HIJO DE TIGRE

Con el montaje del canal de RCN y la embajada en España, Carlos Julio Ardila entra al centro de la acción en Colombia.

28 de septiembre de 1998

Hasta hace unos meses Carlos Julio Ardila era relativamente desconocido en el mundo de los medios, los grandes negocios y la política en Colombia. Quienes habían oído su nombre poco sabían de él más allá de que era el hijo mayor del empresario Carlos Ardila Lülle y solo un selecto grupo de amigos lo conocía perso-nalmente. Después de todo Carlos Julio llevaba varios años radicado en Nueva York, desde donde supervisaba las operaciones de la Organización Ardila Lülle. Aunque se mantenía en contacto permanente con su padre y sus principales colaboradores, sus visitas a Colombia, aunque frecuentes, eran bastante fugaces y las dedicaba casi exclusivamente a reuniones de negocios. Este hecho, aunado a su obsesión por mantener un perfil bajo, le habían procurado una suerte de anonimato que para una persona con un apellido como el suyo es muy poco común en un país como este.
Todo esto comenzó a cambiar en diciembre del año pasado, cuando decidió echarse al hombro la colosal tarea de sacar adelante el canal privado de RCN. Con una inversión estimada en cerca de 250 millones de dólares y todas las complejidades técnicas y administrativas que implica el montaje y la operación de un canal de televisión _con todo y vedettes a bordo_ éste se constituye sin lugar a dudas en el proyecto más importante del conglomerado familiar con miras al nuevo siglo. Muchos se sorprendieron por esta decisión. Pues aunque Carlos Julio y su hermano Antonio José habían estado muy activos a nivel de junta en el desarrollo de proyectos como el de Leona (aunque el primero más que el segundo en el campo de las comunicaciones) el compromiso no es el mismo que siendo el presidente y máximo responsable. El único que no se asombró fue su padre, quien sabía que Carlos Julio era un gomoso del tema de los medios y que veía en ellos un potencial inmenso. A Carlos senior la noticia lo puso dichoso y le hizo saber a su hijo que le daba carta blanca para dirigir el negocio como él creyera conveniente.
Para muchas personas es un misterio porqué Carlos Julio decidió sacrificar en parte la vida tranquila y muy privada que compartía con su esposa y sus hijos entre su apartamento en Manhattan y su casa de campo al norte del estado de Nueva York, por una que le exige pasar una buena parte de su tiempo lejos de su familia en el agite bogotano, con todos los riesgos de seguridad que esto conlleva y que lo obliga mal que bien a convertirse, seguramente en contra de su voluntad, en un personaje público. Sin embargo quienes lo conocen de cerca aseguran que nunca lo habían visto más feliz.
Y la verdad es que la pasión y dedicación con las que ha acometido el lanzamiento del canal tiene asombrados a propios y extraños. Sus más cercanos colaboradores en RCN no se explican cómo le alcanza el tiempo para hacer todo lo que hace. Según Julio Sánchez Cristo, uno de sus principales lugartenientes, "Carlos Julio no solo se ocupa de las grandes decisiones estratégicas y financieras del canal, las cuales toma con una rapidez sorprendente, sino que además ha contribuido en la concepción de programas como 'La Noche', entrevista y escoge personalmente a actores y actrices, participa directamente en la definición de los lineamientos editoriales de los noticieros y trata personalmente con los proveedores de equipos y programación". Además fue el cerebro de la alianza con Caracol para el montaje conjunto de la red de transmisión que le ahorrará a ambas empresas varias decenas de millones de dólares.
Para quien no lo conoce bien, da la impresión de ser una persona fría, distante y hasta seca, pero esto es reflejo más de su timidez que de cualquier otra cosa. Pues tiene fama de ser muy sencillo, de saber escuchar, de ser muy puntual para devolver llamadas y de mantener las puertas de su oficina abiertas a todos sus colaboradores. En el set del canal prefiere usar una chaqueta de dril de Coltejer con el logo de RCN y un rótulo que lo identifica por su nombre que saco y corbata. Las personas allegadas a él coinciden en que en los últimos meses, y en parte debido a las exigencias que le impone ser la cabeza visible del canal, se ha vuelto mucho más sociable y extrovertido.
Sin embargo sigue siendo muy reservado cuando de hablar de su vida personal se trata. Desde que se fue a estudiar administración de empresas en la Universidad de Georgetown en Washington, D.C., tras graduarse de bachiller en el Colegio San Ignacio de Medellín, buena parte de su vida ha transcurrido en el exterior. Su tiempo libre lo dedica principalmente a su esposa, Patricia, y a sus tres hijos hombres, y desde hace ya 12 años se la pasa en una especie de puente aéreo entre Bogotá y Nueva York. Tiene una estrechísima relación con sus padres y sus hermanos, en especial con Antonio José, quien maneja los negocios de medios y comunicaciones de la Organización en Miami. Es un madrugador empedernido _se levanta a las cinco de la mañana_ y religiosamente hace ejercicio durante una hora todos los días.
Hombre de pocos amigos, entre su corta lista de allegados se encuentra nada más y nada menos que el nuevo presidente de la República, Andrés Pastrana, con quien tiene línea directa. Pastrana lo acaba de nombrar embajador en España, uno de los puestos más importantes de la diplomacia colombiana. Después de haber montado con éxito un canal de televisión y con su ingreso al mundo diplomático, un delfín empresarial comienza a jugar en el centro de la acción en Colombia. Su íntimo amigo Andrés Pastrana lo acaba de nombrar embajador en España