41) ¿Por qué todo nos parece ‘boleta’?
En Colombia decimos ‘¡Qué boleta!’ ante una actitud que puede parecer ridícula o cargada de ramplonería. Por ejemplo, cuando un expresidente –que para algunos ha sido el mejor de la historia de Colombia– le puso un carriel al papa, o salió en primera página de algún periódico haciendo equilibrio encima de un caballo mientras se tomaba un tinto, o se presentó ante el rey de España luciendo un frac que lo hacía ver como Cantinflas. Pero también usamos esa frase ante un gesto arribista que pretende mostrar aquello que no se tiene, así sea para chicanear –como dirían los paisas–. Decimos ‘boleta’ ¿de qué o para qué? En realidad, la expresión señala que se ha adquirido un falso ingreso pues, en últimas, la censura social se impone con esa sentencia, y el pretencioso muy poco logra en el imaginario colectivo: eso no es para usted, no pretenda lo que no le corresponde y más bien reconozca su pequeñez y póngase en regla.
Fabián Sanabria, Ph D. director general del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh.
42) ¿Por qué tenemos exceso de ‘guaro’ en las canciones?
En la canción colombiana suele no haber punto medio entre el jolgorio festivo y la tristeza desoladora. En ambos estados de ánimo, sabemos, el licor es irremediable. Una de las primeras referencias la cita Egberto Bermúdez con el villancico del siglo XVIII Los grados, de Juan de Herrera, en el que un estudiante debe pagar sus derechos de grado con “500 pesos de vino (…) 6.000 de rica mistela, / aguardiente que brame”. De ahí en adelante el alcohol es una presencia eterna en la euforia caribe en temas como Ron de vinola, La banda borracha o El solitario; al igual que en la nostalgia del interior en Doña Rosario o Aguardiente de caña, pasando por la tradición reciente del despecho. Más allá, podríamos decir que es un asunto de nacionalismo (“a mí deme un aguardiente / un aguardiente de caña”); o una cuestión de gusto, como cuando Lucho Bermúdez explica, en una frase, que el aguardiente “lo pide la gente”.
Jaime Andrés Monsalve, jefe musical de la Radio Nacional de Colombia.
43) ¿Por qué queremos irnos, pero cuando nos vamos queremos volver?
No todo el mundo se va de su país por los mismos motivos: hay quienes eligen irse y pueden hacerlo y sobre todo pueden volver cuando quieran, y otros que no, como los inmigrantes políticos o económicos.
Pero la nostalgia es un tren muy largo al que le vamos sumando vagones, y nos gustaría poder pasar de un vagón a otro con poco esfuerzo. Querer volver, vivir de nuevo o sentir otra vez cosas que nos hicieron felices, es un anhelo tan viejo como el hombre.
Las ciudades que vamos dejando están llenas de personas queridas, momentos intensos, sufrimientos y alegrías. Esto hace que nuestra relación con ellas sea profunda. He conocido ancianos europeos que extrañaban la época de la guerra porque era el tiempo de su juventud. Todo lo extrañamos y creemos que basta con volver a los lugares para revivirlo. No es así. La realidad se encarga de hacérnoslo saber, pero es lícito soñar y por eso es bello volver, siempre.
Santiago Gamboa, escritor, autor de Perder es cuestión de método.
44) ¿Por qué nos aguantamos el Congreso más caro, inútil y corrupto del mundo?
No creo que sea el más caro ni el más inútil ni el más corrupto del mundo. Los congresos (o los parlamentos, donde los hay) son bastante parecidos. La pregunta pone de presente una gran indignación con algunas actuaciones de algunos de nuestros congresistas, pero hay que hacer ciertas reflexiones como la siguiente: quienes lo integran han sido elegidos por el pueblo. Muchas veces quienes se quejan han ayudado a elegirlos. Sin Congreso no hay democracia. Los debates de control político –que tienen en el Congreso su escenario natural– ayudan a esclarecer actuaciones dudosas, inconvenientes o corruptas de altos funcionarios del Estado que de ordinario no son objeto de juicios tan severos. Quienes hayan oído o presenciado últimamente debates sobre la Ley de restitución de tierras, de víctimas, sobre la reforma tributaria o la de educación, pueden dar fe de lo que afirmo y de que hay congresistas admirables al lado de muchos ineptos y de dudosos comportamientos. Finalmente, un Congreso ineficiente y con algunos de sus miembros corruptos es preferible y menos costoso que la más ejemplar de las dictaduras.
