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MUNDO

El plan de Obama para cerrar Guantánamo

En el documento que el Pentágono enviará al Congreso, se contemplan 13 localizaciones en suelo estadounidense donde los detenidos podrían ser trasladados.

23 de febrero de 2016

El plan del presidente de EE. UU., Barack Obama, para cerrar la cárcel de Guantánamo ahorrará 335 millones de dólares en 10 años y 1.700 millones a lo largo de 20 años, indicó hoy el portavoz del Pentágono, Peter Cook.

"Implementar este plan mejorará nuestra seguridad nacional al negar a los terroristas un poderoso símbolo de propaganda, fortalecerá nuestras relaciones con aliados clave y socios contra el terrorismo y reducirá nuestros costes", destacó Cook en un comunicado.

El portavoz detalló que el plan se centra en la transferencia de presos al extranjero y en la evaluación a través de un órgano especial de aquellos que, por su peligrosidad, no pueden ser trasladados a otros países y deben permanecer bajo custodia de las autoridades estadounidenses.

Según adelantaron altos funcionarios del Gobierno bajo anonimato, el plan para cerrar la cárcel de Guantánamo que el Pentágono enviará hoy al Congreso, contempla transferir a entre 30 y 60 presos a 13 localizaciones diferentes en territorio nacional, sin recomendar ninguna en particular.

El Pentágono detalló que mantener la prisión de Guantánamo abierta es entre 65 y 85 millones de dólares más caro al año que internar a los presos en una cárcel en territorio estadounidense.

En ese sentido, el portavoz incide en que el coste de trasladar a los presos a territorio estadounidense o a otros países se vería compensado en entre tres y cinco años, debido a los menores costos que supone su internamiento en una cárcel de EE.UU. en vez de las instalaciones de la base naval de Guantánamo, en el sudeste de Cuba.

Cerrar Guantánamo podría generar, por lo menos, 335 millones de dólares de ahorros netos en 10 años y hasta 1.700 millones en 20 años, destacó el portavoz en su nota.

Obama presentó hoy desde la Casa Blanca el plan para cerrar la cárcel, una promesa que arrastra desde su primera campaña electoral en 2008.

Desde el principio de su mandato, esa promesa se ha topado con la oposición del Congreso, especialmente entre los republicanos, que rechazan la transferencia de los presos a cárceles dentro de EE. UU., por considerarlo ilegal.

La cárcel de Guantánamo llegó a albergar a unos 800 presos poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y actualmente en ella quedan 91.