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Barack Obama y Fidel Castro. | Foto: Archivo SEMANA / AFP

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Obama habla y Fidel guarda silencio

Mientras el presidente de Estados Unidos centra su discurso en las relaciones con Cuba, nada se sabe del líder revolucionario.

20 de enero de 2015

La situación es paradójica. El siempre cauto Barack Obama se muestra eufórico mientras el descriptivo Fidel Castro opta por el silencio sepulcral. Así están las cosas en momentos en que Estados Unidos y Cuba dan un viraje de 180 grados a la historia de sus relaciones.

El discurso sobre el estado de la Unión es la primera cita pública de Obama ante el Congreso —que es el que tiene la llave del embargo contra Cuba— desde cuando en diciembre anunció su intención de normalizar relaciones con la isla, un tema central en su alocución.

Por eso, desde el palco reservado a la primera dama, escuchará sus palabras Alan Gross, el contratista estadounidense cuya condena a 15 años de cárcel en Cuba supuso el mayor obstáculo para Obama a un cambio de política hacia la isla. Invitado por la Casa Blanca, esta será su primera aparición pública desde cuando llegó a Washington el 17 de diciembre, mientras Obama anunciaba el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la isla que se comenzará a negociar esta semana en La Habana.

Según el Gobierno, su presencia supondrá un espaldarazo al cambio de rumbo decidido por Obama tras más de medio siglo de antagonismo con Cuba. Entretanto, nada se sabe de Castro. El líder cubano cumplió más de un año sin aparecer en público, aunque sí ha recibido en su casa a algunos aliados extranjeros y ha sido visto en algunas fotografías, pero siempre con un estado físico deteriorado.

Además, según publican varios medios, se recuerda que Fidel Castro no estuvo presente en el recibimiento a los tres espías liberados por Estados Unidos el pasado diciembre, ni tampoco ha hecho ningún pronunciamiento sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.

Añadieron, además, que el actual presidente de Cuba, Raúl Castro, no celebró este año el aniversario de la revolución como en otras ocasiones, sino “visitando cementerios”. Todo esto ha dado pie para que incluso se haya dicho que Castro falleció. Lo cierto es que tanto en La Habana como en Washington se vive una situación paradójica. Obama habla y se luce mientras de Fidel nada se sabe.