Un siglo después de que el escultismo sacudiera las normas victorianas admitiendo a las niñas en sus filas, la Asociación de Boy Scouts de Estados Unidos admite desde hoy a adolescentes homosexuales.
En mayo pasado, el 60 % de los 1.400 miembros con voto en el consejo nacional de la organización aprobó una resolución que puso fin a la discriminación por orientación sexual en el ingreso de los niños y jóvenes a sus filas.
Hay en EE.UU. aproximadamente 110.000 patrullas Scout con 2,6 millones de niños y adolescentes y un millón de adultos, en su mayoría "guías" de las patrullas. La resolución aclaró, no obstante, que los homosexuales no pueden ser guías.
Casi el 70 % de las patrullas Scout en EE.UU. está afiliado a organizaciones religiosas y algunas han anunciado que se desvincularán del movimiento escultista por su tolerancia de la homosexualidad.
El escultismo, creado en 1907 por el británico Robert Baden Powell, debatió temprano el asunto de géneros e, inspirado por su hermana Agnés y luego su esposa Olave St. Claire Soames, el movimiento ya hacia 1910 aceptó niñas en patrullas separadas de las de varones.
A pesar de la segregación hubo sectores más conservadores que consideraron inapropiado para la educación de las mujeres jóvenes el uso de uniformes, la instrucción en destrezas "propias de los varones" y los campamentos.
Las Girl Scout de Estados Unidos están menos vinculadas a iglesias u otras organizaciones religiosas y por mucho tiempo, en su declaración de principios, han rehusado discriminar por razones de credo, origen nacional u orientación sexual.
El debate en la organización de los varones exploradores fue intenso y en julio del 2012 la Asociación de Boy Scouts ratificó su política centenaria de exclusión de los homosexuales tanto de los puestos de liderazgo como en las filas de sus miembros menores de edad.
En octubre de ese año se divulgaron casi 15.000 páginas de documentos con detalles de los abusos sexuales cometidos por los guías Scouts con los niños y adolescentes entre 1965 y 1985.
Tras el cambio de política en mayo, Tom Perkins, del Consejo de Investigación de la Familia Cristiana, opinó que la organización de Boy Scouts, "que por más de cien años ha dado grandes líderes, ha caído víctima de las transacciones morales".
Rirchard Land, de la Convención Bautista del Sur, una de las mayores patrocinadoras del escultismo entre los cristianos evangélicos, dijo que no podía imaginar que un pastor bautista sureño "permita que su iglesia siga patrocinando una patrulla scout".
Pero el éxodo de instituciones religiosas vaticinado por algunos sectores más conservadores no ha ocurrido y la Iglesia católica -otra gran patrocinadora de las patrullas de Scouts- ha reiterado su posición oficial sobre el tema: los homosexuales merecen el mismo respeto y tienen la misma dignidad que todos los humanos.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días -mormones-, que es la mayor patrocinadora religiosa de las patrullas Scout, ha adoptado la misma posición: lo que se condena son los actos homosexuales, no a los homosexuales.
Lo cual combina bien con la resolución de la Asociación de Scouts según la cual "cualquier conducta sexual, sea heterosexual u homosexual, entre los adolescentes en edad del escultismo es contraria a las virtudes del movimiento Scout".
En términos institucionales la Iglesia católica, la iglesia mormoma y los bautistas del Sur han dejado las decisiones sobre la vinculación con las patrullas Scout en manos de cada parroquia.
A partir de hoy la Asociación de Boy Scouts tiene otras preocupaciones, como los acomodos en sus campamentos para las duchas, asunto sobre el cual se ha instruido a los guías para que procuren instalar duchas privadas, en lugar de los baños colectivos típicos de los campamentos.
Una de las instrucciones de la asociación a sus guías es que si los parientes de un niño explorador piden que su chico no sea puesto en una misma tienda con otro niño en particular "deben cumplirse sus deseos".