ENTREVISTA

“El papa se equivocó al sugerir una reacción violenta”

Antonio Caño, director de ‘El País’ de Madrid, este lunes estará en Bogotá. Da una mirada a la actualidad internacional y al proceso de paz.

31 de enero de 2015
Antonio Caño.

Una mirada a la actualidad del mundo, de Londres a México y de España a Grecia, hace en esta entrevista con SEMANA el director del diario El País de Madrid, Antonio Caño, que este lunes dicta en Bogotá la lección inaugural correspondiente a este semestre en la Maestría en Periodismo de la Universidad del Rosario y Publicaciones Semana. A continuación extractos del diálogo.

Semana: ¿Qué consecuencias ha tenido para la libertad de expresión y la libertad de prensa el atentado el pasado 7 de enero en París contra el semanario satírico francés ‘Charlie Hebdo’?

Antonio Caño:
El atentado ha suscitado un debate muy profundo que nos ha permitido comprobar el abismo que existe en este momento entre, grosso modo, Occidente y Oriente, o las culturas cristiana y musulmana, en cuanto a la libertad de expresión. Es una distancia, una grieta, muy difícil de reconciliar. Y yo creo que en Occidente tenemos la obligación de perseverar en nuestra idea de lo que es la libertad de expresión y que ese atentado no debe apartarnos de ese camino.

Semana: Poco después del atentado, el papa Francisco dijo que la libertad de expresión tiene límites, que no debe ofender a las religiones y que, si alguien le insultara a su madre, él respondería con un puñetazo. ¿Se equivocó el papa?

A. C.: ¡Claro que se equivocó con ese ejemplo! La libertad tiene límites: los que ponen las leyes en los Estados democráticos, más los que cada uno se marca a sí mismo, que son aún más importantes. Hay gente que no quiere leer ciertas cosas. Sugerir que una reacción violenta puede ser una respuesta a sobrepasar los límites de la libertad de expresión es una equivocación del papa.

Semana: ¿Era necesario que ‘Charlie Hebdo’ volviera a circular con caricaturas de Mahoma, o fue una provocación?


A. C.: A mí no me parece una provocación: esa es una revista satírica. La sátira sobre Mahoma había sido la excusa utilizada por los asesinos para diezmar de una forma brutal a la redacción. La caricatura tras el atentado no era ofensiva. Estaba acompañada por un texto reconciliador como era el de “todo está perdonado”.

Semana: Hace una semana ganó las elecciones en Grecia el Partido Syriza y ahora el primer ministro es Alexis Tsipras, un hombre que rechaza las medidas de austeridad económica propuestas por el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo. ¿Qué lectura tiene de ese resultado?

A. C.: Es la primera vez que en un país significativo de Europa –ya había sucedido en Chipre– gana un partido que no pertenece al cuerpo central del centro derecha y el centro izquierda, o la democracia cristiana conservadora y la socialdemocracia de izquierdas. Es la comprobación del malestar que existe en el continente por la crisis económica y las medidas económicas que ha adoptado Bruselas con el apoyo de Alemania. Yo creo que Europa tiene que plantearse un cambio de actitud. Desde un punto de vista positivo, el resultado manda una señal de alerta que prevendrá otros populismos y otros nacionalismos.

Semana: Como consecuencia de la crisis económica, con un desempleo juvenil de casi el 55 por ciento y con familiares próximos al rey y con banqueros  metidos en líos judiciales, en España ha surgido un partido similar a Syriza, que es Podemos, cuya intención de voto supera el 30 por ciento según las encuestas. ¿Le parece peligroso si esta agrupación comandada por Pablo Iglesias gana las elecciones generales de noviembre?

A. C.: Podemos no es un peligro. Lo más grave de ese grupo no es su ideología. El principal inconveniente, lo más preocupante, es que no sabemos cómo quiere gobernar y hacia dónde quiere llevar a España. Podemos parte de un origen muy de izquierdas con connotaciones chavistas. Ha ido rectificando sobre la marcha, se ha dicho socialdemócrata y a veces pienso que sus dirigentes no saben lo que son. Pero son una opción de poder, son un instrumento para alcanzarlo dentro de una mala tradición de algunos partidos políticos.  Falta mucho para las elecciones y no sabemos en qué puesto podría quedar Podemos en el panorama electoral en el Congreso de los Diputados.

Semana: ¿Debe cambiar España el modelo de Estado que tanto éxito le produjo muerto en 1975 el dictador Francisco Franco y puesta en marcha la transición a la democracia, que se consolidó con la Constitución de 1978?

A. C.: Yo creo que sí. Creo que se necesita modificar el sistema. Hay que reformar estructuras básicas: desde la jefatura del Estado,  pasando por otras instituciones judiciales y del Ejecutivo. Se hace imprescindible reformar el sistema electoral que permita listas abiertas para que cada quien vote por el que quiera votar.

