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Cuando ellas quieren: la comedia que ha hecho reír al mundo
La frustración sexual en la tercera edad es el tema de esta comedia que está haciendo reír al mundo.
Se estrenó sin mucho bombo en la cartelera colombiana, pero semana a semana Cuando ellas quieren ha ido forjándose un estatus de culto por cuenta del voz a voz. En un cine bogotano, antes de la proyección, un mujer que ya la había visto les decía a sus dos amigas “se la van a gozar”. Razón no le faltaba. Durante gran parte de la película, en especial cuando termina la introducción y comienza la trama, no pararon de reírse. Veían reflejadas vivencias que sintieron en carne propia, que alguna de sus amigas pudo haberles confesado o que simplemente les pudieron haber pasado a cualquiera de ellas, a sus maridos o a sus amigos.
Para quienes claman por un cine más diverso, producciones como esta suman mucho, pues ponen en el centro de la trama a mujeres de más de 60 años
Sería exagerado decir que el cine no ha hecho películas sobre mujeres mayores, pero muy pocas veces han tocado su vida sexual, sus viejos y nuevos amores, sus hijas intensas y sobreprotectoras, sus dudas y sus sueños de buscar relaciones emocionantes y algo de sexo. Sin misterios, por medio del humor, la cinta deja un mensaje aparentemente sencillo, pero difícil de aplicar en los años dorados: “Está bien ser feliz”.
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Quienes la ven la aman, a pesar de algunas reseñas escépticas, porque sin tomarse en serio logra plasmar de forma creíble y contagiosa la amistad femenina, ese fenómeno que no tiene parangón entre los hombres. La química de cuatro amigas de larga data, muy distintas, irónicas, punzantes y, a la vez, enormemente solidarias. La trama gira en torno a un club de lectura que este combo de amigas tiene desde hace décadas, que cambia cuando la más lanzada (Jane Fonda) propone leer 50 sombras de Grey. La idea desencadena dinámicas en la vida de cada una y las lleva a revaluar situaciones que parecían eternas.
La película se enfoca en las mujeres, pero sus galanes no se quedan atrás. Andy García, Don Johnson y Craig T. Nelson suman toda su experiencia a un reparto que transmite una gran química en pantalla.
Para quienes claman por un cine más diverso, producciones como esta suman mucho, pues ponen en el centro de la trama a mujeres de más de 60 años, en este caso señoras adineradas, exitosas y estadounidenses que, sin embargo, conectan con todas sus congéneres. Bill Holderman debuta como director y no se aleja de su promesa básica. Su película reúne talentos femeninos de larga trayectoria, inteligentes y cómicamente ocurrentes, y le suma buenos roles masculinos. Al frente del reparto brilla la genial Diane Keaton, quien ya ha hecho carrera en cintas similares como Something’s Got to Give (2003) de Nancy Meyers y The First Wives Club (1996). En Book Club interpreta a Diane, una viuda que ve en los planes que sus hijas le han trazado un obstáculo a su propia felicidad y en un muy relajado Mitchell (Andy García) un camino directo hacia conseguirla.
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La eternamente militante Jane Fonda asume el papel de Vivian (ver recuadro). Fonda, que impresiona con un cuerpo fantástico a sus más de 80 años, deja escapar desde su personaje algunos de sus puntos de vista personales sobre los hombres y la vida. Pero también se ve en necesidad vulnerable de enfrentar sus propios miedos de compromiso, para darse un chance con un viejo amor del pasado, Arthur (Don Johnson). Completan la parrilla estelar dos actrices que suman lo suyo. Primero, la afable y carismática Mary Steenburgen, en el rol de Carol, una mujer casada que ama a su marido, Bruce (Craig T. Nelson), pero se ve en líos para tratar de revivir la llama entre ambos. Y segundo, la poderosa Candice Bergen (Murphy Brown) que da vida a la jueza Sharon. Una mujer quien se cree retirada del juego del amor y de las citas por internet hasta que se da la oportunidad de vivir su alegría y así dejar atrás la amargura que le produce la nueva y joven prometida de su exmarido.
