ENTREVISTA

Más que tecnología, la educación necesita líderes de cambio

Anthony Salcito, vicepresidente de Microsoft Education, habló con Semana Educación sobre la importancia de llevar la tecnología a las escuelas e incentivar a los docentes para que se apropien de ella.

14 de junio de 2017
| Foto: Virtual Educa

Por estos días, varios maestros y expertos del sector se reúnen en Corferias, Bogotá, para participar en Virtual Educa, una iniciativa de cooperación multinacional para incentivar el desarrollo y la innovación educativa. Entre ellos, Anthony Salcito, una de las mentes más experimentadas en la aplicación de tecnologías para el estudio. El vicepresidente de Microsoft Education Worldwide ha viajado por todo el mundo para conocer de primera mano cómo el uso de la tecnología está cambiando la educación.

Sin embargo, Salcito tiene claro que aunque las nuevas herramientas tecnológicas de la era 2.0 son el futuro de la educación, no son el motor principal del cambio. Para eso, dice, hacen falta educadores innovadores que se apropien de la tecnología capaces de repensar el modelo educativo y generar mejores resultados de aprendizaje.

Semana Educación (S.E.): ¿Cuál es el papel de la tecnología en la educación en la actualidad?

Anthony Salcito (A.S.): Necesitamos la tecnología en las clases. En el mundo en que vivimos, la tecnología debería sin duda ser parte de cada espacio de aprendizaje de los niños. Pero la verdadera transformación que hace falta en la educación debe entender que la tecnología es un elemento, no el componente principal. La tecnología facilita esa transformación, pero no es el vehículo. La idea es que la tecnología se convierta en la respuesta para mejorar los resultados de aprendizaje, no es llevar la tecnología a los colegios por el hecho de llevar la tecnología en sí.

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S.E.: ¿Qué habilidades necesitan los estudiantes hoy en día y cómo la tecnología les ayuda a obtenerlas?

A.S.: Hay una amplia gama de habilidades que los empleadores están demandando, pero en particular se buscan mucho las 5 C‘s: colaboración, creatividad, comunicación, pensamiento crítico y pensamiento computacional. Estos son cada vez más solicitadas en un espacio laboral que es más colaborativo, global y diverso. Esas son las cosas que tenemos que promover en las clases.

S.E.: ¿En qué consiste el pensamiento computacional?

A.S.: Este es probablemente el más nuevo y menos entendido. Se trata, no solo de usar computadores, sino de entender cómo pensar diferente con la tecnología. Esto es una cosa muy poderosa que los estudiantes tendrán que desarrollar en las clases para prepararlos para su futuro.

S.E.: En Colombia vemos escuelas donde llegan los computadores pero carecen de conectividad o los maestros no tienen los conocimientos para explotarlos. ¿Cómo se afrontan estos retos?

A.S.: Lo que tenemos que hacer es poner la tecnología detrás del plan de transformación educativa. Cuando traes un computador a la clase lo que pasa típicamente es que entra el profesor a preguntarse: “¿Cómo conecto mis libros y mis lecciones? ¿cómo lo arreglo cuando se rompe? ¿cómo consigo más para los estudiantes?”. Son preguntas técnicas. Lo que yo quiero es que se vaya más allá de la tecnología, pensar cómo obtenemos mejores resultados de aprendizaje, cómo ampliamos el interés de los estudiantes por un tema, cómo expandimos sus horizontes más allá de Colombia y pensamos globalmente.

Todas esas preguntas se pueden resolver con la tecnología. Pero toca empezar por hacérselas. Porque lo que pasa cuando se empieza por la integración tecnológica, que es la parte fácil, es que los profesores dejan de plantearse estas cuestiones. Cuando las computadoras van por delante, los profesores son reticentes a usarlas. En el mejor de los casos, los maestros que las usan solo están automatizando el mundo físico que tenían antes. Entonces, están haciendo lo mismo, solo que con un computador.

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S.E.: ¿Qué tan difícil es capacitar a los profesores?

A.S.: El reto no es entrenarlos a usar computadores. La mayoría de profesores hoy usan smartphones y otros dispositivos tecnológicos para hacer un montón de cosas en su vida personal, y saben cómo usarlos. El reto es darles la confianza de que su papel se expande, no disminuye, con la tecnología.

Muchos profesores se resisten a la tecnología porque sienten que les resta su valor. En nuestra experiencia, es todo lo contrario: la tecnología valoriza al profesor. Hoy en día ellos pueden orquestar un aprendizaje que existe más allá de la clase, más allá del horario escolar; pueden inspirar a los estudiantes a aprender y a indagar más a fondo sobre los temas que están explorando. Los profesores pueden hacer muchas cosas ahora con la tecnología. Pero tienes que darles la confianza de que se enseña y se aprende de un modo diferente que antes.

S.E.: ¿Y en qué tiene que cambiar el papel de los docentes?

A.S.: Ahora un maestro está acostumbrado a ver su papel como un transmisor del contenido. En muchos sentidos, ahora eso se puede hacer con la tecnología y el papel del profesor se vuelve más el de inspirar a los estudiantes, crear un camino personal en cada uno, usar lo que aprenden los alumnos fuera de la clase y aplicarlo con proyectos colaborativos dentro del aula. Ese rol requiere más innovación y liderazgo en los maestros. Por eso, lo que nosotros hacemos con Microsoft no es solo instruir a los educadores sobre cómo usar Office 365, sino cómo pensar diferente dentro y fuera del aula.

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S.E.: Y aquí en el país, ¿se está generando ese cambio de mentalidad?

A.S.: Colombia está empezando a entenderlo con el trabajo que están desarrollando programas institucionales como Computadores para la Educación. Estos se están haciendo la pregunta de si hay que pensar diferente sobre los líderes educativos, sobre el currículo y el aprendizaje fuera y dentro del aula. Pienso que hay ejemplos del liderazgo, tanto como prácticas individuales de docentes como de instituciones educativas innovadoras, que refuerzan esa visión. Así que hay una conciencia sobre la transformación que debe hacerse. Lo que falta ahora es trabajar en la segunda fase, que es llevar esos cambios a cada escuela colombiana.

S.E.: ¿Qué es la educación para usted y cómo debería ser la educación del futuro?

A.S.: Pienso que la educación siempre ha sido sobre ayudar a la gente a obtener más de su futuro, ayudar a la gente a sacar a sus familias de la pobreza, inspirar pasión por resolver los problemas que el mundo enfrenta. Y, sobre todas las cosas, es sobre de empoderar a las personas para crear el futuro que quieren ver. Un sistema educativo diseñado perfectamente no deja afuera a ningún estudiante, crea oportunidades, prioriza los resultados educativos y trata el futuro de cada aprendiz como el motivo primordial del cambio. Además, un buen modelo educativo celebra las experiencias de aprendizaje. Importa más cómo se sienten los estudiantes en clase que lo que les ponen a hacer.

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