REDES SOCIALES

Los gigantes digitales se devoran las redes sociales

Al adquirir Linkedin, Microsoft cambia la correlación de fuerzas en el mundo de las redes. Solo queda Twitter, a la que ninguna gigante tecnológica ha absorbido. Hasta ahora.redes

18 de junio de 2016
| Foto: Javier de la Torre Galvis

Microsoft finalmente se hizo a un espacio en el mundo de las redes sociales. La compra de una de las más importantes, Linkedin, por 26.200 millones de dólares, pone a la compañía fundada por Bill Gates en silla preferencial en el escenario digital, en donde gobiernan Google, Apple, Facebook y Amazon.

Pagó una suma astronómica –50 por ciento por encima del valor real en bolsa– y es la más costosa adquisición que haya realizado jamás la empresa, así como el valor más grande pagado por un emprendimiento de la nueva economía.

Pero Satya Nadella, el CEO de Microsoft, parece pensar que podría ser una suma pequeña para las ventajas que traerá. Linkedin es la red social seria, de uso profesional y preferida en el mundo corporativo. Nada de ‘foticos’ de la fiesta de anoche o frases insulsas como en otras redes de moda. Allí se busca y se ofrece empleo, se establecen relaciones entre profesionales de todo el mundo y tiene lugar a diario una enorme cantidad de contactos y negocios. Al momento, 433 millones de personas han creado un perfil profesional en Linkedin y más de 9 millones de ellos pagan por el servicio premium.

Sin embargo, lo más apetitoso de Linkedin es la información específica que tiene de cada uno de sus usuarios, y eso es lo que confiere valor estratégico a las redes sociales hoy. El valor de Facebook, por ejemplo, radica en la información que tiene de sus 1.500 millones de usuarios, lo que es utilizado por los sofisticados sistemas de big data y analítica avanzada, para predecir patrones de consumo y conocer el comportamiento de los clientes y compradores.

Con Linkedin, Microsoft se hace más fuerte en los servicios para el mundo de los negocios, el empleo y la productividad. Mucho se ha especulado acerca de cómo Microsoft sacará provecho de Linkedin; Nadella lo explicó con un ejemplo: “Imagina que te diriges a una reunión y Cortana (el asistente de voz de Microsoft) te informa sobre la gente que estará presente debido a que accede a la red profesional”.

Desde la llegada de Satya Nadella a la dirección de la compañía, Microsoft se dirige con absoluta prioridad hacia el sector corporativo y el mundo de los negocios, basado en ofrecer servicios de computación en la nube (ya es el segundo proveedor mundial, después de Amazon) y apoyado en sus soluciones de productividad como Office 365 y Skype para negocios. Y ahora dominará el segmento profesional de las redes sociales. Sin duda, el Microsoft de hoy se parece poco a la empresa que dirigió Steve Ballmer entre 2000 y 2012, quien pasó más de una década aferrado al viejo modelo de venta de licencias de software y mantuvo a Microsoft al margen de las grandes innovaciones que emergieron en el mundo digital, como la nube, las redes sociales y la telefonía móvil. Satya Nadella asumió el puesto de Ballmer justamente para enderezar todo eso.

Los emprendimientos de la nueva economía parecen tener un inexorable destino: que una gran compañía tecnológica los compre. Skype, una pequeña empresa creada en Estonia para prestar servicios de comunicación sobre internet, llegó a ser la más importante del mundo en su género y Microsoft la adquirió en 2011 por 8.500 millones de dólares. YouTube, uno de los más originales y pioneros experimentos de la llamada Web 2.0, es decir, la internet en donde los usuarios aportan los contenidos, fue comprada por Google en 2006, por 1.600 millones de dólares. Google también adquirió Waze, nacida como una start-up original que ayuda a orientar el tráfico urbano, entre muchas otras adquisiciones de emprendimientos surgidos generalmente en Silicon Valley. Facebook es el único de estos emprendimientos originales que no fue vendido, sino que por esfuerzo propio se convirtió en una gran compañía tecnológica y ahora adquiere a otros emprendimientos. Compró WhatsApp por 21.800 millones de dólares en 2014 e Instagram por 1.000 millones en 2012.

Generalmente, las grandes empresas tecnológicas intentan primero crear su propio negocio antes de adquirir uno ya consolidado. Microsoft creó Yammer, una red social de orientación corporativa, y tuvo su propia competencia de Facebook, el recordado MySpace, que sucumbió hace varios años. Google trató infructuosamente de competir con Facebook cuando creó Google+, el cual decidió prácticamente abandonar el año pasado ante la abrumadora preferencia del público por su rival. Facebook intentó hacer de su Messenger una alternativa a WhatsApp, hasta que decidió que era más inteligente adquirirla que competir contra ella. Y Microsoft probó suerte con su desaparecido Lync antes de adquirir a Skype por 8.000 millones de dólares.

Instagram, WhatsApp, Waze, Linkedin ya están en manos de grandes empresas. Todavía quedan emprendimientos atractivos como Airbnb (red de consumo colaborativo para hospedajes y turismo), o Uber, y una red social independiente que, por supuesto, ya está en la mira: Twitter.

Los fundadores de esta última han pasado cinco años rechazando ofertas y resistiendo la tentación del camino fácil de engordar un emprendimiento y venderlo muy bien a un grande. Pero la situación crítica que atraviesa Twitter por estos días, con una notable caída del precio de sus acciones, hace pensar a los analistas cuánto tiempo más resistirán ante las ofertas jugosas que reciben.

No importa si facturan o no, las redes sociales valen en bolsa por la información que poseen sobre sus usuarios, que la inteligencia artificial se encargará de monetizar paulatinamente. Linkedin, de hecho, registró pérdidas en el último año por 165 millones de dólares, lo que no tuvo ninguna incidencia en la decisión de Microsoft de pagar por ella 26.200 millones. WhatsApp no factura un solo peso, pero cuando Google la adquirió contaba con más de 400 millones de usuarios activos, conectados a internet diariamente.

Algunos analistas insisten en que es prácticamente imposible que Microsoft pueda recuperar los 26.200 millones de dólares que pagó por Linkedin, aunque, a decir verdad, en el mundo de las grandes tecnológicas, semejante suma no es tan grande como parece. Microsoft dispone de 100.000 millones de dólares en efectivo, tal como Apple y Google, así que para ellos es fácil salir de compras.