Carlos Gaviria, excongresista y excandidato presidencial.
45) ¿Por qué en Colombia el índice de libros leído por año es tan bajo?
En Colombia la lectura no forma parte de las costumbres de la mayoría de sus habitantes y en una gran cantidad de hogares no hay libros. Para que una persona sea lectora, debe tener una influencia positiva durante varias etapas de su vida. Los padres son los responsables de iniciar a sus hijos en la lectura, leyéndoles cuentos. Más adelante los maestros en el colegio deben motivar a sus estudiantes para que lean los libros que a ellos les gusten, pues solo la lectura por placer desarrolla el hábito. Si los niños ven a sus padres y a sus maestros leer, es más fácil que los quieran imitar. Para que haya democratización y facilidad en el acceso al libro, las bibliotecas públicas y escolares se deben dotar suficientemente y se deben mantener actualizadas. Cuando en Colombia se den estas condiciones, aumentará el índice de lectura.
Enrique González, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro.
46) ¿Por qué no hay avances tecnológicos colombianos representativos? ¿Por que casi toda la tecnología es importada?
Nuestra cultura por tradición ha sido receptora, no generadora de tecnología. Nuestra educación en ciencia, tecnología e innovación es muy débil a todo nivel. La falta de autoestima y de estímulo al talento en estos campos nos impide desarrollarlos. Las políticas públicas no estaban orientadas a estimular el desarrollo de la tecnología. Los empresarios no tienen suficientes estímulos ni orientación para innovar e invertir en el desarrollo de tecnología innovadora. La visión nacional y regional no tiene a la ciencia y tecnología como un eje primordial para el desarrollo económico y social. No hay políticas para la transferencia y la adaptación como pilares para el desarrollo de nuevas tecnologías. Falta la articulación entre las empresa y el sector de las TIC. La inversión en nuevas tecnologías es baja. Los planes de desarrollo no incluyen el tema, no se estimulan nuevas tecnologías locales para solucionar problemas y/o desarrollar potenciales. Falta visión, pensamiento estratégico que se articule con tendencias y prospectiva de ciencia y tecnología a escala mundial. Los procesos de propiedad intelectual y de patentes son débiles.
Nohora Elizabeth HOYOS, directora de Maloka.
47) ¿Por qué hay mujeres que todavía creen que sin tetas no hay paraíso?
En Colombia hay un culto excesivo a la belleza y aún persiste un fuerte machismo en el país, que convierte a la mujer en un objeto decorativo de propiedad masculina. Pero no es a cualquier belleza, sino a un determinado patrón, distinto al de otras latitudes. Aquí las curvas son lo que cuenta y las niñas crecen soñando con parecerse a las reinas con medidas 90-60-90. Por eso, muchas de ellas anhelan una cirugía plástica para imitar sus referencias y no es inusual que las quinceañeras pidan de regalo un pase por el quirófano para agrandarse los senos y hacerse una liposucción. Y, peor aún, algo que es más frecuente de lo deseable, los padres no lo ven raro.
Salud Hernández- Mora, columnista de El Tiempo.
48) ¿Por qué lo público no se percibe como algo que es de todos, sino como tierra de nadie?
Por dos razones fundamentales. Por una parte, la desconfianza en los políticos y en el Estado de atender las expectativas de la gente. Se percibe que todo se lo roban y que los funcionarios no llegan a servir sino a aprovecharse de privilegios. El Estado no resuelve problemas sino que los pone. Hay trabas y dificultades que parecen diseñadas para impedir el acceso a los bienes y servicios públicos. De otra parte, la cultura más o menos generalizada de incumplir la ley. Los ciudadanos no creen que sea conveniente. Hay una disposición a tratar de saltarse las normas. Es urgente desarrollar procesos de cultura democrática y de cultura ciudadana para que lo colectivo se respete y se entienda que así ganamos todos.
