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¿De qué se trata la nueva iniciativa del Banco de Bogotá que busca derribar los estigmas sobre la neurodiversidad?
La entidad financiera creó Sístole y Diástole, una iniciativa que brinda beneficios a sus colaboradores con familiares con algún tipo de neurodivergencia como autismo, síndrome de Down, Asperger, síndrome de Angelman y TDAH.
Con el paso de los años, la neurodiversidad ha tomado mayor relevancia en la conversación global. De acuerdo con un estudio de la consultora Deloitte, entre el 10 y 20 por ciento de la población mundial, se considera neurodivergente. En ese sentido, son más las organizaciones que buscan desmitificar y derribar los estereotipos alrededor de la neurodivergencia y, que en su lugar, abogan por reivindicar como valiosas las diferencias neurológicas de cada persona.
El Banco de Bogotá es una de ellas. Sístole y Diástole es la apuesta de la entidad financiera, que por medio de una robusta red de apoyo, tiene como objetivo sensibilizar a colaboradores, equipos de trabajo y líderes sobre la labor de un cuidador de un familiar con discapacidad cognitiva o neurodiversidad. La iniciativa nació como un compromiso de la compañía por crear espacios seguros y libres de prejuicios, pues aproximadamente más del seis por ciento de las familias de los colaboradores tienen integrantes con algún tipo de neurodivergencia.
La iniciativa, creada desde la gerencia de Diversidad, Inclusión y Experiencia al Colaborador del Banco de Bogotá, busca que estas familias conecten, compartan recursos y aprendan los unos de otros, de la mano de aliados y expertos que responden a cada una de sus necesidades.
De acuerdo con la entidad, Sístole y Diástole cuenta con cuatro focos de trabajo. El primero, es la flexibilización del tiempo para que los miembros de la compañía compartan más momentos de calidad con sus familias. El segundo, trabaja en la capacitación de padres para que respondan con una atención adecuada e integral a la formación de sus hijos. En tercer lugar está el acompañamiento en asuntos legales, trámites médicos y procesos públicos a las familias. Finalmente, el cuarto foco busca comunicar los esfuerzos de la iniciativa de manera interna a los colaboradores de toda la organización.
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“En el Banco de Bogotá quisimos crear una comunidad de padres y acudientes de personas con neurodiversidad o discapacidad cognitiva como puente para acercar conocimientos sobre los logros, experiencias y retos que enfrentan las familias, además de brindar apoyo en tiempo de calidad y formación con expertos”, aseguró Isabel Cristina Martínez Coral, vicepresidenta de Sostenibilidad y Servicios Corporativos del Banco de Bogotá.
Desde su lanzamiento a inicios de abril, 66 colaboradores se han sumado a la comunidad Sístole y Diástole, quienes tienen hijos, hermanos, sobrinos, entre otros, con autismo, Síndrome de Ángelman, Síndrome de Down, TDAH, entre otras neurodiversidades y discapacidades cognitivas.
Este contenido fue elaborado con el apoyo del Banco de Bogotá*