PERSONAJE
Coeficiente intelectual: 228
La persona más inteligente del mundo es Marilyn vos Savant, una escritora norteamericana que tiene un IQ 68 puntos por encima del de Albert Einstein. Esta es su historia.
Muchos piensan que por tener un coeficiente intelectual (IQ) de 228, el más alto que se haya registrado, Marilyn vos Savant es una enciclopedia ambulante o hasta una especie de oráculo. "¿Cuándo se va a acabar el mundo?", le preguntó alguien alguna vez, a lo que ella no tuvo más remedio que contestar que no tenía ni la menor idea. Y es que la escritora se ha ganado esa fama porque desde 1986 responde todo tipo de interrogantes en su columna 'Ask Marilyn' ('Pregúntele a Marilyn'), publicada en la revista dominical Parade, distribuida por 470 periódicos y que cuenta con unos 73 millones de lectores.
En los alrededor de 300 correos electrónicos que le llegan a diario y que sagradamente responde, las preguntas van desde complicados problemas matemáticos que resuelve con su habilidad natural, hasta dudas filosóficas y triviales como en qué mes nacen más personas, a lo que la autora respondió que en agosto, después de investigar como cualquier mortal. O si en la historia de Estados Unidos habían muerto más personas en guerras que en accidentes de carro, a lo que afirmó que desde cuando Ford introdujo en 1913 la producción a escala de autos habían perdido la vida 2,5 millones de norteamericanos y más de un millón en guerras desde el comienzo de la Revolución en 1776. "Me han hecho muchas preguntas graciosas. Por ejemplo, en una oportunidad un lector me comentó que si la Tierra tenía polo norte y sur, por qué no tenía polo oriente y occidente", contó Vos Savant a SEMANA desde Nueva York. "Para mí las más difíciles de contestar son las que pueden confundir a mis lectores. Esas es mejor conversarlas en privado y no en la revista".
Cualquiera podría imaginarse que la persona más inteligente del mundo, la que fue incluida en el libro de los Guinness Records por su inigualable coeficiente, es un ratón de biblioteca o una gran científica de 62 años de pelo canoso y gafas, dedicada a realizar grandes descubrimientos en pro de la humanidad. Pero Marilyn es una mujer sencilla y atractiva, apasionada por la escritura y que en sus ratos libres sale a bailar con su esposo, el doctor Robert Jarvik, con quien se casó en 1987. Lo más sorprendente es que se trata de otro genio: fue el inventor del corazón artificial que lleva su nombre y quien creó la compañía Jarvik Heart, Inc., en la que ella maneja las finanzas. Hace algunos años los dos aparecieron en la portada de la revista New York bajo el título 'La pareja más inteligente'. "Nos gusta conversar sobre política, actualidad y temas sociales... hablamos de todo, excepto cuando bailamos, porque no puedo bailar y hablar al mismo tiempo". También disfruta la lectura de revistas y periódicos, y el último libro que leyó fue una biografía de Luciano Pavarotti. "Me encanta ese tipo de música, vivo a pocas cuadras de la Metropolitan Opera y voy con frecuencia".
Según ella, sus mejores armas son la toma de decisiones, el razonamiento lógico y el análisis objetivo. "En el pasado mi concentración parecía inagotable, pero ahora me impaciento con cualquier cosa que implique mucho trabajo rutinario. Tampoco se me facilita el arte, a duras penas puedo pintar una figura de palitos, lo que no significa que no sea buena para apreciarlo".
Tener por apellido Savant, que significa 'sabio', parecería haberla predestinado. Cuenta como algo curioso que no sólo su abuelo materno era 'Vos Savant', sino que su abuela también tenía el 'Savant' de soltera. Marilyn nació en St. Louis, Missouri, donde sus padres inmigrantes, Joseph Mach, de Alemania, y Marina vos Savant, de Italia, tenían un bar en un barrio obrero. En su familia se pensaba que las mujeres debían mantener sus nombres de solteras y que las hijas del matrimonio podían llevar primero el apellido de la mamá, y los varones, el paterno.
Pero las cosas no siempre han sido fáciles para ella. "No tuve una infancia feliz. Odiaba el colegio -admite-. Muchas veces me sentí frustrada por ser tratada como una ciudadana de segunda clase: una niña. Mis papás y profesores veían mi inteligencia como algo simpático, nada útil". Marilyn todavía recuerda cómo una vez un profesor la sacó de la clase de ciencias avanzadas por ser la única mujer, y lo molestas que resultaban sus intervenciones a sus compañeros de estudio. Por eso fue autodidacta.
A los 10 años sorprendió al sicólogo de su colegio cuando respondió correctamente el test de inteligencia para adultos Stanford-Binet. Según estimativos de la prueba, la pequeña tenía una edad mental de 22 años y 11 meses. "Para mí eso no tenía nada de raro. Siempre había sido así...era como tener el pelo y los ojos de color café. Sólo normal", asegura, cuando se le pregunta si entonces notaba que su inteligencia era especial.
La idea de un futuro promisorio estuvo a punto de acabarse a sus 16 años cuando se casó por primera vez. Tuvo dos hijos y para mantenerlos le tocó trabajar en la contabilidad de la cadena de lavanderías de su familia. Casi no le quedaba tiempo para escribir los artículos humorísticos que bajo un seudónimo publicaba en periódicos locales, pues le daba miedo usar su nombre para textos que no le parecían del todo buenos. Por esa misma razón interrumpió sus estudios de filosofía. Años después se divorció, se casó de nuevo, pero volvió a separarse.
Aunque desde 1969 Marilyn era miembro de Mensa, la asociación internacional de superdotados, fue casi dos décadas después cuando empezó a ser famosa en su país. Un abogado que estaba escribiendo un libro sobre las organizaciones para personas inteligentes la contactó y le propuso enviar los resultados de sus tests de niña y adulta a los Guinness Records. Resultó que superaba en 31 puntos a las dos personas que ostentaban el título del coeficiente intelectual más alto, y en 88 puntos el nivel estimado para ser genio.
El récord disparó su carrera como columnista y autora. Ha escrito obras de teatro y libros prácticos con consejos para tener mayor agilidad de pensamiento (The Power of Logical Thinking, Brain Building) o para que los jóvenes estén preparados a enfrentar el mundo cuando salgan de sus casas (Growing Up), entre otros temas. Además empezó a dictar conferencias y a aparecer en programas de televisión e incluso en un capítulo de Los Simpsons. Y hasta se ganó un asiduo detractor que tiene una página web titulada 'Marilyn is Wrong' ('Marilyn está equivocada'), que se dedica a demostrar que ella tiene respuestas erróneas.
Pese a que Marilyn reconoce que para tener éxito es más importante saber relacionarse que tener una mente brillante, no tiene falsa modestia al hablar de sus ventajas. "Creo que la inteligencia hace que casi todo sea más fácil. Es como ser bonito. Esto facilita las cosas, aunque algunos bonitos digan lo contrario".