Héctor Riveros, exsecretario de Gobierno de la Alcaldía Mayor de Bogotá.
49) ¿Por qué siempre queremos traer las fiestas de otros países para celebrarlas aquí?
En realidad se trata de un fenómeno reciente que tiene que ver con eso que algunos llaman la ‘globalización’: esa ilusión que, por cuenta de la tecnología, nos hace sentir más cerca del mundo, cuando a veces es al revés. Colombia fue siempre un país fiestero y jacarandoso, y todas sus parrandas tenían origen en su tradición cultural: en la religión, en el folclore. Salvo el Halloween, nuestro paganismo fue siempre nuestro. Pero ahí está el problema: hablar de ‘lo nuestro’ en América Latina es muy difícil, porque este continente se creó para eso: para ser el vertedero de las más variadas influencias. Así que por eso, ahora, con la globalización, nos subimos en todas las chivas rumberas del mundo.
Juan Esteban Constain, historiador y escritor.
50) ¿Por qué le cambiamos el nombre a los meseros por mona, chato, tigre, reina, chino?
El hablante cambia el nombre a las personas, animales o cosas, principalmente, por la necesidad de emplear vocablos figurativos, afectivos, evocadores, imaginativos, motivadores y vivaces para la interacción comunicativa. En cuanto a las palabras: chato, chino, mona, reina y tigre, debemos recordar que no solo significan aquello que aparece como definición en el diccionario: ellas obedecen al contexto y a la intención comunicativa de los hablantes.
Estas se emplean, hoy por hoy, como fórmulas de tratamiento para dirigirse a las personas que ocupan una posición de trabajo en un lugar determinado (cafeterías universitarias, almacenes, tiendas, mercados, etcétera.). Todos ellas se refieren al trato de respeto, confianza, servicio, afectividad o familiaridad que se da al trabajador, por su presencia física, edad o características para desarrollar su oficio. En el habla de los cachacos del ayer, estas palabras se usaban como apelativos despectivos o cariñosos según la necesidad del acto comunicativo, sin importar la edad del sujeto. ¡Oiga, chino! (chinito, chinazo) ¡Mi reina! (reinita) ¡Mi chato querido! ¡Hola, tigre…!
Mariano Lozano Ramírez, docente investigador de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, Universidad de la Sabana.
51) ¿Por qué los colombianos critican a las famosas que dan una imagen positiva de Colombia?
Lo curioso es que son mujeres y que las críticas se centran en su comportamiento ‘poco decoroso’ y en sus atributos físicos, responsabilizándolos de su éxito. Este fenómeno es muy común en una sociedad con rasgos machistas, donde la mujer es venerada por ser sumisa y madre abnegada, pero criticada si se sale del rol tradicional, demostrando competencia, independencia y un éxito más allá de lo esperado. A la mayoría nos gustan Shakira y Sofía Vergara, pero son mujeres que se salen de lo normal, que no representan lo que muchos colombianos esperan que sea una mujer ‘femenina’. Son inteligentes, competentes, independientes y sobre todo han logrado el éxito más allá de sus atributos físicos y sin necesidad de depender de una figura masculina. ¿No se parecen más a un hombre…?
Andrea Velandia Morales, magíster en Psicología del Consumidor, vicedecana en la Facultad de Psicología en la Fundación Universitaria Konrad Lorenz
52) ¿Por qué en Colombia no existe la pena de muerte?
No hay pena de muerte en Colombia por razones históricas (fue abolida en 1910), por razones constitucionales (fue prohibida por la Constitución de 1991), porque es una tendencia en la política internacional (lo dicen los tratados internacionales), pero sobre todo porque es una medida anticuada, extrema e ineficaz frente al delito. El castigo de la muerte convierte al Estado en un vengador selectivo de conductas que, se supone, atentan de manera grave contra la sociedad. La pena de muerte, además de ser una forma institucional de venganza social, en nada persuade a otras personas en la comisión de delitos. Las cifras en aquellos países que aún la tienen, demuestran que poco y nada sirve como instrumento para combatir el delito.
