como resultado de la acción.

El peor de los presagios parecía cumplirse cuando se conoció el mismo jueves que horas antes, en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, fue detenido Nidal, sobrino de Abdul. La DEA lo declaró "uno de los lavadores de dinero y facilitador criminal más importantes del mundo", e informó que lo espera una corte en el estado de Florida (EE. UU.), donde enfrenta cargos por delitos relacionados con lavado de dinero y fraude bancario.

"No sabía que había una investigación en mi contra hasta ayer (jueves). Nunca nadie nos preguntó nada”, aseguró a La W Abdul Waked. "Ahora me caen con esta sorpresa... Nunca lo supimos hasta el día de ayer", insistió.

"Hasta este momento nadie se me ha acercado a pedirme nada de nuestra contabilidad ni finanzas. No hay nada sucio ni nada. Pueden venir a hacer auditorías. Mis libros están abiertos en el momento que lo deseen...", agregó, al tiempo que reconoció que desde 2009 no ha podido regresar a Estados Unidos porque su visa no le es renovada.

Sobre su sobrino Nidal, Waked trató de tomar distancia recordó que es el hijo de su hermano mayor pero "no es mi socio, nunca he sido socio con él. La familia Waked en el año 80 se dividió. Cada uno se fue por su lado. Desde el 80 no tengo ningún negocio con ellos".

La Policía Nacional sostuvo en un comunicado que, en el escrito de acusación, el fiscal estadounidense aseguró que Nidal Waked "aparentemente recibía dólares por el tráfico de drogas, los invertía en sus establecimientos e impedía que las ganancias salieran de la zona de no pago de tributos aeroportuarios o comerciales y así evitaba que las autoridades de los diferentes países le hicieran seguimientos o controles financieros".

Agregó que "la justicia estadounidense cree que mediante esta modalidad legalizó millonarias sumas del narcotráfico y amasó una gigantesca fortuna que podría alcanzar los dos billones de dólares". En ese país, la Fiscalía ya pidió una pena máxima de 50 años de prisión, mientras que las autoridades colombianas ya iniciaron los trámites para extraditarlo.

Por su parte, el Grupo Wisa señaló en un comunicado que “estos señalamientos son falsos e infundados” y que “hemos instruido a nuestros abogados a prestar total cooperación (…) para que esta lamentable confusión sea aclarada lo antes posible”.

Sin embargo, no es la primera vez que los Waked han sido señalados por estas cuestiones, aunque siempre han salido avante. La diferencia, esta vez, está en las acciones ejecutivas llevadas a cabo por parte de las autoridades estadounidenses y la captura de Nidal, así como eventual extradición al país del norte.

Aun así, no está completemente claro por qué cargos debería reponder Abdul, que sigue en libertad en Panamá y ha expresado que no tiene mayor inconveniente en salir del país. Lo que puede ser cierto, es que el imperio de Wisa -si no inició ya- corre un alto riesgo de resquebrajarse.