CULTURA

Cinco novelas esenciales de Mario Vargas Llosa

7 de octubre de 2010

"La vocación literaria no es un pasatiempo, un deporte, un juego refinado que se practica en los ratos de ocio. Es una dedicación exclusiva y excluyente, una prioridad a la que nada puede anteponerse, una servidumbre libremente elegida que hace de sus víctimas (de sus dichosas víctimas) unos esclavos". Escribió Mario Vargas Llosa en “Cartas a un joven novelista”. Con motivo del anuncio del Premio Nobel, RevistaArcadia.com escogió 5 novelas esenciales de Mario Vargas Llosa para quienes quieren iniciarse en la lectura del novelista peruano.


La ciudad y los perros (1962)
En síntesis: Basada en su época de estudiante en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima, La ciudad y los perros retrata las historias de un grupo de muchachos que deben enfrentarse a la barbarie, la humillación, los castigos y la pérdida de la inocencia.

Lo que significó para su carrera: Esta, su primera novela, obtuvo el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica en 1963. Un debut literario que tomó por sorpresa a la crítica y al público.

Una fragmento: “(...) Escucha que lo insultan. Está de nuevo en el patio. Vacila unos instantes, luego se encamina hacia el descampado. "Y si estuviera durmiendo en la hierbita, y si se estuviera robando el examen, durante mi turno, mal parido, y si hubiera tirado contra, y si." Cruza el descampado hasta llegar al muro posterior del colegio. Las contras se tiraban por allí, pues al otro lado el terreno es plano y no hay peligro de quebrarse una pierna al saltar. En una época, todas las noches se veían sombras que franqueaban el muro por ese punto y volvían al amanecer. Pero el nuevo director hizo expulsar a cuatro cadetes de cuarto, sorprendidos al salir y desde entonces una pareja de soldados ronda por el exterior toda la noche. (...)”

La casa verde (1965)
En síntesis: Con una clara influencia de la narrativa de William Faulkner, Vargas Llosa cuenta la historia de “La casa verde”, un prostíbulo ubicado en la ciudad selvática de Piura y desde ahí se mueve por diferentes espacios para también contar la historia de un sargento rebelde y de un contrabandista de origen japonés que sufre una penosa enfermedad.

Lo que significó para su carrera: Esta novela experimental le valió el Premio Rómulo Gallegos en su primera edición en 1967.

Un fragmento: “ (...) El sargento está inclinado sobre la proa, el práctico y los guardias arrastran la lancha hacia la tierra seca. Que ayudaran a las madrecitas, que les hicieran sillita de mano, no se fueran a mojar. La madre Angélica permanece muy grave en los brazos del Oscuro y del Pesado, la madre Patrocinio vacila cuando el Chiquito y el Rubio unen sus manos para recibirla y, al dejarse caer, enrojece como un camarón. Los guardias cruzan la playa bamboleándose, depositan a las madres donde acaba el fango. El sargento salta, llega al pie del barranco y la madre Angélica trepa ya por la pendiente, muy resuelta, seguida por la madre Patrocinio, ambas gatean, desaparecen entre remolinos de polvo colorado. La tierra del barranco es floja, cede a cada paso, el sargento y los guardias avanzan hundidos hasta las rodillas, agachados, ahogados en el polvo, el pañuelo contra la boca, el Pesado estornudando y escupiendo (...)”

La tía Julia y el escribidor (1977)
En síntesis: Una novela autobiográfica en donde un adolescente, llamado Mario Vargas, se enamora de su tía política Julia, divorciada y 10 años mayor que él. Es una novela de iniciación en donde el escritor se sumerge en sus vivencias de adolescente para deleitar al lector con reflexiones sobre el aprendizaje y sobre el amor hacia la escritura y hacia las mujeres.

Lo que significó para su carrera: La historia de amor fue todo un éxito editorial en su momento y hasta sirvió como guión para una telenovela. Recientemente volvió a sonar en la prensa debido a la muerte de Julia Urquidi, la ex esposa del escritor peruano y la inspiración para el personaje principal de la novela.

Un fragmento: “ (...) Estábamos en el altillo y conversábamos mientras yo pasaba a máquina, cambiando adjetivos y adverbios, noticias de El Comercio y La Prensa para El Panamericano de las doce. Javier era mi mejor amigo y nos veíamos a diario, aunque fuera sólo un momento, para constatar que existíamos. Era un ser de entusiasmos cambiantes y contradictorios, pero siempre sinceros. Había sido la estrella del Departamento de Literatura de la Católica, donde no se vio antes a un alumno más aprovechado, ni más lúcido lector de poesía, ni más agudo comentarista de textos difíciles. Todos daban por descontado que se graduaría con una tesis brillante, sería un catedrático brillante y un poeta o un crítico igualmente brillante. Pero él, un buen día, sin explicaciones, había decepcionado a todo el mundo, abandonando la tesis en la que trabajaba, renunciando a la literatura y a la Universidad Católica e inscribiéndose en San Marcos como alumno de Economía (...)”

La guerra del fin del mundo (1981)
En síntesis: Basado en la masacre de Canudos, Brasil, sucedida en 1896, Vargas Llosa construye una galería de personajes que denuncian la manera en la que la injusticia social puede arrebatarle todo a la dignidad humana. Otro ejemplo más de las complejas estructuras que puede lograr el novelista peruano de manera magistral.

Lo que significó para su carrera: Con miles de estudios académicos, La guerra del fin del mundo es, hoy por hoy, una de las novelas emblemáticas del género de novela histórica.

Un fragmento: “ (...) ¿Qué ocurriría cuando el Buen Jesús contemplara el desamparo en el que había dejado su casa? ¿Qué diría del proceder de estos pastores que, en vez de ayudar al pobre, le vaciaban sus bolsillos cobrándoles por los servicios de la religión? ¿Se podían vender las palabras de Dios, no debían darse de gracia? ¿Qué excusa darían al Padre, aquellos padres que, pese al voto de castidad fornicaban? (...) Cosas prácticas, cotidianas, familiares como la muerte que conduce a la felicidad si entra en ella con el alma limpia, como a una fiesta. ¿Eran los hombres animales? (...)”

La fiesta del Chivo (2000)
En síntesis: Contada desde tres temporalidades diferentes, La fiesta del Chivo narra el asesinato del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo desde tres puntos de vista que logran reflejar la situación política y social de la isla durante este período de dictadura. Urania Cabral, el último día de Trujillo y la persecución a sus asesinos son los tres ejes sobre los que se cimienta este relato de perversión y abuso de poder.

Lo que significó para su carrera: Esta novela confirmó que Vargas Llosa es una de las voces más poderosas de la literatura latinoamericana contemporánea. Tanto que en “La maravillosa y breve vida de Oscar Wao”, del dominicano Junot Díaz, uno de sus personajes refunfuña constantemente en contra de esta novela como un guiño a la pelea que existe entre los autores del Boom y la generación McOndo.
Un fragmento: “(...) -Voy a matar a Trujillo, monseñor ¿Habrá perdón para mi alma?
Se le cortó la voz. Permanecía con los ojos bajos, respirando con ansiedad. Sintió en su espalda la mano paternal de monseñor Zanini. Cuando, por fin, levantó los ojos, el nuncio tenía un libro de Santo Tomás de Aquino en las manos. Su cara fresca le sonreía con aire pícaro. Uno de sus dedos señalaba un pasaje, en la página abierta. Salvador se inclinó y leyó: <> (...)”