Carlos Medellín, exministro de Justicia y profesor universitario.
53) ¿Por qué la izquierda cómo proyecto político, a diferencia de otros, ha fracasado en épocas recientes?
Sin lugar a dudas, la persistencia de la guerrilla en Colombia constituye uno de los principales factores que explican la débil consolidación de un movimiento de izquierda democrática en Colombia. Mientras que en el resto de América Latina la lucha armada perdía vigencia y presencia y la izquierda llegaba al poder por las vías democráticas, en nuestro país el conflicto armado interno ahogaba esa opción.
Primero, debido a la absorción sistemática de potenciales líderes políticos de izquierda en las filas guerrilleras y su abandono de los espacios de acción política. Segundo, debido a la dura represión estatal, en medio de una guerra contrainsurgente de décadas, que afectaba al conjunto del movimiento popular. Tercero, debido a la sistemática desvalorización de las instituciones democráticas por parte de la izquierda radical, con lo cual se descalificaba a los partidos de izquierda que pretendían actuar en la legalidad.
Si la paz se consolida en La Habana, Colombia podría contar por primera vez en su historia con una izquierda democrática con capacidad real de acceder al poder.
Eduardo Pizarro, embajador de Colombia ante los Países Bajos.
54) ¿Por qué existe la changua, ese rarísimo invento? Y ¿por qué no hay dos mamás que la hagan igual?
En la época prehispánica los muiscas tenían la costumbre de tomar sopas y bebidas. Probablemente tomaban changua, una palabra de origen chibcha que significa caldo con papa. Lo curioso es que la changua actual no lleva papa. Algunos de sus ingredientes –como la leche, los huevos o la cebolla– no son nativos, sino traídos por los conquistadores durante la Colonia, por lo que se cree que la composición del plato cambió en este periodo. El lector tiene razón: la changua se consume en la región cundiboyacense y en Santander se prepara de diferentes formas según los recursos alimentarios que se tienen a la mano, a las costumbres culinarias y a las tradiciones de las cocinas regionales y familiares. Por eso hay diferentes maneras de hacerla.
Cecilia Restrepo de Fuse, arqueóloga de la ENAH- México. Miembro de la Academia Colombiana de Historia.
55) ¿Por qué esperamos a enfermarnos para ir al médico?
Porque solemos asociar al médico solo con la atención de la enfermedad y no con su prevención ni con la promoción de la salud y la calidad de vida, que son funciones suyas de igual importancia. Algunas personas acostumbran además a consultar a un conocido que ha pasado por algo que se supone es similar a lo que se padece, a un boticario o autoformularse con la idea de ahorrar tiempo y dinero. Esta práctica puede llevar a un diagnóstico errado y a una atención tardía, con todo tipo de consecuencias desfavorables para la salud y en ocasiones para la vida.
Santiago Rojas, médico, colaborador de Caracol Radio y autor de varios libros.
56) ¿Por qué parece que los colombianos se ofenden si se les pide que caminen hacia un paradero?
Este comportamiento obedece a un deseo de inmediatez de las personas, a la necesidad de satisfacer lo que quieren sin importar si se cumplen o no las normas establecidas. No caminar hasta el paradero está en la misma línea de colarse en la fila, donde lo que importa es ser el más vivo y no dar nada a cambio. Sin embargo, esto es más frecuente en los lugares donde la gente no se conoce, porque cuando se traslada ese mismo concepto a comunidades o barrios, en donde las personas ya no son simples extraños, se tiende a acatar las normas de convivencia al pie de la letra.
Gloria Inés Peláez, antropóloga y Magíster en Antropología de la Universidad Nacional y miembro de la Secretaría de Cultura de Bogotá.
57) ¿Por qué “ser colombiano es un acto de fe”?
Esa es una frase de Borges y él sabrá lo que vio. Pero sobre todo porque ser colombiano es en verdad pensar que Dios proveerá: que hay que seguir adelante día por día, deuda a deuda, con la seguridad de que las cosas al final sucederán como tenían que pasar. Ser colombiano es un gesto dramático, la búsqueda incesante de un clímax, una misión religiosa: ese es, me temo, el sentido de la frase. Pero, ya que estamos en esto, ser colombiano es también un auto de fe: una ceremonia en la que no solo somos los castigados que se resignan a ser de este país, sino que de paso somos nuestra propia inquisición.
