ENFOQUE

"La coca debe ser totalmente legal"

El reconocido antropólogo canadiense Wade Davis, uno de los extranjeros que más sabe sobre Colombia, está en el país para participar en la Feria Colombia BirdFair 2017 que se lleva a cabo en la ciudad de Cali. Habló con SEMANA sobre postconflicto y los retos ambientales y económicos que ahora enfrenta el país.

18 de febrero de 2017

¿Qué temas tocará en su conferencia en Cali?

Quiero que los colombianos se den cuenta de todas las oportunidades que tienen. Después de 50 años de guerra hay paz, y aunque todo el mundo se esté desmoronando, Colombia se está recomponiendo  y  se vuelve un ejemplo para el resto del mundo.

¿Dónde debería el país buscar esas oportunidades?

Una de las consecuencias del conflicto fue que el país se quedó fuera de la vista de los viajeros, pero con el proceso de paz eso ha cambiado y tienen que aprovecharlo. El turismo es lo que está mandando la parada en la economía global y ahora los viajeros se interesan mucho en países que conservan su herencia cultural, como lo hace Colombia. Poder ir en tan solo una hora desde una ciudad cosmopolita como Bogotá a un páramo, a los llanos, a un bosque o una montaña son planes muy exclusivos, porque en muchos países desarrollados y donde está creciendo la población eso no se encuentra.

¿Qué más cree que cambiará con el fin del conflicto?
     
Durante 40 años muchas zonas han estado por fuera de los límites de la colonización, exportación, tala de bosques, minería y petróleo,  pero ahora todas esas áreas van a estar expuestas a una avalancha de propuestas industriales, no solo de compañías colombianas, sino extranjeras. Países como Ecuador, Perú y hasta  Brasil han estado muy abiertos a la industrialización en estos 40 años y ahora están viviendo las consecuencias. El país tiene suerte de que se están tomando esas decisiones con una conciencia contemporánea, es decir, hace 40 años las personas no se hubieran preguntado si es bueno hacer o no una carretera en la mitad del Amazonas, simplemente la hubieran hecho.


¿Sigue siendo Colombia un país estigmatizado?

No me puedo imaginar la humillación que los Colombianos han tenido que pasar todos estos años por tenerse que ver relacionados con la droga y todos los problema internos del país, es algo que me parece verdaderamente injusto. Pero a pesar del estigma,los colombianos han caído en cuenta de que es el país con la tierra más rica del mundo. Cuando se trata de número de especies de aves, diversidad ecológica y biodiversidad en general, solo la supera Brasil, un país mucho más grande.

Uno de los temas más álgidos del postconflicto es, ¿qué hacer con los cultivos de coca?

Una lección que nos ha dejado la historia es que la prohibición de estimulantes, alcohol o drogas, solo ha beneficiado a la mafia. La agonía de Colombia no hubiera sucedido si las drogas fueran legales. La prohibición ha sido un fracaso, se han gastado millones de dólares intentando prohibir el uso de la cocaína y otras drogas y todo lo que se ha logrado es crear burocracias que no están interesadas en que se acabe la guerra porque ya no tendrían trabajo.Por otro parte, creo que la coca debe ser totalmente legal para usarla de la forma en que la usan los indígenas. La compañía que descubra la manera de vender la planta de la coca de forma que al consumidor le guste usarla, se volvería muy exitosa y sería pionera de una economía gigante.Si la gente se diera cuenta que la coca, no la cocaína, es un extraordinario estimulante, perfecto para la economía moderna porque crea una sensación de bienestar, sin ser adictiva, ni tóxica y es mucho mejor para el cuerpo y efectiva para la concentración que el mismo café, sería de mucha ayuda.

Muchos temen que al legalizar la cocaína se incremente el consumo…

Nadie está más en desacuerdo con el negocio ilícito de la cocaína que yo. Cada que puedo le digo a las personas en medios de comunicación y en conferencias, “si ustedes alguna vez ven a alguien consumiendo cocaína o si ustedes lo hacen, deben saber que están matando bosques, indígenas y personas colombianas”. Pero también tomo como ejemplo que aun se puede comprar cocaína en cualquier esquina de Norteamérica, a pesar de los 40 años que se lleva intentando erradicarla. Nunca he conocido a alguien que su decisión de no consumir drogas haya tenido que ver con la ilegalidad de las mismas. Las personas que no consumen cocaína lo hacen porque saben que es estúpido hacerlo.

¿Entonces que cree que pasaría tras la legalización?

Si la cocaína se volviera legal mañana, estoy seguro de que la consumición no aumentaría, pero por el contrario bajaría la violencia  y la imposibilidad del Estado de controlar el proceso.

Pero así se acabe el conflicto, legalizarla no será fácil….

Una de las consecuencias de que Donald Trump cierre las puertas de Estados Unidos es que muchos países, incluyendo Colombia, tienen la oportunidad de retirarse de la influencia norteamericana, pues ya no tienen otra opción. La legalización internacional de productos a base de planta de coca, algo que hubiera sido inconcebible hace 10 años por la presión de Estados Unidos, ahora es una posibilidad porque el régimen de Trump será beligerante, sin importar lo que haga Latinoamérica.

¿Qué papel cree que deberían  tener los indígenas en el proceso de paz?

La gran lección de la antropología es que toda cultura tiene algo que decir y debe ser escuchada. La gran maldición de la humanidad ha sido la “miopía cultural”, la idea de que mi cultura es lo real y que todo lo demás se intenta parecer a lo mío. Todos los lugares relegados por años a causa del conflicto son casa de voces de la humanidad que están ahí para inspirarnos de muchas maneras y en este proceso deben ser escuchadas. Los indígenas están aquí para recordarnos que nuestra forma no es la única forma y que el planeta Tierra necesita que cambiemos la forma de vivir.


Ha dicho que sueña con que los colombianos limpien algún día el río Magdalena.¿Ve más cerca esa opción?

El agua es el mayor tesoro del planeta y Colombia tiene mucha. El 88% del país, incluyendo las personas que viven en Medellín y Bogotá, viven en el drenaje del río Magdalena. Siempre ha sido y será no solo un medio de transporte, sino el corazón del país, inspiración para canciones, poesía y sueños. Sería más fácil si las personas no lo vieran como un problema medioambiental, sino como un símbolo nacional de orgullo y patriotismo. Limpiar el río sería el acto más patriótico por parte de los colombianos.