CRÓNICA
El ‘baile’ de la muerte de un alcalde y su esposa
José Luis Abarca y su esposa, son los protagonistas de la macabra historia de Iguala, donde asesinaron a 43 estudiantes.
El alcalde de Iguala, estado de Guerrero, en México, José Luis Abarca Velázquez, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, alcanzaron notoriedad porque en varias de sus apariciones públicas terminaban bailando para la complacencia del público. Así, por ejemplo, ocurrió aquel 25 de junio del 2012 cuando al cerrar la campaña electoral él le hizo una venia a su esposa y la sacó a danzar ante el delirio de sus seguidores.
Por aquel entonces, Abarca Velázquez era el candidato de la coalición “Iguala nos une”, integrada por los partidos PRD, MC y PT a la alcaldía de ese municipio. Su propuesta era rescatar los valores tradicionales, defender la familia y atacar cualquier cosa que tuviera olor a izquierda. Desde entonces se quedó con el nombre del “alcalde bailador”.
Antes de las elecciones, era un empresario dedicado a compra y venta de joyas, negocio en el que conoció oscuros personajes que después serían protagonistas del mundo del narcotráfico y los paramilitares.
Se cuenta que fueron ellos quienes le dieron el impulso político. Le argumentaron que así tendría no sólo reconocimiento, sino poder real. Se lanzó en búsqueda de ese sueño en el 2012. En las cuñas publicitarias ofrecía un gobierno “democrático, no más engaños, no más injusticias, no más corrupción”. El 1 de julio ganó las elecciones y empezó su mandato.
Durante su administración, Abarca Velázquez se ufanaba a diario de la paz que reinaba en Iguala, de los altos niveles de seguridad. Los opositores y defensores de derechos humanos, sin embargo, empezaron a relacionarlo con desapariciones forzadas, crímenes extrajudiciales y muertes de personas al estilo de los “falsos positivos” en Colombia.
Así, por ejemplo, David Molina Francisco, presidente del Consejo Político Estatal del Partido de la Revolución Democrática, lo acusó de los asesinatos de los activistas Arturo Hernández Cardona, Félix Rafael Banderas Román y Ángel Román Ramírez, militantes de la corriente Izquierda Democrática Nacional. Los tres fueron secuestrados por desconocidos el 30 de mayo del 2013, junto con otras cinco personas, tras una protesta frente al Palacio Municipal. Sus cuerpos fueron encontrados sin vida tres días después. De los otros cinco manifestantes aún se desconoce el paradero.
Pese a este hecho, la popularidad del alcalde seguía en aumento. Esa circunstancia fue aprovechada por su esposa para anunciar que en el próximo 2015 ella sería candidata a la alcaldía. “Ángeles por Iguala” y “Por Iguala 2015” eran sus lemas de campaña. Muchos ciudadanos estaban encantados porque qué mejor que ver en el poder a la pareja del alcalde bailador.
Sus actos sociales les brindaban el aplauso general. La celebración del Día del Niño, por ejemplo, en un parque acuático de Iguala fue inolvidable. “La albercada”, como ella le llamó, fue gratis y exclusiva para los niños del municipio. Y para el Día de los Maestros, el festejo fue amenizado por la Sonora Dinamita en el Teatro del Pueblo. En esa fiesta, María de los Ángeles aprovechó para hacer promoción de su compaña y resaltar el camino a seguir para los ciudadanos de bien.
Luego de un informe de gestión, con un baile que le organizó su esposo, en la Plaza de las Tres Garantías, corrió el rumor de que jóvenes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa boicotearían la celebración con el argumento de que algo extraño estaba pasando en medio se semejante bienestar. El alcalde y su esposa dieron la orden de impedir que llegaran al lugar.
La Policía actuó con una violencia cruel. Mató seis personas e hirió 20 más. No era todo. Se denunció la desaparición de 43 estudiantes normalistas. Del aparente paraíso, de un día para otro, surgió un infierno. Trascendió que esta pareja trabajaba en coordinación con el grupo paramilitar Guerreros Unidos, la Policía, políticos de derecha y los barones de la droga. Todos formaban parte de un plan para avanzar desde el poder local hasta tomar el estado de Guerrero.
Tras las imágenes de la idílica pareja bailando se escondía una realidad atroz. Numerosos y silenciosos crímenes. De hecho, en la búsqueda de los 43 estudiantes se han encontrado 20 fosas más. Era un verdadero baile de la muerte.