La vio por primera vez en el Festival de Cine de Deauville, en Francia. Se le acercó y, sin tapujos, le dijo: “Quiero ser el padre de tus hijos”. Ella, sin sonrojarse, le contestó: “He escuchado muchas cosas sobre ti. Qué bueno saber que son todas ciertas. Buenas noches”. Michael Douglas es un hombre insistente, por eso a la mañana siguiente, cuando Catherine Zeta-Jones se despertó, encontró un ramo de flores en la puerta de su cuarto de hotel.
Empezaron a salir y menos de un año después Michael le propuso que se casaran. Lo hicieron y tuvieron, en efecto, dos hijos: Dylan y Carys. Pero la dicha de esos primeros años parece haberse agotado, pues la semana pasada Catherine y Michael anunciaron que se separaban. Aunque muchos se asombran con la noticia, la verdadera sorpresa es que esta ‘pareja perfecta’ de Hollywood no lo hubiera hecho antes.
Douglas es 25 años mayor que Catherine y aunque esa diferencia no parecía ser un problema cuando se conocieron –ella tenía 28 años y él 53– el tiempo no le ha pasado en vano al actor. Ella, en cambio, luce mejor que nunca y sigue siendo una de las mujeres más atractivas de Hollywood.
Michael está pisando los 70 años y acaba de superar un cáncer de garganta que lo dejó muy deteriorado. Y los cambios en su apariencia no son solo un problema para su matrimonio sino para el negocio: cada vez le es más difícil conseguir trabajo.
Desde que Catherine protagonizó La máscara del Zorro, su carrera se disparó y no ha parado desde entonces. Además, todavía tiene muchos años de éxitos por delante, porque sigue siendo joven y apetecida por muchos directores. La historia es distinta para Michael, quien hace tiempo no hace películas importantes ni ha conseguido papeles protagónicos. Entre los famosos, el éxito de uno despierta sentimientos de competitividad en el otro, lo que dificulta el equilibrio de la relación.
Si la enfermedad normalmente puede ayudar a unir a una familia, en este caso ha hecho todo lo contrario. Primero los médicos le diagnosticaron cáncer a Michael y dos años más tarde, trastorno bipolar a Catherine. La pareja decidió luchar con sus males por separado: ella estuvo mucho tiempo en Europa, junto a su familia, y él se quedó en Estados Unidos. Ahora que ambos están mejor, parece que empiezan a darse cuenta de que la distancia les sienta bien.
“Estos matrimonios de celebridades siempre son difíciles, porque hay dos grandes egos en juego. Además, Catherine siempre fue una mujer complicada y tensa”, explicó a SEMANA Marc Eliot, el biógrafo de Douglas. Para él, es casi un milagro que su matrimonio no se haya desmoronado antes, pues ambos están acostumbrados al amor del público y, cuando uno lo obtiene y el otro no, los problemas comienzan.
Después del anuncio, Douglas le dijo a un grupo de periodistas del Festival de Venecia que él y su esposa “están bien”. Los representantes de Catherine no se han pronunciado al respecto y la última vez que se le vio en público, ella llevaba todavía su anillo de boda. No se sabe aún si se llegará a un divorcio, pero desde ya se estima que la actriz podría quedarse con unos 330 millones de dólares después de la ruptura. “Tienen un acuerdo prenupcial que ella negoció, en el que tiene todas las de ganar –explica Eliot–. Después de todo, para Douglas es más barato quedarse con su mujer”.