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Estados Unidos y China miran juntos a la Luna

Las agencias espaciales estadounidense y china se coordinan para explorar la Luna, confirmó la NASA, que debe operar en un marco legal muy angosto impuesto por el Congreso, receloso de la transferencia de tecnología a China.

18 de enero de 2019
La Luna vuelve a estar en el foco de las superpotencias mundiales. Foto: Archivo Semana.

El responsable de actividades científicas de la NASA, Thomas Zurbuchen, tuiteó este viernes que la agencia estadounidense había "conversado con China" para realizar observaciones por satélite del alunizaje de la sonda china Chang‘e 4 en la cara oscura de la Luna el 3 de enero. 

En este sentido se expresó el lunes el jefe adjunto del programa chino de exploración lunar, Wu Yanhua, que en una conferencia de prensa aseguró que China había dado a la NASA la latitud, la longitud y el horario previsto del alunizaje de la sonda, para que pudiera observar este acontecimiento histórico con su satélite Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO). 

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La NASA, por su parte, proporcionó la órbita prevista del LRO. Finalmente, el satélite no pudo estar en el lugar adecuado en el momento justo. 

La agencia estadounidense informó en un comunicado que estaba interesada en observar la nube de polvo que provocó el impacto del alunizaje con un instrumento ensamblado en el satélite. 

"Por diferentes razones, la NASA no ha sido capaz de ajustar la órbita del LRO para que estuviera en una posición óptima para observar el aterrizaje, pero la NASA está todavía interesada por la posibilidad de detectar la nube mucho tiempo después del aterrizaje", indicó la agencia. 

Este tipo de observaciones son útiles para futuras misiones estadounidenses, ya que Washington quiere volver a enviar sondas y, en última instancia, astronautas a la Luna. Incluso la NASA tiene planes para montar una estación en la órbita lunar de aquí a 2026.

El satélite estadounidense fotografiará la sonda Chang‘e 4 el 31 de enero, anunció la NASA, cuando pase por encima, como ya hiciera con la Chang‘e 3 en 2013.

"La NASA y la CNSA (la agencia espacial china) acordaron que cualquier descubrimiento significativo resultado de esta coordinación debe hacerse público a la comunidad científica mundial" en una conferencia del comité de la ONU para el uso pacífico del espacio extratmosférico que se celebra en Viena del 11 al 22 de febrero. 

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Vuelta de Estados Unidos a la Luna 

La legislación estadounidense prohíbe, desde 2011, cualquier cooperación espacial con China que conlleve "una transferencia de tecnología, datos o cualquier información que tenga implicaciones en la economía o en la seguridad nacional".

Bajo esta ley, China no participa en la Estación Espacial Internacional. 

Aunque existen dos excepciones, pero la NASA tiene que presentar al Congreso y al FBI la certificación de que no implica ninguno de los riesgos anteriores.

La NASA indicó que la cooperación se realizó de acuerdo con "las directivas de la administración y del Congreso" y fue "transparente, recíproca y beneficiosa mutuamente". 

La cooperación, sin embargo, podría ir más lejos, reveló el ideólogo principal del programa lunar chino, Wu Weiren, que aseguró que Estado Unidos pidió "hace unos años" que China extendiera de tres a cinco años la operación del satélite Queqiao, lanzado en mayo de 2018.

"Nos dijeron un poco avergonzados que también querían aterrizar en el lado oscuro de la Luna, y que si lo dejábamos más tiempo, ellos también lo podrían usar", dijo Wu el domingo en una entrevista a la cadena pública china de televisión, CCTV.

El satélite Queqiao permite a los aparatos que están en la cara oscura de la Luna comunicarse con la Tierra. 

Estados Unidos había planteado también la idea de colocar una baliza en el Chang‘e 4 para ayudarlos en un futuro alunizaje. "Les dije que el Chang‘e 4 podría usarse como faro para ellos", dijo Wu. 

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Para cualquier cooperación más ambiciosa, como por ejemplo la base internacional planteada por China a largo plazo, "las restricciones estadounidenses serán una barrera mucho más difícil de superar", advirtió Henry Hertzfeld, director de Space Policy Institute de la Universidad George Washington. 

El Congreso estadounidense tiene toda la libertad de modificar los pocos párrafos de esta ley, aprobada como represalia a una serie de ciberataques atribuidos a China.   

* Con información de AFP. 

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