De cinco en todo
Tras una ardua lucha de ocho años, una de sus descendientes rescata para el país todas las facetas de Alberto Urdaneta: militar, periodista, agricultor, pintor, caricaturista y coleccionista.
MARIA FERnanda Urdaneta, bogotana, museóloga y especialista en Bellas Artes, sabía ya de la existencia de Alberto Urdaneta. No sólo porque su nombre aparece en el árbol genealógico de su familia, sino porque como estudiosa de las artes de este país en todas sus épocas, la figura de Alberto Urdaneta sobresalía con especial brillo. En 1985, mientras trabajaba en Colcultura, con Gloria Zea intentaron hacer una gran exposición que recordara a las nuevas generaciones a este impresionante personaje, que vivió a finales de siglo, y que poseía una versatilidad artística de rara aparición.
Por mil motivos la exposición no se pudo hacer. Entonces, María Fernanda decidió emprender ella sola la tarea de reconstruir la vida de su antepasado en todas las huellas que él dejó -y que son muchas y variadas- para compendiarlas en un libro.
Andando para atrás sobre los pasos de la historia, fue encontrándose con un hombre que no ha tenido parangón en la historia reciente del país. Alberto Urdaneta vivió apenas 42 años. Fue heredero de una de las más grandes fortunas que haya visto la Sabana de Bogotá (su familia era dueña, entre otras, de las haciendas "Canoas", "Buenavista" y "Fute"). Y en su corta vida, Urdaneta fue periodista, pintor, muralista, fotógrafo, grabador, arquitecto, escritor, caricaturista, dibujante, experto agricultor, coleccionista de objetos hermosos y general de la República.
Lo curioso es que tanta versatilidad lograra resultados admirables en cada una de las empresas que acometió. El Papel Periódico Ilustrado, creado por él, es considerado una joya del periodismo latinoamericano. Urdaneta tuvo la virtud de haber puesto a escribir -pupitre contra pupitre- a ilustres liberales y conservadores en plenas guerras civiles. La generación de intelectuales de la era de Rafael Núñez, tuvo en Urdaneta un epicentro cultural. El mismo Núñez, Rafael Pombo, José Asunción Silva y otros grandes de la época, dedicaron poemas y textos a ese joven combatiente de las artes. Se casó con la hija de Julio Arboleda -Sofía-, quien murió muy joven sin dejarle descendencia. Después del insuceso, Urdaneta dedicó todo su tiempo y fortuna a patrocinar y ejercer él mismo toda una variedad de manifestaciones artísticas.
Aunque su eventual beligerancia política correspondió más a una coyuntura específica que a su espíritu de sibarita, las agudas caricaturas que hiciera en épocas del presidente Aquileo Parra, le costaron cárcel y exilio durante un tiempo.
Creador de la Escuela de Bellas Artes, pionero del grabado en Colombia, escritor asiduo de su periódico, fotógrafo, Alberto Urdaneta fue, según palabras de Pilar Moreno de Angel, "un hombre de mundo, un gran caballero y un artista. Pero sobre todo un espíritu atormentado por una extraña mezcla de fanatismo y tolerancia".
Después de ocho años de recoger información, el libro de María Fernanda va a salir a la calle con la esperanza de "rescatar para los que no lo conocen, la memoria de un colombiano ilustre".