ANÁLISIS
Las matrículas universitarias cada vez más altas
¿Se está convirtiendo la educación superior en un generador de brechas? A medida que suben los precios de las matrículas en las universidades del país, es más difícil pagar una carrera.
Esta semana el mundo se sorprendió al publicarse una verdad que se está haciendo paulatinamente más evidente: la brecha que separa a ricos y pobres cada vez es más grande. Según un estudio publicado por la organización sin ánimo de lucro Oxfam, el 1% más rico del mundo posee tanta riqueza como el resto de los habitantes del planeta.
En el grupo de privilegiados está Bill Gates, dueño de Microsoft que cuenta con una fortuna de 79.200 millones de dólares; Carlos Slim, el magnate mexicano de las telecomunicaciones que posee 77.100 millones y Warren Buffett, dueño de Berkshire Hathaway, con 72.700 millones, entre otros.
La ONG basa sus afirmaciones en un reciente informe de la empresa de servicios financieros Credit Suisse, con sede en Suiza. De este también se desprende que las 62 personas más ricas del mundo tienen tanta riqueza como la mitad de la población más pobre de la Tierra.
De estas averiguaciones se desprende que el sistema económico mundial funciona para beneficio de unos pocos y esa situación de inequidad se refleja en muchos sectores. Uno de ellos es el de la educación.
Para la familia de Valeria, por ejemplo, cada semestre que ella supera supone un alivio económico en cuanto ya se terminó de pagar. Pero comienza una nueva angustia: la nueva deuda que hay que enfrentar.
La joven estudia medicina en la Universidad Javeriana, está en décimo semestre y cuando entró, en el 2010, empezó pagando una matrícula de aproximadamente 11 millones de pesos. Hoy paga casi 18. Valeria ha visto cómo varios de sus compañeros se han retirado de la carrera por la imposibilidad de hacer frente a los altos costos, mientras sus papás hacían peripecias para costear su pregrado.
La Universidad Javeriana, perteneciente a la comunidad Jesuita, es una de las instituciones en educación superior más prestigiosas del continente, y cobra a sus estudiantes alrededor de 25 salarios mínimos al año con sus matrículas. “Cuando entré en el 2011 mis papás podían pagarme de contado el semestre, ahora debemos buscar posibilidades de financiación, como créditos con los bancos”, dijo a Semana Educación Alejandro Castañeda, un estudiante de Comunicación Social que tuvo que aplazar su último semestre por no poderlo pagar.
Estos altos costos de las matrículas son el resultado de la autonomía que las instituciones privadas tienen el país. Según la ley 30 de 1992, estas deben tomar como referencia para cobrar las matrículas de sus alumnos el aumento que da el índice de precios al consumidor.
Sin embargo, la ley aclara que las instituciones privadas están en la plena libertad de hacer aumentos por encima de este índice si lo justifican ante el Ministerio de Educación. No existe, sin embargo, decreto alguno que precise cómo debe ser dicha justificación.
Desde mayo del 2015, la cartera que dirige Gina Parody expidió el decreto 1075 de 2015 por el que las universidades ahora debe publicar la justificación, especificar el aumento y en qué se invertirá dicho dinero.
Lamentablemente, mientras los estudiantes estén dispuestos a pagar, cualquier aumento es válido y la universidad no está sujeta a sanciones. “Las universidades al mostrar un complejo abanico de posibilidades crediticias están generando una especie de confianza en los estudiantes y sus familias, cuando en realidad lo que hacen es endeudarlos más”, indicó a esta publicación Carlos Cáceres, analista financiero.
Entre noviembre de 2014 y octubre de 2015, periodo en el que se debe calcular el aumento de las matrículas y presentar la debida justificación para el año que viene según el Ministerio de Educación, el índice de precios al consumidor subió 5,89% en promedio.
Este año, los estudiantes de la Universidad Javeriana comenzaron el curso académico con un incremento del 7,5% en sus matrículas, y no del 5,89. También pasó con instituciones como la Universidad Católica, Santo Tomás y Sergio Arboleda entre otras.
De acuerdo con el Observatorio de la Universidad Colombiana, el 64% de los programas de pregrado aumentó el precio de sus matrículas por encima del 7%. Un 21% lo hizo por encima del 15%, y únicamente un 14% del muestreo de los pregrados subió sus precios por debajo del 6%.
Esta tendencia de inflar los precios de las matrículas no sólo aplica para la Javeriana, también para el resto de instituciones que brindan pregrados que han subido su costo en más del 30% en menos de 5 años. Así, pagar una buena educación en Colombia no es un derecho, sino una cuestión de estatus.
Para el debate
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