EDUCACIÓN

Los detalles del programa Ser Pilo Paga

Así funciona el programa Ser Pilo Paga, que busca revolucionar la formación universitaria en el país, permitiendo el acceso a las personas de menores recursos. La meta: beneficiar a 40.000 estudiantes a 2018.

28 de noviembre de 2015
| Foto: Cortesía.

Pilo Paga es el tema de moda en educación. No solo porque implica una completa transformación de los subsidios estatales, que buscan ser más efectivos al estar focalizados, sino que además pretenden revolucionar una generación de colombianos que podrá tener entre sus futuros dirigentes a personas de todos los estratos sociales.

Con un presupuesto de $155.000 millones en el primer año y de $374.000 millones en el segundo, que es 2016, se espera beneficiar un promedio de 10.000 jóvenes al año, para llegar a 40.000 al final del cuatrienio.

Si bien existen críticas porque los estudiantes han elegido mayoritariamente universidades privadas y no públicas o porque la variable para ser elegido es un puntaje alto en las pruebas Saber 11, que no dan toda la información necesaria para saber si un bachiller es realmente pilo, el programa tiene más seguidores que detractores. Sin embargo, falta esperar cinco años a que se gradúe el primer grupo de pilos como profesional para comprobar si con su formación universitaria realmente se logra su movilidad social y la de su familia, que es el objetivo final de programas como este.

Para entender cómo funciona, Semana Educación realizó la siguiente guía:

¿Qué es?

El programa Ser Pilo Paga es la apuesta del Gobierno Nacional para facilitar el acceso a instituciones universitarias de calidad a los estudiantes de menos recursos con excelentes resultados en las pruebas Saber. El proyecto es visionario y plantea grandes retos en aras de darle continuidad y lograr que los estudiantes finalicen sus estudios y puedan ubicarse de forma exitosa en el mundo laboral.

¿A quién beneficia?

Está pensado para los estudiantes que finalizan secundaria con los mejores resultados. Es decir, un puntaje superior a 318 en la prueba Saber. Además, debe estar registrado en el Sisbén y allí estar clasificado con las siguientes puntuaciones: menos de 5.721 puntos si vive en las 14 principales ciudades del país, 5.632 si está en los demás centros urbanos, o menos de 4.075 puntos si es habitante de zonas rurales. Si muchos estudiantes inscritos en el Sisbén obtienen puntajes superiores a 318 en la prueba Saber, se privilegiará a los que tenga menor puntuación en el Sisbén. De tal manera se trata de llegar a la población menos favorecida.

¿Cuántos estudiantes serán beneficiados?

9.048 han ingresado a segundo semestre, para 2016 hay 11.000 cupos. La viceministra de Educación Superior, Natalia Ariza, en entrevista con Semana Educación afirmó que están asegurados los recursos anuales hasta 2018. Es decir, habrá más de 40.000 pilos que podrán estudiar financiados por el Gobierno.

¿Qué universidades están acreditadas?

En total son 40 universidades certificadas de alta calidad, en 10 áreas metropolitanas: Bogotá Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Manizales, Popayán, Tunja y Pereira. Es decir, pilos de 22 departamentos deberán desplazarse a otras ciudades, por lo que cuentan con un subsidio mayor.

¿Cuáles son las carreras más elegidas y las que menos?

La mayoría de los pilos quieren ser médicos, ingenieros civiles o industriales, abogados, sicólogos, arquitectos o administradores de empresas. Lo que menos les apetece es ser tecnólogos o licenciados.

¿Cuáles son los requisitos académicos?

Para que el crédito sea condonable, deben aprobar todos los semestres y aplazar máximo un año. Si deciden cambiar de carrera, se les pagan los semestres acordados inicialmente y deben tomar un crédito para terminar.

¿Qué pasa si un estudiante se retira o pierde?

Debe pagar el crédito otorgado por el Gobierno por el valor de la carrera. El Ministerio de Educación acordó con el Icetex formas de financiación para que puedan cumplir con la deuda sin que los intereses aumenten.

¿Cómo se benefician las universidades?

El Ministerio les paga la tarifa plena a las universidades. La viceministra Ariza afirma que dichos recursos deben ser invertidos en bienestar, biblioteca y servicios generales de los centros académicos. Más pilos en las universidades representan más ingresos y el prestigio de estar entre los centros académicos de mejor reputación en el país.

¿Cuáles son las críticas al programa?

Las voces críticas apuntan a que se debe invertir más en educación pública que solo en algunos jóvenes, una apuesta marginal para transformar la educación del país. Por otra parte, algunas otras han salido decir que el hecho de que la prueba Saber sea el único indicador para definir a un pilo hace que el programa tenga limitaciones.

¿Qué retos enfrenta?

La adaptación del ‘pilo’ no depende solo de su éxito académico, también es importante el acompañamiento sicológico, porque el cambio es total (contexto, alimentación y entorno) es posible que un estudiante no se adapte socialmente al contexto de la universidad y después tampoco se vea adaptado en su entorno familiar. Por eso, el éxito del programa radicará en lograr que sean competentes académica y profesionalmente.

¿Y la continuidad?


El éxito del programa deberá garantizar la continuidad, pero en un periodo de recorte financieros, de descenso de los precios de las materias primas, hay que ver de dónde saldrán los recursos para sostenerlo, porque cada año ingresarán más pilos y posiblemente en cinco años se necesitarán 100.000 créditos – beca.


También los profesores

Varios estudios demuestran que los estudiantes con puntajes más bajos en pruebas Saber ingresan a las carreras de licenciatura, lo que al final incide en la calidad de los docentes que tiene el país. Por este motivo, el Gobierno decidió crear una extensión de Pilo Paga para aquellos estudiantes que deseen formarse como maestros.

A ellos les ofrecen incentivos como la posibilidad de doble titulación o la beca para estudios de postgrado cuando terminen la carrera. También se contemplan intercambios con Corea y Francia, países con los que ya se han firmado convenios.

Además, debido a que la formación docente de pregrado se quedó en manos de pocas universidades públicas regionales, la Pedagógica y universidades privadas no registradas en alta calidad, se está promoviendo que las universidades privadas de alta calidad abran oferta para licenciaturas básicas. Ya lo están haciendo el Icesi en Cali y las universidades Javeriana y Andes en Bogotá.

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