HISTORIAS
Los 64 estudiantes suspendidos por copiarse en clase de ética
En la Universidad de Dartmouth, Estados Unidos, estos alumnos fueron acusados de cometer fraude en un examen de la asignatura Deporte, Ética y Religión.
En noviembre pasado, el profesor Randall Balmer decidió usar esta metodología en un examen de su clase Deporte, Ética y Religión, a la que asistían 272 estudiantes. Sin embargo, durante la prueba notó que el número de respuestas que recibió el sistema era mucho mayor al de los estudiantes que estaban en su salón. La trampa fue evidente: varios de sus alumnos les entregaron los clickers a sus compañeros para que completaran el examen por ellos.
Según reportó el periódico de la Universidad de Dartmouth, Balmer también aplicó el examen en físico y advirtió que 43 de sus estudiantes no contestaron esta versión de la prueba; sus resultados solo aparecían en los clickers, por lo que el profesor los acusó el 11 de noviembre ante Leigh Remy, el director de asuntos jurídicos de la universidad. Luego de este incidente, otros 21 alumnos admitieron que habían respondido el examen por sus compañeros. Balmer confirmó que los involucrados fueron suspendidos por un semestre, precisamente porque esta conducta viola los principios de la institución.
El 70 por ciento de los alumnos en la clase de Balmer son deportistas y varios de los implicados en el fraude pertenecen a los equipos de fútbol, básquetbol, jockey, béisbol y lacrosse de la universidad. El profesor, supremamente decepcionado, escribió una columna en la que afirmó: “El nivel de confianza entre profesor y estudiante, tan necesario para una enseñanza y aprendizaje efectivos, se ha roto. La reputación de Dartmouth como una institución educativa de primer nivel ha recibido un golpe”.
Además, en una declaración para el Boston Globe sostuvo que la ironía sobre el fraude en una clase de ética es inevitable y que la situación es triste e inaceptable. De hecho, Balmer decidió crear la materia en Dartmouth para ayudar en su rendimiento académico a los deportistas y para evitar que se sintieran intimidados por las clases y la exigencia. La universidad ha guardado silencio ante el episodio. Su vocera Diana Lawrence le explicó al portal Valley News que no habrá pronunciamientos oficiales ni detalles sobre el proceso disciplinario de los estudiantes hasta tanto no culmine la etapa de apelación a la que tienen derecho.