Cuba y sus refugiados

No es de extrañar que la palabra más escuchada en todo el mundo durante el 2015 haya sido “refugiado”. El conflicto en Siria y las diferentes vicisitudes que afrontan actualmente Oriente Medio y África, sumado a la incesante llegada de buscadores de asilo a Europa, han ocupado los principales temas de las agencias de noticias. Sin embargo, esta crisis de refugiados también se vive en América Latina y su origen está en Cuba.

La situación por la que pasan más de 4.000 cubanos varados en Costa Rica desde hace dos meses ha hecho visible un fenómeno que viene creciendo desde la isla. Pues los cubanos que llegan a territorio costarricense deben permanecer en improvisados albergues en la frontera con Nicaragua.

Allí, ante la negativa del gobierno de Managua de permitirles continuar su viaje hacia Estados Unidos, el gobierno costarricense los ha agrupado a la espera de que se les permita el paso por la frontera o se encuentre otra alternativa.

El número de cubanos que intentan llegar a Estados Unidos se ha venido disparando desde el 17 de diciembre de 2014, cuando ambos países anunciaron reanudar sus relaciones. Los isleños temen que el deshielo diplomático, sumado a la reapertura de las respectivas embajadas, pueda acabar con las leyes migratorias que facilitan el asentamiento e integración a la sociedad estadounidense sobre las demás nacionalidades.

Los cubanos disponen de varias leyes especiales que les facilita su ingreso a Estados Unidos, como la ley de ajuste cubano, la cual les permite hacerse residentes permanentes al año y un día de entrar al país. También está la de “pies secos, pies mojados” que los hace admisibles tan pronto pisan las costas del territorio estadounidense.

Según cifras de los servicios de inmigración de Estados Unidos, desde el inicio del pasado año fiscal -en octubre de 2014-, han ingresado al país más de 19.000 cubanos por vía marítima y terrestre desde la frontera con México. Lo cierto, además, es que desde el deshielo entre los dos países han llegado dos tercios de esa cifra.

Por el momento, aunque hay quienes se lanzan al mar para llegar a Florida, la mayoría viaja desde Cuba hacia un segundo país, como la ley lo permite, para después atravesar ilegalmente otras siete naciones y así alcanzar la frontera de México con Estados Unidos.

La imparable salida de cubanos a otras nacionales latinoamericanas para llegar a Estados Unidos ha desencadenado la decisión de pedirle visa a los isleños. El último país en cerrarles las puertas al libre tránsito fue Ecuador, que en diciembre empezó a solicitar visado, lo que desencadenó protestas frente a la Embajada del país andino en La Habana.

Para el debate

¿Qué se debería hacer frente a esta grave crisis humanitaria? Deje sus comentarios en nuestro Twitter @SemanaEd y @apalpati.