VENEZUELA
Iván Simonovis, el prisionero rojo
Iván Simonovis, considerado uno de los presos políticos más importantes en Venezuela, publica el testimonio de su martirio tras nueve años de cárcel.
El comisario Iván Simonovis era un policía de acero. Hoy tiene una osteoporosis tan severa que puede fracturarse la columna si se agacha a amarrarse los zapatos, porque en seis años, solo vio el sol durante 13 días.
Para ese entonces, Simonovis era el secretario de Seguridad de la Alcaldía Metropolitana de Caracas. La Fiscalía lo acusó de ordenar por radio disparar contra los manifestantes y de dotar de armas adicionales a la Policía para perpetrar las ejecuciones.
Las dos funcionarias no son las únicas que salen mal paradas con las revelaciones de Simonovis. El ex vicepresidente José Vicente Rangel, quien curiosamente ahora está pidiendo amnistía para el prisionero político, pagaba a los abogados de un grupo de Víctimas del 11-A, que según Simonovis eran todas chavistas, para que lo acusaran de los crímenes. Dice que supieron que Rangel les pagaba a los abogados porque estos se quejaron de que les debía plata. Pero eso no es todo. “…contaba este abogado que había conocido a José Vicente Rangel porque habían sido ‘causas’ (presos por un mismo delito) en un robo de un banco”.
El juicio duró más de tres años, se practicaron 231 audiencias, declararon 196 testigos y 45 expertos, y se mostraron más de 20 videos (incluidos una película de acción de Kevin Costner y otra de una liposucción que dilataron el juicio) y 5.700 fotografías. “Pero los argumentos de la defensa nunca fueron tenidos en cuenta”, dijo a SEMANA el abogado que llevó el caso, José Luis Tamayo. Y añadió que la juez profirió una sentencia de 15 líneas, en la que terminó condenando a Simonovis no por las acciones por las que lo acusaban, porque no hubo pruebas ni existió nunca la orden radial, sino por no haber evitado las muertes.
La apelación ante la instancia máxima, el Tribunal Supremo de Justicia, fue declarada inadmisible en menos de una semana por el magistrado Eladio Aponte. “…de inmediato mandé elaborar el proyecto de sentencia, declarando ‘sin lugar’ por recurso manifiestamente infundado, esto sin siquiera haberlo leído, ya que era demasiado extenso, y la orden que me dio el presidente Chávez era ‘salir de eso de inmediato sin más tardanza’”, confesó desde el exilio Aponte el año pasado.
El caso ha sido presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, pero no ha pasado nada. Mientras tanto, Simonovis casi muere por la vesícula perforada, entre otras 19 patologías, como lo certificaron médicos del Hospital Militar. Su salud se fue deteriorando por las condiciones del calabozo, húmedo y oscuro, el mismo en donde también estuvo preso unos meses el líder opositor, Henrique Capriles.