A las tres y media de la madrugada del viernes 1 de marzo, en su apartamento de la rue de Grenelle, murió en París el clavecinista Rafael Puyana, que junto a Gabriel García Márquez y Fernando Botero fue el artista colombiano de más renombre y reconocimiento internacional. Problemas de salud lo habían mantenido alejado de los escenarios locales desde 2004, cuando tocó su último recital en el teatro de Colsubsidio de Bogotá.
Puyana nació en Bogotá en 1931 y se inició musicalmente en el piano. Pero siendo muy joven abandonó este instrumento para dedicarse a interpretar la música antigua, un campo en el que logró el máximo reconocimiento internacional, al punto de llegar a ser considerado en su momento el primer clavecinista del mundo. Su nombre saltó a la fama a raíz de su aclamado debut en 1957 en Nueva York. A partir de ese momento se presentó en las más importantes salas de conciertos, inició su carrera discográfica, ampliamente aplaudida, y emprendió su más ambiciosa empresa: recuperar un repertorio musical que no se interpretaba desde el siglo XVIII. Su año glorioso fue 1985. La televisión francesa y la BBC de Londres lo escogieron para protagonizar los homenajes a propósito del tercer centenario del nacimiento de Domenico Scarlatti y Georg Friedrich Händel en programas ampliamente divulgados en Europa.
Un cáncer, descubierto el pasado enero, causó su deceso. Esta semana sus restos serán traídos a Bogotá, donde recibirán sepultura en el mausoleo de su familia en el Cementerio Central de la capital.