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¿La guerra comercial de Trump generará el ocaso del dólar?

Algunos expertos opinan sobre la verdadera capacidad de otras divisas para competirle al dólar como moneda de referencia mundial, en momentos en que los países emergentes afrontan grandes retos que incluyen la volatilidad cambiaria.

3 de septiembre de 2018
| Foto: Agencia Anadolu

Las recientes decisiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles y sanciones económicas a China, Turquía, Canadá y la Unión Europea, han hecho tambalear la economía mundial en el último mes.

Tan solo el caso turco llenó las páginas de los medios del mundo. Ante la entrada en vigor de nuevos aranceles de EEUU a las importaciones de aluminio [20 por ciento] y acero [50 por ciento] desde Turquía, la lira turca experimentó a mediados de agosto una caída de casi 30 por ciento, lo que muchos analistas adjudicaron al déficit de cuenta corriente y al déficit de la balanza comercial [sus importaciones son mucho más altas que sus exportaciones].

Este lunes, el presidente tuco Recep Tayyip Erdogan asistió a la sexta Cumbre del Consejo Turco en Kirguistán y propuso “hacer negocios con nuestras propias monedas en lugar de dólares estadounidenses”, al ver la dependencia del comercio internacional respecto a este moneda.

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Aunque lo que sucede en países distantes como Turquía pareciera no tener efectos en Latinoamérica, la verdad es que las economías emergentes alrededor del mundo afrontan retos particulares en este momento. Las tasas de interés en EEUU se han elevado y ante una mayor percepción de riesgo por parte de los inversionistas, estos prefieren sacar su capital de los mercados emergentes.

La semana pasada se evidenció el efecto mariposa en Argentina. Su moneda cayó como no lo hacía desde el año 2002, pasando de 32 a 40 pesos por dólar. La subida en las tasas de interés por la alta inflación, el déficit fiscal y una alta deuda externa también son algunas de las razones para entender la depreciación del peso argentino.

Nueva moneda mundial

Esta no es la primera vez en la historia en que las economías están ante esta encrucijada. China lleva más de 10 años pidiendo que se reforme el sistema de reservas internacionales para crear una divisa que permanezca más estable en el tiempo y no dependa de un solo país. Sin embargo, esta no es una tarea fácil.

El dólar se convirtió en la moneda por excelencia en 1944 gracias al Acuerdo de Bretton Woods donde se establecieron las reglas del mercado trasnacional y se crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Ya en la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos reemplazó al Reino Unido como el mayor acreedor del globo, mientras la libra esterlina era golpeada por los embates de las guerras.

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Hoy, ninguna moneda tiene el mismo nivel de liquidez que el dólar ni un mercado de bonos de su tamaño. Incluso, por motivos políticos que superan a los económicos, muchas naciones desean continuar con el dólar como su divisa de referencia.

“El dólar está en el 86 por ciento de las transacciones diarias de divisas en el mundo, dos terceras partes de la reserva de los bancos están denominadas en dólares. Es decir, un 55 por ciento de sus activos y pasivos en moneda extranjera”, afirma Alex Sierra, politólogo e internacionalista, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Sudeste Asiático y Secretario General del Consejo Empresarial Colombo Checo.

No obstante, contra lo que en 2002 el periodista hongkonés Henry C.K. Liu denominó “la hegemonía del dólar estadounidense”, hoy más países están empezando a negociar con yuanes chinos.

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A mediados de agosto, Bangladés adoptó el yuan como moneda de reserva para actividades comerciales con China. Pakistán, por su parte, permitió desde enero el uso de esa moneda para importaciones, exportaciones y transacciones financieras, mientras que India, la tercera economía más grande de Asia, relajó las reglas de endeudamiento permitiendo a las empresas aumentar sus deudas en yuanes.

Septiembre también inició con la noticia de que Irán e Irak habían eliminado los dólares en sus transacciones comerciales. Según el presidente de la Cámara de Comercio irano-iraquí Yahya Al Eshaq, en declaraciones a la agencia iraní Mehr, las monedas nacionales y el euro reemplazarán al dólar estadounidense.

“Con las sanciones que está imponiendo Donald Trump se está creando una situación de desconfianza que se suma al rol de los países que tienen el rango de jugadores mundiales ‘World Class’, como por ejemplo China. Hasta hace 10 años, ese país tenía una situación que pocos podían imaginar y hoy tiene prácticamente la mitad de las reservas de dólares del mundo [USD 3.16 billones]”, afirma Giovanni Reyes, profesor titular e investigador en la Universidad del Rosario en Bogotá.

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“Esto, sumado a que China se está asociado con países como Rusia, India, Brasil y Sudáfrica en los BRICS, crea un escenario perfecto para una nueva moneda de referencia que podría ser el yuan. En la medida en que EEUU pierda su credibilidad, estará también afectando o posibilitando el surgimiento de una nueva moneda, inicialmente para Asia y el área de influencia de China”, prevé Reyes.

Un panorama análogo a esto es el que se dio en la cumbre del Instituto de Gestión Financiera y Macroeconomía de África Meridional y Oriental (Mefmi, por sus siglas en inglés), que se realizó entre el 29 y el 30 de mayo en Zimbabue, donde se formalizó la idea de cambiar la divisa estadounidense por yuanes. Esto es porque los países de esa región tienen en su mayoría prestamos con China y resultaría bastante conveniente para ambas partes.

Sin embargo, Nelson Vera, jefe de investigaciones macrofinancieras de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) de Colombia, afirma que para hablar de una expansión del yuan primero se deben liberalizar todas las cuentas financieras de China y limitar la sobre regulación que existe con topes en las tasas de interés.

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“Esto no es algo que se vea en el próximo quinquenio. Es normal que a medida que el PIB de China logre tamaños significativos con un input elevado de importaciones, se pueda permitir acelerar sus relaciones comerciales, pero no se puede olvidar que su cuenta de capitales es todavía cerrada y la convertibilidad del yuan no le va a dejar ser una moneda de reserva como es el dólar. Uno puede ver fácilmente esto en las participaciones que tienen las monedas en las reservas de los principales bancos centrales: más o menos el 80 o 90 por ciento consisten en dólares, euros y el activo refugio por excelencia en Asia, que es el yen japonés”.

Ante el hecho de que se creen nuevos bloques económicos que usen diversas monedas nacionales, Alex Sierra llega a una conclusión similar a la de Nelson Vera. “Las monedas en una eventual integración regional o bloque no podrían desacoplarse del actual modelo funcional del sistema capitalista, ya que la gran mayoría de sus operaciones y reservas son en dólares; por eso India, Rusia y China tendrían una gran transición, pero afectaría los mercados y los volvería volátiles. Además, los países emergentes y potencias económicas desarrolladas generan más del 75% del PIB mundial en dólares, el resto del porcentaje es en otras monedas”.

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Está por verse si el yuan u otras monedas locales pueden hacer tambalear el trono del dólar, mientras las economías emergentes continúan sacando la cabeza para no verse afectadas por la volatilidad y las decisiones frenéticas de Trump, en medio de una guerra de monedas sin precedentes.

*De Agencia Anadolu