La SIC fijó cerca de 209.000 millones de pesos en sanciones en el caso del cartel de precios de los pañales. | Foto: Archivo particular

INDUSTRIA

Kimberly admite acciones “inaceptables”, pero no pide perdón

La empresa confesó su participación en los casos de los carteles de precios del papel higiénico, de los cuadernos y de los pañales y dijo que buscará que los actos “impropios del pasado” no se repitan.

29 de junio de 2016

Luego de que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) fijó los cerca de 209.000 millones de pesos en sanciones en el caso del cartel de precios de los pañales desechables para bebés que tuvo como protagonistas a Tecnoquímicas, Familia y Kimberly, esta última empresa finalmente se pronunció acerca de estos hechos.

La firma, que cuenta con cuatro plantas de producción en Colombia, se dedica a la producción de elementos de consumo masivo, como pañales para niños y adultos, papel higiénico, toallas femeninas, toallitas húmedas, pañuelos faciales, servilletas, entre otros. Es parte de multinacional Kimberly-Clark Corporation, que tiene 143 años de vida y tiene presencia en más de 175 países.

Pero también se trata de la misma empresa que confesó ser parte de los carteles del papel higiénico, de los cuadernos y de los pañales, que funcionaron por años.

Gracias a la admisión de conductas que condujeron a la fijación artificial de precios en esos mercados y la delación de quienes se decían ser sus competidores, la empresa y la mayoría de sus directivos involucrados recibieron beneficios de hasta el 100 % de las sanciones. Varias de ellas eran las máximas aplicables.

Esta práctica de delación por beneficios es ampliamente usada por las autoridades de todo el globo para desarticular carteles empresariales. Según la SIC, en tres de cada cuatro casos en el mundo, la información suministrada por uno de los miembros de estas tramas es clave para proceder a su posterior desmontaje.

Mea culpa

En su comunicado de 12 líneas, Kimberly-Clark Colombia afirma frente a su aceptada culpabilidad en este caso del cartel de los pañales para bebé -que según las autoridades afectó a consumidores de los estratos más bajos- que “desde el principio hemos cooperado plenamente con las investigaciones de la SIC” y que las acciones descritas en los informes del organismo “van en contravía al estricto código de ética del negocio”.

Agrega que las acciones de un “número limitado de nuestros exempleados en Colombia son inaceptables”, que “abordamos de manera inmediata los problemas cuando salieron a la luz” y que reforzarán su “estricto código de ética”.

Puntualizan además que la compañía inició un proceso de “salvaguardias para el negocio” con el fin de evitar que “las acciones impropias del pasado se repitan”. Termina señalando que los minoristas y los clientes finales “merecen nuestros mejores esfuerzos” para producir y vender sus productos “de una manera justa y ética”. Allí concluye.

Sin embargo, los consumidores se quedaron esperando las disculpas de este gigante de los papeles en Colombia, que por años manejó junto con otras empresas de los sectores ya señalados una trama para formar por fuera de las fuerzas del mercado los precios de sus productos, siendo los ciudadanos de a pie los más afectados.

Si bien Kimberly acepta la culpabilidad en estos tres casos, los resultados de las investigaciones de las autoridades, lamenta lo ocurrido y señala que no volverá a suceder, quizás eso no sea suficiente.

“El país espera, como mínimo, que pidan perdón”, comentó bajo anonimato uno de los funcionarios que participaron en el proceso.