EDUCACIÓN
Lo que un padre no debe decirle a su hijo
Semana Educación analiza algunas frases que pasan a ser recurrentes en el discurso de los progenitores en relación con la educación de sus hijos.

La motivación y el apoyo son dos actitudes fundamentales a la hora de potenciar la educación de los niños. También es importante hacer énfasis en las cualidades y debilidades de estos con el fin de motivar su compromiso con la enseñanza y pulir los déficits. Sin embargo, no todo vale para lograr este difícil objetivo. Así lo aseguró a esta publicación recientemente Ignacio Rubio, experto español en lenguaje conductual DISC, acrónimo formado por los términos Decisión, Interacción, Serenidad y Cumplimiento.
Ser progenitor es una tarea para la que ningún adulto está preparado: es una tarea que se aprende en el camino. Pero la parcela educativa es una cuestión que no permite concesiones. La implicación de los padres en la educación de sus hijos es el primer eslabón para asegurar una formación exitosa de los menores. Pero hay que ser cuidadoso en cómo se enfocan tantas exigencias y saber dirigir este rol de educadores primarios.
Tras hablar con diferentes expertos, Semana Educación analiza esas expresiones que en ocasiones emplean los padres y que, al contrario de lo que estos crean, no fomentan el interés de sus hijos en su propia formación.
No sirves para estudiar. Si lo que se pretende es incentivar el estudio de los hijos, este tipo de enunciados, por más buena intención que haya tras ellos, no funciona.
La motivación es la clave del aprendizaje, y un niño con disposición para aprender a trabajará con empeño y lograr más fácilmente sus objetivos académicos. Esto supone incentivar su actitud positiva respecto a su responsabilidad de estudiar desde los primeros años de vida, no rebajarla. Ni siquiera con frases chantajistas que tienen un buen trasfondo.
Nunca vas a ser nadie en la vida. El problema educativo se ha convertido en gran parte en un problema motivacional. No sólo a nivel familiar, también si se encuadra en las continuas transformaciones sociales y del mercado laboral: las exigencias están disparadas y ahora los estudiantes encuentran cada vez menos razones para formarse ante la imposibilidad de conseguir empleo como lo evidencias las cifras (16% a principios de año según cifras del DANE en jóvenes de 13 a 28 años).
Resulta prioritario guiar al menor para que acceda a una educación pertinente e incitarlo a que busque una vocación y centre sus esfuerzos en su consecución. Este tipo de enunciados no ayudan en ese objetivo.
"No se trata de que todo el mundo tenga que entrar a la universidad, pero sí que los que lo deseen puedan hacerlo, como explicó a Semana Educación Alfredo Sarmiento", director del programa Misión Calidad para la Equidad del PNUD.
Ponte a trabajar y no pierdas el tiempo estudiando. La educación es un derecho universal al que todos los niños deben tener acceso por una cuestión muy simple: mejora la calidad de vida del menor a todos los niveles de su desarrollo presente y futuro. “Falta por creer que la educación es transformadora. Yo me sueño que en este país el colombiano tenga la certeza que la educación le va a cambiar la vida a su hijo y que sea una creencia suya propia que su hijo tiene que ir a la escuela.Que no le puede sacar de ahí”, indicó María Victoria Angulo, directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación.
Si sacas el examen te regalo lo que quieras. No se trata de obligar a los menores a estudiar, pero sí hacerles entender que es su obligación, su responsabilidad, para tener mayores oportunidades en la vida una vez se conviertan en adultos.
La educación, por lo tanto, debe ser concebida como un derecho de los niños, e incentivarla, pero no por medio de regalos. Es un bien mayor que nada tiene que ver con lo material ni debe ser impulsado con ofrendas. “Este tipo de crianza lleva a los niños a que no desarrollen las capacidades ni los hábitos necesarios para que maduren y tomen sus propias decisiones”, subraya Lythcott-Haims en su libro How to Raise an Adult: Break Free of the Overparenting Trap and Prepare Your Kid for Succes.