PRESENTACIONES

Seis gestos de oradores profesionales y su significado en los negocios

Algunas de las expresiones no verbales más importantes que se deben dominar para tener éxito en los negocios.

26 de abril de 2015

La mayoría de las personas no están conscientes de los movimientos de sus manos cuando realizan una exposición importante. Según Juan Carlos Lecompte, experto en comunicación estratégica y storytelling, la perfecta sincronía entre el discurso, el movimiento del cuerpo y lo que hacemos con las manos logran en los interlocutores: comprensión, credibilidad y confianza.

Semana Educación seleccionó una lista con los seis gestos más usados por líderes políticos y empresariales, que si se practican con frecuencia, ayudan a proyectar la imagen profesional deseada.

1. Heroico: lo usan negociadores, políticos y empresarios para añadir dramatismo a su discurso. Sobre todo, cuando el objetivo es presentarse como líder frente a la solución de un problema. Era el gesto batuta de Jorge Eliecer Gaitán.

¿Cómo hacerlo? La curvatura de los dedos se asemeja a tener una pelota de tenis en la mano. En la medida en que el discurso es más dramático, algunos oradores alzan la mano, incluso por encima de la cabeza.

¿Qué puede salir mal? Según los expertos, este gesto necesita de muchas horas de práctica y debe usarse dependiendo del contexto para no ser visto como una persona arrogante o impotente.

2. Exacto: la mayoría de los empresarios lo emplean para dar un dato estadístico, una cifra importante o para informar de una tarea que se debe cumplir al mínimo detalle. En la política, lo usan, entre otros, la Canciller de Alemania Angela Merkel y el presidente de Colombia Juan Manuel Santos.

¿Cómo hacerlo? Se junta el dedo índice y pulgar extendiendo por completo los demás. En cuanto la mano se acerque al rostro su significado es de "pequeñez", si por el contrario se acerca al torso, significa "exactitud".

¿Qué puede salir mal? En algunos países el uso de gestos que unan el pulgar con cualquier otro dedo pueden ser vistos como obscenos.

3. Poderoso: un gesto prácticamente universal. Representa la expresión máxima de poder, determinación y resistencia. Los oradores lo usan para enfatizar los puntos claves del discurso o cuando este llega a su mejor momento y desean terminar la intervención de manera contundente. Es uno de los gestos que más usaba Nelson Mandela.

¿Cómo hacerlo? Según la intensidad del mensaje, se agita el puño rápidamente de arriba a abajo, acompañándolo de otras expresiones del cuerpo, mirada y tono de voz.

¿Qué puede salir mal? Si el público no se ha "enganchado" con el tema que se está exponiendo, el uso de este gesto termina por restarle credibilidad al discurso.

4. Honesto: Es quizá una de las expresiones del lenguaje no verbal más útiles para mostrar confianza y sinceridad. En un discurso, es una exhibición directa de honestidad con el interlocutor. Lo usaba Steve Jobs en sus intervenciones.

¿Cómo hacerlo? Extender una o ambas manos en una posición neutral, con los dedos juntos y el pulgar ligeramente hacia arriba.

¿Qué puede salir mal? Si se usa por demasiado tiempo puede parecer una expresión forzada, transmitiendo un mensaje opuesto al deseado.

5. Directo:
Uno de los gestos más persuasivos que existen. Comunica flexibilidad y trabajo en equipo. En los negocios se emplea para hablar sobre metas, objetivos y estrategias o, con los dedos juntos, sobre dirección y determinación. Lo usa, entre otros, el presidente de los Estados Unidos Barack Obama.

¿Cómo hacerlo? Con el pulgar levantado, extender la palma de la mano hacia un costado realizando ligeros movimientos. Útil para enfatizar palabras con mayor fuerza o marcar el ritmo del discurso.

¿Qué puede salir mal? Es un gesto cómodo de hacer. Si no se controla su uso, un orador puede pasar más de 15 minutos agitando la mano de un lado a otro y solo conseguir cansar a su público.

6. Cercano: Los expertos en storytelling lo usan para que el auditorio se conecte emocionalmente con una parte del discurso o se contagien con la pasión del mensaje que transmiten.

¿Cómo hacerlo? Mover una o ambas manos hacia adelante y luego devolverlas hacia el torso, con las palmas hacia el pecho.

¿Qué puede salir mal? Exagerar esta expresión puede hacer parecer al orador como ególatra o narcisista.


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