CENTROAMÉRICA

La reelección indefinida de Daniel Ortega

Además de modificar los tiempos en la Presidencia, el Congreso de Nicaragua reformó los límites con Colombia.

29 de enero de 2014
Daniel Ortega podría estar en el poder de manera indefinida pues el Congreso de Nicaragua decidió no limitar las reelecciones. | Foto: AP

El presidente Daniel Ortega, quien ha ejercido durante tres períodos continuos, podría presentarse muchas veces más a las elecciones de Nicaragua pues su presidencia ya no tiene límites.

Así lo decidió el Congreso nicaragüense al aprobar un proyecto de reforma constitucional propuesto por el oficialismo que le confiere mayores poderes a Ortega, y lo habilita a aspirar a la reelección de manera indefinida.

Las modificaciones también establecieron que el triunfo en los comicios será para el candidato que obtenga más votos y no quien alcance el 35 % de los sufragios, y se elimina la segunda vuelta electoral.

En esta jugada jurídica, el Congreso de ese país reformó 46 de los 202 artículos de su Constitución, uno de ellos está directamente relacionado con la frontera con Colombia. Ahora, Nicaragua tiene en su carta magna los nuevos límites que fijó la Corte Internacional de Justicia de La Haya, con nuestro país y con Honduras.

Las reformas también incluyen un acuerdo marco para la construcción del Gran Canal Interoceánico por la empresa china HKND Group, que contempla la concesión y explotación del proyecto durante 50 años, prorrogables por otros 50.

Además, se legaliza el modelo vertical o de democracia directa que venía implementado el gobierno sandinista al margen de la Constitución, y la implementación de un modelo "corporativo" con la patronal.

Como si fueran pocos los nuevos poderes de Ortega, la reforma también le dio mayores facultades al Ejército. Con esto, el presidente nicaragüense ratifica su poder y da mayores razones para quienes lo consideran como el mandatario más poderoso desde el dictador Anastasio Somoza Debayle, debido a que su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), domina los cuatro poderes del Estado, así como la mayoría de gobiernos municipales.

“Esta reforma constitucional profundiza la democracia, la participación de la familia, de la comunidad en el quehacer político”, señaló en el pleno el jefe del grupo parlamentario sandinista, Edwin Castro.

Pero otra cosa piensa Alberto Lacayo, subjefe del partido opositor Bancada Partido Liberal Independiente (Bapli). “No necesitamos un Somoza, perdón un Ortega 'forever' (para siempre)”, en alusión a la dinastía que sojuzgó el país centroamericano por 40 años.

El poder de Ortega 

El mandatario, de 68 años, lleva casi la mitad de su vida como líder indiscutible del FSLN, partido del que ha sido su único candidato presidencial en los comicios de 1984, 1990, 1996, 2001, 2006 y 2011.

Ortega, un exguerrillero que luchó contra la dinastía de los Somoza (1939-1979), también gobernó Nicaragua de 1985 a 1990, y fue coordinador de la Junta de Gobierno de 1979 a 1984.

En las elecciones de 2011, pese a que la Constitución lo prohibía, Ortega, en el poder desde enero de 2007, se presentó como candidato a la Presidencia gracias a una maniobra jurídica con la que burló la norma constitucional que se interponía entre él y su objetivo de mantenerse en el poder cinco años más.

Los magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia, sin presencia de magistrados opositores, declararon en octubre de 2009 inaplicable el artículo de la Carta Magna que impedía la reelección continua del presidente y limitaba a dos su número de mandatos.

De acuerdo con diputados sandinistas, ese artículo constitucional ya no era aplicable y, por mandato de la Corte, lo eliminaron formalmente ahora con la enmienda.

En cuanto a esta última reforma, el debate se aprobó en primera vista el 10 de diciembre pasado por la mayoría sandinista, se inició con el rechazo de la oposición y de otros sectores, como el Episcopado, que la consideran de cariz autoritario.

Los diputados de la opositora Bancada Partido Liberal Independiente (Bapli) se retiraron del hemiciclo una vez fue aprobado el proyecto completo, por lo que la votación artículo por artículo solo tuvo sufragios favorables del sandinismo y sus aliados.

Sin embargo, la modificación a la Constitución fue aprobada por 64 parlamentarios de los 92 miembros de la Asamblea Nacional. De ellos, 63 son sandinistas. Además, 25 votaron en contra y no hubo ninguna abstención, mientras que tres parlamentario faltaron a la plenaria.

Con información de EFE y AP.