EDUCACIÓN
Persiste la incertidumbre alrededor del futuro de las Pruebas Saber
La comunidad educativa está inconforme con la decisión de eliminar la Prueba Saber para los grados 3, 5 y 9. El Ministerio de Educación, desde ya, las deja en manos del próximo gobierno, al igual que la entrega de incentivos para el sector.
En el sector educativo ronda la preocupación. Muchos se preguntan qué pasará este año cuando no se realicen las Pruebas Saber, como era costumbre, en los grados tercero, quinto y noveno, así como lo anunció Ximena Dueñas, la directora del Icfes, hace algunas semanas.
Muchas son las voces inconformes. Por ejemplo, Eduardo Nicolás Hernández, rector de la Institución Educativa Departamental Rincón Santo Cajicá -una de las que obtuvieron los mejores resultados el año pasado- lamenta la situación, pues, dice, se quedarán "sin una herramienta de seguimiento y control externo para el diagnóstico estratégico institucional".
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Además, muchos expertos aclaran que con la eliminación de la prueba anual se interrumpirá el proceso de investigación de la calidad de la educación, y la comparación del progreso con años anteriores.
El desempeño de las instituciones se mide con el Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), la herramienta creada para evaluar el proceso educativo de los colegios según los resultados de las Pruebas Saber. Con esta medición se determinaban los planes de acción para el mejoramiento de la educación en el país, por medio de cuatro componentes: progreso, eficiencia, desempeño y ambiente escolar.
Según estos resultados, además, se realiza el Día de la Excelencia, donde las instituciones de educación pública son exaltadas por sus buenos puntajes y se les brindan incentivos académicos y económicos. Una de las preguntas que se abren ahora es ¿qué pasará con esos incentivos?
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Como explicó Hernández, los apoyos se entregaban sobre el mínimo de mejoramiento anual de cada colegio, es decir, si se obtenía una mejora frente al desafío de subir algunos puntos en el porcentaje global de resultados de las pruebas. “De ahí se establecía una categorización de la entrega de incentivos para los colegios, los docentes, el personal administrativo y secretarias de educación que alcanzaran los mejores resultados”. Es así como muchos consideran que estos recursos extra se convirtieron también en el reconocimiento por el cumplimiento que los docentes hacen con sus programas y sus contenidos curriculares.
Ante esto, el Ministerio de Educación anunció que la política de incentivos fue iniciativa del actual Gobierno y queda en las manos del próximo la decisión de continuarlos o no. Además, afirmó que no se eliminará la medición del ISCE, pues este se elaborará con los resultados de la Prueba Saber 11.
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En días anteriores, Dueñas había explicado que la decisión se tomó porque la aplicación anual de las pruebas ya cumplió su ciclo de 12 años. “La idea es hacer un alto en el camino para poder incorporar nuevos elementos que ya existen en el medio educativo, como son los lineamientos curriculares. El objetivo es volver a empezar con una nueva línea de base en el 2019, incorporando estos elementos”, dijo.
Para el Ministerio de Educación, “el principal objetivo de esta prueba es hacer seguimiento al desempeño de los estudiantes, y dicho seguimiento no necesariamente se debe realizar cada año. Las pruebas Saber fueron diseñadas para ser aplicadas cada tres años y este Gobierno decidió realizarlas anualmente y así lo hizo entre 2012 y 2017, es decir, durante 6 años consecutivos”.
En concreto, el futuro de las Pruebas Saber, como se realizaron durante los últimos años, es incierto. El Gobierno dice que cumplieron su ciclo, pero para la comunidad educativa ya se habían convertido en una herramienta clave para mejorar la calidad de sus servicios.