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Mejor pájaro en mano

Todo el mundo pensaba que Avianca se quedaría con la propuesta de Copa. Pero la junta directiva eligió la oferta de Efromovich como fórmula para salir del Capítulo 11.

6 de junio de 2004

Sorprendió que el balón volviera al campo de Germán Efromovich. Este empresario brasileño que en marzo pasado llegó a Colombia con una propuesta para comprar Avianca volvió a entrar al juego la semana pasada. El primero de junio la junta directiva de la aerolínea seleccionó su oferta para ser incluida dentro del plan de reorganización financiera que deberá presentar ante la corte de bancarrotas en Nueva York y poder salir del Capítulo 11. Quedó por lo pronto descartada la oferta de Copa-Continental, que apareció en el juego a mediados de abril y que, a primera vista, era mejor que la del brasileño.

Que una multinacional de la talla de Copa-Continental entrara a rescatar una empresa en bancarrota como Avianca parecía ser lo más conveniente para los acreedores. Copa, a diferencia de Efromovich, cuenta con una larga experiencia en el negocio de la aviación, un elemento fundamental en una industria aeronáutica, cada vez más en crisis pero también cada día más globalizada. Esto representaría una garantía para los acreedores, preocupados por recuperar el mayor porcentaje de sus deudas y asegurar que Avianca siga viva para pagárselas.

El asunto, sin embargo, es más enredado de lo que parece. Según el comunicado que emitió la compañía anunciando la decisión, la oferta de Copa-Continental estaba sujeta al cumplimiento de varias condiciones, mientras que la de Efromovich no. Como el plazo que le dio el brasileño a Avianca para definir si se quedaba o no con su propuesta vencía el 31 de mayo, los directivos de la aerolínea prefirieron optar por "una oferta en la mano que otra mejor volando".

La primera condición en la propuesta de Copa se relaciona con el prepago de la deuda pensional de Avianca, calculada en 120 millones de dólares. Por ley, la empresa tiene hasta 2023 para tapar el hueco de las pensiones. Copa ofreció entregarle a Caxdac, la caja de retiro de los jubilados de Avianca y su principal acreedor, un portafolio de títulos por un valor cercano a los 80 millones de dólares apenas fuera aceptada su oferta. Su intención es cubrir con estos papeles y los rendimientos que ellos produzcan el desembolso de las mesadas futuras, algo que requiere la autorización del gobierno, a través de un decreto. Como esta aprobación aún no se ha dado, la oferta de Copa quedó suspendida en el aire.

Efromovich, de otro lado, se comprometió a pagar la deuda a Caxdac en los 20 años de plazo. A los pilotos, en un principio, les gustó más la idea de tener la plata de las pensiones ya y evitar así el riesgo de que, si Avianca era liquidada, nadie les respondiera por sus mesadas. Hasta la semana pasada, todos creían que Acdac, el sindicato de pilotos, apoyaba la oferta de Copa-Continental, pues así lo había afirmado públicamente su representante, el capitán Alberto Padilla.

Pero la posición de los pilotos cambió. Al día siguiente de que Avianca anunció la elección de Efromovich, Padilla salió a decir que se sentía "satisfecho" con la decisión. Dijo además que de los siete representantes de los acreedores en el proceso del Capítulo 11, Acdac fue el único que no apoyó la propuesta de Copa en la reunión del pasado 26 de mayo.

Este inesperado giro en la posición de los pilotos puso del mismo lado a directivos, dueños y trabajadores de Avianca, quienes hasta ahora nunca habían coincidido. El motivo que más pesó en el cambio de actitud de los pilotos hacia Efromovich, según dijeron, fue que éste no les exigía una renegociación de la convención colectiva, a diferencia de Copa, que sí incluyó este requisito en su oferta. El otro argumento que inclinó a los pilotos a ponerse del lado de Efromovich fue la posibilidad de que Copa decidiera, una vez fuera socio de Avianca, trasladar las conexiones de vuelos internacionales de Bogotá a Panamá, donde tiene su centro de operaciones (hub). Aunque Copa ha dicho que ni el cambio en las reglas laborales ni el traslado del hub estaban dentro de sus planes, los pilotos dicen que ya saben qué pasa cuando "el pez grande se come al chico", pues ya tienen la experiencia del fracaso de la Alianza Summa -el matrimonio celebrado entre Avianca y Aces a fines de 2001- y que terminó en la liquidación de esta última. El exceso de aeronaves y de rutas redundó en un despido masivo de pilotos. Avianca, el pez gordo, terminó comiéndose literalmente a Aces.

Para los accionistas de Avianca, la Federación Nacional de Cafeteros y Valores Bavaria, ambas ofertas son en cambio bastante parecidas. Hasta donde se sabe, los cafeteros quedan con el 25 por ciento de Avianca en el caso de darse el negocio con el brasileño, y con el 23,5 por ciento en el caso de cerrarse el trato con Copa. Valores Bavaria, de cualquier forma, parece estar más interesada en salirse de Avianca y blindarse de cualquier riesgo o reclamación en el futuro.

Si bien el camino parece haberse despejado para Efromovich, teóricamente es posible que llegue una nueva propuesta o que Copa mejore la suya. Esto, sin embargo, es poco probable. De cualquier modo, como todo el mundo ha repetido hasta el cansancio, es el juez Allan L. Gropper, que lleva el caso de Avianca en la corte de bancarrotas de Nueva York, quien debe decidir el futuro. Y su meta fundamental será garantizar que la empresa siga adelante con el esquema más confiable que en últimas les asegure a los acreedores recuperar sus deudas.