Semana: Un desafío para la institucionalidad de España ha sido el auge independentista en Cataluña. ¿Debe independizarse esa comunidad autónoma?


A. C.: En el horizonte no está ya la opción de un referendo. Pero a los catalanes hay que pedirles su opinión en alguna forma que encaje en la Constitución.

Semana: ¿Qué papel desempeña ‘El País’ como periódico en la España de hoy?

A. C.: El País, como referencia imprescindible desde el momento en el que España recuperó la democracia y vivió la mayor prosperidad de su historia, siendo ahora, como es, un periódico progresista y liberal, ocupa un espacio de centralidad en una sociedad polarizada. Y eso tiene una importancia capital.

Semana: Usted se inventó la página web El País América, que cuenta con miles de lectores. ¿Eso va bien, o mal?


A. C.:
Afortunadamente El País es cada vez más un periódico también americano y vocacionalmente más y más americano. Cada nuevo esfuerzo, desde que soy director, está encaminado hacia eso, aunque se haga a costa de disminuir nuestra presencia en España. Tengo claro dónde está nuestro futuro. He estado vinculado toda mi vida, profesional y sentimentalmente, a América Latina y quiero seguirlo estando. Por eso estoy aquí en Colombia y por eso volveré con toda la frecuencia que me sea posible.

Semana: México no se despierta de la tragedia por la desaparición el 26 de septiembre de 43 estudiantes en Iguala. Usted fue corresponsal en ese país. ¿Qué mirada tiene a semejante crisis?

A. C.: El asesinato de los 43 estudiantes no solamente interrumpió bruscamente la esperanza que había generado el proceso reformista que el presidente Enrique Peña Nieto venía adelantando sino que devolvió de repente al país a sus peores días de su historia, de su violencia y su intransigencia. Peña Nieto está en parte pagando un precio que no le corresponde solo a él. Paga la violencia generada en gobiernos anteriores, sobre todo en el anterior. Ojalá encuentre una forma de salir de allí. México es un país esencial.

Semana: ¿Hacia dónde va la Venezuela gobernada por el presidente Nicolás Maduro?

A. C.:
Al abismo. No hay ninguna duda. Cada medida que adopta el gobierno de Maduro empeora la anterior. El país está destrozado. Lo digo no solo por las noticias sino por lo que cuentan, por ejemplo, los venezolanos a los que he visto aquí en Colombia. El autoritarismo, la corrupción, la ineficacia de todos los órganos del sistema han conducido al país a un desastre épico, con la impresión de que todo puede agravarse.

Semana: ¿Está de acuerdo con el deshielo entre Estados Unidos y Cuba, anunciado el 17 de diciembre por Barack Obama y Raúl Castro?


A. C.:
Sí. Me ha parecido una excelente noticia. Ojalá que vaya deprisa y que vaya bien. Ojalá que ello permita de una vez levantar el embargo a Cuba y normalizar las cosas. Es de todo punto de vista absurdo el mantenimiento del embargo, y que Estados Unidos no tenga relaciones con Cuba por razones ideológicas, sobre todo cuando Washington tiene relaciones con gobiernos mucho peores y sistemas mucho más dictatoriales. Además, el restablecimiento de los lazos diplomáticos eliminará cierto antiamericanismo en América Latina.

Semana: Usted también fue corresponsal en Estados Unidos. Entre Hillary Clinton, eventual candidata por el Partido Demócrata a las elecciones de noviembre de 2016, y Jeb Bush, posible candidato republicano, ¿por quién votaría?


A. C.: Yo votaría por Hillary Clinton aunque creo que Jeb Bush es el mejor candidato republicano posible. Creo que ella sería mejor en la Presidencia.

Semana: ¿Es optimista con respecto al proceso de paz con las Farc que lleva adelante desde hace dos años el gobierno colombiano en La Habana, o no?


A. C.:
El proceso está siendo tan largo que hace difícil mantener el optimismo. Pero también creo que esa misma prolongación es un éxito del gobierno. Yo sé que algunos colombianos no lo ven así porque están un poco fatigados. Quizá fue utópico pensar que una guerra de 50 años se iba a resolver en cinco conversaciones. Es cierto que llevan mucho tiempo, pero mucho tiempo en el que más o menos, salvo algunas circunstancias lamentables que todos conocemos, se ha conseguido mantener la Mesa. Los líderes guerrilleros están sentados ahí, prometiendo que quieren hacer política de forma pacífica. Y eso no es poco. Esa es mi posición personal. Pero también como periódico hemos respaldado desde el principio el proceso. La alternativa a un proceso de paz es la guerra. Y esa opción se ha intentado. Los que ahora piden que se acabe militarmente con las Farc lo estuvieron haciendo durante muchos años. Y no lo consiguieron.