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Escándalo en España por presidenta de la región de Madrid que mintió sobre sus títulos universitarios
Luego de que explotara la polémica por mentir sobre una maestría e inflar su hoja de vida, la oposición exige su renuncia y la fiscalía investiga si hubo falsedad en documento público, tras conocerse entre otros detalles que algunas de las firmas de su expediente eran falsas.
Currículos inflados, titulaciones que nunca se tuvieron... La polémica en torno a la presidenta conservadora de la región de Madrid, Cristina Cifuentes, ha derivado en un "mastergate" en España, donde varios políticos tuvieron que corregir su hoja curricular en los últimos días.
Desde hace casi un mes, Cifuentes, del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, está en el ojo del huracán por los numerosos indicios de que habría obtenido fraudulentamente un máster en la universidad pública Rey Juan Carlos.
La oposición exige su renuncia y la fiscalía investiga si hubo falsedad en documento público, tras conocerse entre otros detalles que algunas de las firmas de su expediente eran falsas.
La interesada anunció este martes que renuncia a "la utilización del título", un máster en Derecho Autonómico, pero descartó dejar el cargo, pues según ella no ha cometido "ninguna ilegalidad" y "no hay motivo para la dimisión, más allá de intereses políticos".
El caso Cifuentes ha servido para destapar que otros políticos de diversos partidos falsearon su currículum u obtuvieron titulaciones en condiciones ventajosas, como ocurrió con Pablo Casado, miembro de la directiva del PP.
Casado reconoció que en 2008/2009, cuando era licenciado en Derecho y diputado en el Parlamento regional de Madrid, obtuvo por la vía rápida un máster en la Rey Juan Carlos: se le convalidaron 18 asignaturas de un total de 22 y se le dispensó de asistir a clase.
"Hice exactamente lo que se me pidió", dijo Casado para justificarse. Su tutor fue el mismo que el de Cifuentes, Enrique Álvarez Conde, suspendido cautelarmente el viernes por la universidad ante los indicios de irregularidades.
Al mismo tiempo se supo que el líder del Partido Socialista en la región de Madrid, José Manuel Franco, dijo durante años que tenía la licenciatura de Matemáticas, cuando en realidad nunca la concluyó.
Y en el partido Ciudadanos, socio de legislatura de Cifuentes en Madrid y pujante rival del PP en el centro-derecha, el diputado nacional Toni Cantó reconoció que la mención de "pedagogo" que figuraba en su CV no se correspondía a un título universitario, sino a que impartió clases de teatro "durante muchos años".
a polémica también ha afectado a Podemos, partido de izquierda radical que desde el primer momento ha exigido la renuncia de Cifuentes. El secretario de Organización de esta formación en Galicia (noroeste) y diputado regional, Juan José Merlo, dimitió el viernes tras admitir que infló su currículum inventándose que era ingeniero.
Y en la coalición separatista vasca Bildu, su portavoz en el Parlamento vasco, Julen Arzuaga, pasó de aparecer en su ficha oficial como titular de un "máster especialista en Derechos Humanos" a ser de manera más vaga "especialista universitario en Derechos Humanos en un mundo global".
El vicio de la "titulitis"
El panorama de fondo es lo que en España se conoce como "titulitis", es decir, la fiebre por acumular diplomas universitarios, en un país donde las titulaciones de posgrado proliferaron como champiñones tanto en centros públicos como privados.
"Tenemos un problema de fondo que es esta idea de la ‘titulitis‘, es decir la idea de que está bien que nuestros políticos tengan un título universitario (...) y esto en muchos casos hemos visto que se ha realizado con una enorme opacidad", dijo el politólogo Pablo Simón recientemente en una entrevista con el diario El País.
Según él, en España ha habido ministros y líderes de partidos "cuyas tesis doctorales no son públicas".
Y sospecha que tras todo esto hay una "una concepción totalmente patrimonial, que hace pensar que hoy [los políticos] compran los títulos universitarios igual que en el siglo XIX se compraban los títulos nobiliarios, para tenerlos, pero no porque realmente comporten un valor".
El PP contraataca
Por su lado, el PP ha aprovechado los casos surgidos en otros partidos para defender a Cifuentes y su control de la Comunidad de Madrid, de cara a un 2019 en el que España celebrará elecciones municipales, regionales y europeas.
Javier Maroto, miembro de la directiva nacional, pidió este lunes a Ciudadanos y a los socialistas que "den ejemplo" y pongan "de patitas en la calle" a Toni Cantó y a José Manuel Franco.
"Hoy está muy en boga aquello que recoge el refranero español: consejos vendo que para mí no tengo. Me parece que cada nuevo caso que vamos conociendo, y van unos cuantos, es peor", declaró el viernes Rajoy, que de momento no ha dejado caer a Cifuentes.
"Yo tengo el apoyo de mi partido y de mi presidente, por supuesto", remachó la interesada este martes.