Las pirámides de la discordia

30 de junio de 2007

Entre 2005 y lo que va corrido de 2007 la Secretaría de Tránsito tiene un registro de 404 víctimas (13 mortales) en el sector de la concurrida Avenida Oriental. Por eso, a la Alcaldía de Medellín se le ocurrió una manera muy original de proteger a los peatones allí: se trata de construir 240 coloridas pirámides en el separador central para obligar a los transeúntes a cruzar por la cebra. La obra, cuyo valor es de 970 millones de pesos, pretende además evocar las montañas y las flores de la región. Pero aunque su objetivo es mejorar la calidad del espacio público y el medio ambiente, pues supuestamente están llenas de tierra y abono para los árboles del sector, las críticas no se han hecho esperar. Para la Contraloría de Medellín, se trata de un impedimento a la libre circulación. Algunos urbanistas aseguran que son un peligro, pues el sol que se refleja en sus baldosines de colores podría encandilar a los conductores. Por su parte, los ambientalistas piensan que es probable que terminen asfixiando los árboles. El periódico El Colombiano contribuyó a la discusión cuando en un reciente editorial señaló que “la administración del alcalde Sergio Fajardo decidió terminar su período como los faraones: legando pirámides a la posteridad”.