Ricardo Silva, escritor y columnista.
58) ¿Por qué la falta de previsión lleva a las inundaciones y sequías de todos los años?
La ocurrencia de inundaciones y sequías no es simplemente un asunto de falta de previsión de los municipios afectados. También al cambio climático global y fenómenos como la deforestación, el desecamiento de humedales, la construcción de represas y canales de drenaje, y la alteración de cursos de agua, han incidido directamente en la magnitud y duración de las inundaciones y sequías. Estos fenómenos de transformación social del entorno están relacionados a su vez con la puesta en marcha de un modelo de desarrollo desigual. En su intento por alcanzar una productividad económica a cualquier costo social y ambiental, este modelo ha hecho que los pueblos a los que se refiere esta pregunta ocupen una posición de marginalidad, pobreza y vulnerabilidad que les da pocas posibilidades materiales y políticas para afrontar variaciones climáticas extremas. A este panorama hay que añadir un Estado que toma muchas de las decisiones públicas condicionadas por el clientelismo, los intereses particulares y la corrupción.
Alejandro Camargo, investigador de las relaciones entre economía política agraria, desastres ambientales y ecología política en la Universidad de Syracusse.
59) ¿Por qué el que roba 100 pesos tiene una pena más severa que el que hurta 100 millones?
La pregunta es paradójica pues en general es falsa, pero en ciertos casos puede llegar a ser cierta. En general es falsa pues por el principio de proporcionalidad los delitos más graves tienen sanciones mayores. Quien hurta 100 millones de pesos recibe entonces una pena mayor que quien roba 100 pesos, que ni siquiera debía ser sancionado. Pero puede suceder que, por beneficios por colaboración por la justicia o por razones de justicia transicional, quien comete un crimen grave termine recibiendo una pena menor que otra persona que incurrió en un delito menor. Por ejemplo, por la Ley de Justicia y Paz, un paramilitar que haya incurrido en masacres y se haya desmovilizado recibe menos pena que un atracador. Es un sacrificio de la igualdad penal por otras consideraciones de política criminal. Se trata de un tema que no deja de suscitar controversias.
Rodrigo Uprimny, director de DeJusticia, columnista de El Espectador, experto en justicia transicional.
60) ¿Por qué estamos seguros de que lo malo de las roscas es no pertenecer a ellas?
La explicación popular en que se basa la creencia es muy sólida porque la realidad muestra que cuando estás en la rosca, siempre acabas comiendo un trozo de la torta. Sin embargo, Colombia no es el único lugar donde funcionan estas cadenas de poder. En todo el mundo hay roscas de dos tipos: las familiares y la de los amigos. Ejemplos de la primera son el caso de George Bush padre, quien le heredó sus electores a George Bush hijo, y en días más cercanos el de Fidel Castro a Raúl, su hermanito. La segunda gran rosca es la de los amigos: Estamos en lo mismo, lo mío es tuyo y compartimos. Cuando no estás en lo mismo entonces te quedas por fuera, amiguito. Esas experiencias, a la vista de todos y de todas, han dado pie a ese imaginario colectivo tan destructor de esperanzas en los jóvenes y, en general, en la gente de vidas sencillas, según el cual lo malo de las roscas es estar por fuera de ellas. Y que quienes niegan la evidencia, es porque son parte de ella.
Ángel Beccassino, publicista.
61) ¿Por qué si somos productores de petróleo aceptamos pagar una gasolina con precio internacional?
Colombia produce más de 900.000 barriles diarios de petróleo, que es la materia prima de la gasolina, y solo consumimos la tercera parte de esa cantidad. Aunque el precio de la gasolina debería ser menor, esto no sucede porque desde hace años, para atraer al país la inversión de las petroleras, se les garantizó vender el petróleo en el mercado interno a precio de exportación. Así, estas no pierden en el negocio.
Luis Fernando Velasco, senador de la república.