Kevin Maher comenta en el diario The Times: “Necesitamos esta película. Los cines necesitan esta película que pone el foco en la vida de las mujeres en sus sesentas, setentas y, sí, ochentas (pasa al frente, Jane), y retratan su amor y amistad como algo digno de nuestra atención, equiparable en altura cultural a las megaproducciones de acción dominadas por hombres. Como audiencia, desesperadamente necesitamos esta cinta”.
Jane, la eterna
Con su cuerpo impresionante y una matizada actuación que va de lo soberbio a lo vulnerable, Jane Fonda suma su grano de arena a ‘Cuando ellas quieren’. Esto dijo en entrevista exclusiva con SEMANA.
SEMANA: ¿Le sorprende el éxito de ‘Book Club’?
Jane Fonda: No (risas). Todas somos mujeres graciosas con una gran carrera. Y los hombres también son graciosos y tienen una gran carrera. Era un poco de esperarse. Pero estamos muy contentos de que la película esté teniendo tanto éxito. Tanto que esperamos hacer una secuela.
SEMANA: ¿Se siente satisfecha con su vida en este momento, teniendo en cuenta que cuando comenzó era solo la hija de Henry Fonda y eso significaba un gran reto para su carrera?
J.F.: Muy satisfecha. Si miro hacia atrás, cuando yo era joven, nunca me imaginé que seguiría trabajando con 80 y pico, que tendría una carrera floreciente y una serie de televisión exitosa (Grace and Frankie). Me siento bendecida y ya tengo 5 años más de los que mi padre tenía cuando hizo On Golden Pond, unos meses antes de morir. Mi vida me sorprende, no era lo que yo esperaba. Yo desciendo de un grupo de personas deprimidas (risas). Mi madre se mató, mi papá sufría de depresión, y yo lo superé. Estuve muy deprimida por mucho tiempo y luego logré salir adelante. Trabaje duro y sí, estoy satisfecha. Me siento orgullosa de que no me conformé y seguí adelante. Es cierto, también hubo mucha suerte, pero en el fondo es fruto de mucha perseverancia.
SEMANA: ¿Cree que Hollywood es hoy un lugar mucho más amigable para una mujer que cuando usted comenzó?
J.F.: … Sí y no. Odio este tipo de respuestas, así que voy a elaborarla. Es más fácil hoy porque hay más... Dios, no sé si lo que estoy pensando sea cierto, pero va: hubo un periodo de tiempo, en los años veinte o treinta, antes de la censura, en el que las mujeres tenían estos papeles robustos y sexis, en donde estaban enojadas, eran sexis, eran valientes… Pero la censura se llevó todo eso. Ese fue el mejor tiempo, para mí. Cuando yo comencé eran los cincuenta y, por el contrario, no era un buen momento para las mujeres en ningún nivel. Solo había un tipo de rol en el que nos ponían a actuar y nadie tenía sexo (risas). Y luego llegaron los setenta, ahí comencé a producir mis propias películas. Fue una época maravillosa, Coming Home y otras películas fueron hechas por los grandes estudios. Pero hoy ninguna de ellas podría estar en un gran estudio porque estos están dedicados a hacer blockbusters y franquicias. Esto pues les interesa que las películas sean exitosas en todos los países posibles y para eso necesitan que los protagonistas sean hombres y que haya mucha acción, mucho efecto especial, etcétera... Eso no es bueno para las mujeres.Pero creo que la televisión saca la cara. La televisión es muy adecuada para las mujeres, incluso mayores, y hay grandes posibilidades para nosotras en la televisión, no tanto en las películas. Pero también creo que el movimiento #MeToo ha mostrado una luz en cuanto al tema de las mujeres abusadas en el negocio y eso ha cambiado mucho.