La herramienta para conocer qué buscan las empresas en sus trabajadores

En los últimos años la brecha existente entre la oferta y la demanda de talento humano en el país ha sido tema de discusión en los ámbitos académicos y empresariales. De hecho, el año pasado el Banco Mundial alertaba que el 47 % de los empleadores en Colombia tienen dificultades para encontrar trabajadores con las habilidades necesarias. En la otra cara de la moneda, un estudio de 2017 del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia aseguraba que el 50 % de los colombianos está sobrecualificado para los trabajos que desempeñan. Se trata de un “desajuste educativo” que, según los expertos, se refiere a “la diferencia entre los niveles educativos de los trabajadores y los requerimientos de estudio exigidos en sus ocupaciones”.

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Para hacer frente a esta falta de sintonía entre el mercado laboral y el sector educativo, el gobierno ha presentado hoy una herramienta en la que lleva años trabajando y que países como Canadá y Finlandia llevan décadas implementando. Se trata del Marco Nacional de Cualificaciones (MNC) con el que se busca, por un lado, reconocer los saberes, habilidades y destrezas que han acumulado los colombianos a lo largo de toda la vida, estén o no reconocidos por un título, y, por otro lado, determinar y clasificar las competencias y conocimientos que debe tener una persona para desempeñar su labor en los diferentes sectores productivos de forma eficiente.

Como explicó la ministra de Educación Yaneth Giha durante la presentación, es la forma con la que el gobierno quiere garantizar la articulación del sistema educativo y el productivo para que responda a las necesidades laborales y sociales de los ciudadanos y del país. En otras palabras, que lo aprendido sea pertinente tanto para el contratado como para quien contrata.

Por el momento, el MCN abarca nueve sectores de los 56 que lo requieren: Minero, Salud, Cultura, Agricultura, Aeronáutico, Transporte, Minas y Energía, Educación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, para los que se han construido nueve catálogos de competencias. “Ahora vamos a iniciar un proceso, un piloto, con algunas instituciones técnicas y tecnológicas para medir el impacto”, señaló Giha. Según Víctor Alejandro Venegas, director de Fomento de la Educación Superior del Ministerio de Educación Nacional (MEN), no es un modelo para homogeneizar, ni estandarizar la educación superior, es un referente para mejorar la oferta.

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Los catálogos tienen varias funciones y objetivos. Para los estudiantes será un instrumento útil para elegir un programa académico que se ajuste a sus intereses y habilidades. Además, facilitará los procesos de reconocimiento de estudios en el exterior ya que cuenta con un sistema con mayores niveles de comparación internacional. “La educación es una poderosa herramienta de transformación social. En la medida en que más ciudadanos accedan a una formación pertinente y de calidad, el país elevará su productividad y eso es lo que se pretende con el MNC y sus catálogos: seguir avanzando en una oferta educativa de calidad, conectada con las necesidades del sector productivo, que abra más y mejores oportunidades de empleo a los jóvenes y todas las personas del país”, agregó la ministra.

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En cuanto a los trabajadores, el MNC les permitirá contar con información sobre la salida que tiene su hoja de vida en el mercado laboral y la manera en la que su perfil responde a las necesidades sociales y productivas del país. También facilitará el reconocimiento de las habilidades y competencias que han adquirido durante su experiencia laboral y a lo largo de la vida.

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Para las empresas, el MNC simplificará los procesos de selección para encontrar fácilmente el talento humano que se ajuste a las necesidades de la organización.

El Marco Nacional reconocerá tres vías para obtener estas cualificaciones. La primera por medio de la educación formal en los niveles de Básica, Media y Superior que otorgan grados y títulos; la segunda mediante los programas de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano que otorgan certificados de aptitud ocupacional, y la tercera y última a través del reconocimiento de los aprendizajes obtenidos de manera informal o empírica que sean evaluados y certificados por instituciones autorizadas.