OPINIÓN

La polémica sobre si los Andes es la universidad "más pública del país"

El debate que ha surgido en las redes sociales por las afirmaciones del rector Pablo Navas, donde indica que la Universidad es la más pública de las colombianas, invita a reflexionar sobre lo que es público y lo que es privado.

Mario Fernando Hurtado
11 de noviembre de 2015
| Foto: Wikipedia.Commons.

*Mario Fernando Hurtado.

“En distintos foros he afirmado que la Universidad de los Andes es la más pública de las universidades colombianas, esta afirmación resulta un tanto provocadora” expresó el rector Pablo Navas durante la ceremonia de graduación de los pregrados 2015-1. Y efectivamente, provocadora sí fue. El estudiante Daniel Alejandro Hernández en una tarima durante Micrófono Abierto hizo un discurso al frente de otros uniandinos en el que critica abiertamente las palabras de Navas.

“Yo no sé si reír o llorar, ¿Por qué el rector cree que una universidad que cobra más de $14 millones de pesos por semestre en un país con salario mínimo legal de $644.350 es la universidad más pública de todo el país?” y continúa “según él (Pablo Navas), esta es la universidad más pública porque todas las personas que están acá están porque se lo merecen y todos los estudiantes que reciben la distinción son una prueba de ello”. 

El debate lleva a la pregunta ¿qué es lo público?  Según la politóloga Teresa Barbieri se puede definir “como el espacio de conocimiento y reflexión de la sociedad sobre sí misma y de las propuestas y acciones colectivas que tienden a mantener o alterar el estado de cosas vigente en la sociedad, o en sectores particulares de la misma. Se trata de un ámbito heterogéneo, donde es posible distinguir niveles diferentes”. Lo público responde entonces a un interés colectivo, lo que es de acceso universal, que está anclado en el Estado de Derecho, por lo tanto no se puede confundir la labor que hace una universidad tradicional de élite para seleccionar talentos de diferentes orígenes socio económicos  con una acción que la haga pública.

La universidad pública es aquella que facilita el acceso a la educación, bien sea con costos muy bajos o gratuitos, que no tiene intereses de lucro, que obtiene recursos para ampliar el acceso a nuevos estudiantes y sobre todo que es del Estado, es decir de un pueblo.

 La Universidad de los Andes es una universidad privada ubicada en el centro de Bogotá y fue fundada en 1948 por un amplio grupo de académicos liderado por Mario Laserna, Francisco Pizano de Brigard, el presidente  Alberto Lleras Camargo, Nicolás Gómez Dávila entre otros, y fue un proyecto para formar las élites del país, de ahí que su vocación sea privada, sus costos de matrícula elevados por ejemplo 20 millones de pesos el semestre en Medicina y el promedio de programas donde un semestre cuesta 14 millones de pesos. Algo que sin duda solo podría pagar un 5% de la población colombiana. ¿Se puede pensar que funciona como una universidad pública?

La universidad de los Andes se ha consolidado según varios estudios nacionales e internacionales como la mejor del país, por pruebas, investigaciones y mediciones; y cuenta con el reconocimiento internacional como una universidad de élite. Sin embargo, hay algo que no es desconocido, el dinero por sí solo no garantiza la calidad académica, ni las habilidades de los estudiantes. Por eso cualquier universidad de élite requiere becar talentos y personas con gran potencial para mantener los estándares de calidad en conocimiento y producción científica. Por eso se recurre a las opciones de becas, sin embargo, eso no es justificación  para afirmar que es una universidad pública.

La polémica generada en redes sociales por el escrito del estudiante Daniel Alejandro Hernández lleva a la reflexión sobre qué es lo público y lo privado. La universidad de los Andes se destaca por haber sido la primera universidad colombiana que se consagró como laica en una historia de universidades privadas de origen confesional, pero de ahí a justificarse como pública hay una gran brecha.

Semana Educación invita a construir desde el debate sobre lo público y lo privado. A no jugar con afirmaciones que no corresponden a la realidad y sobre todo a defender lo público así como a valorar los esfuerzos privados por una educación de calidad en el país.

*Editor Semana Educación
@HurtadoBeltran