De acuerdo en el qué, pero no el cómo. La oposición venezolana coincide en que el gobierno de Nicolás Maduro es un "régimen autoritario", "corrupto" e "incompetente". Pero en lo que a táctica se refiere, disienten.
Y ahora con la ola de protestas antigubernamentales a lo largo del país, que en parte responden a la estrategia de un sector de la oposición, los desacuerdos se han hecho más evidentes.
Para la oposición, la vía electoral ha sido durante años el camino para aspirar a un cambio, pero ya no: al gobierno de Maduro le quedan cinco años y las próximas elecciones, en un país acostumbrado a tener al menos unos comicios al año, son las parlamentarias de finales de 2015.
Desde que Maduro se encuentra en el poder, añadido a la cada vez más aguda crisis de inseguridad y económica que vive el país, la discusión ha sido una: salir o no salir a la calle.
Por un lado, Henrique Capriles, excandidato presidencial y hasta hace poco líder indiscutible, planteaba la vía del diálogo con el gobierno y la denuncia institucional.
Por el otro, el exalcalde de Chacao Leopoldo López y la diputada María Corina Machado hablaban de calle, de salir a manifestarse en contra de un gobierno que, según ellos, ha "destrozado a Venezuela".
Ahora, los opositores están en las calles, en manifestaciones que en seis días han dejado tres muertos y decenas de heridos y detenidos, después de que estudiantes convocaron a multitudinarias marchas para protestar por la detención de unos de sus compañeros hace dos semanas.
Y más allá de la diversidad dentro de la oposición, el gobierno asegura que su objetivo es gestar "un golpe de Estado en Venezuela".
Salir o no salir
A pesar de que dice apoyar las marchas, Capriles no ha sido la cara más visible de la oposición en esta etapa: la figura, esta vez, ha sido López, contra quien existe una orden de captura por su presunta responsabilidad en los actos violentos del miércoles.
Desde las elecciones en las que enfrentó a Maduro, después de las cuales la oposición denunció fraude, Capriles ha insistido en que salir a las calles no es la mejor forma de abordar la causa opositora.
En ese momento, abril de 2013, el excandidato prefirió denunciar el presunto fraude ante los tribunales locales e internacionales, lo que no tuvo efectos y para muchos lo perjudicó políticamente porque su gente estaba esperando que llamara a la protesta.
En diciembre del año pasado, la oposición planteó unas elecciones municipales como un plebiscito contra el gobierno. Al no obtener mayoría en los resultados, algunos pensaron que salió desgastada y, según los mismos líderes opositores, en la necesidad de reoganizarse.
Desde diciembre, Capriles ha abordado una agenda de diálogo con el gobierno para fijar objetivos comunes, sobre todo en el tema de la inseguridad, que deja más de 20 mil muertos al año.
"Frente a la inseguridad, frente a la violencia, yo converso con el que sea y estoy dispuesto a trabajar con quien sea", manifestó Capriles en enero para justificar su asistencia a una reunión en el palacio presidencial de Miraflores en la que se dejó tomar una foto estrechando la mano de Maduro.
Y como actual gobernador de Miranda, Capriles ha firmado acuerdos con el ministerio central del Interior -donde marchará López el martes- para realizar operaciones concretas contra la inseguridad.
Pero ahora, en un momento en que la economía venezolana está en su peor estado en al menos una década, el discurso más radical de Machado y López, que no comparten esa estrategia del diálogo porque no confían en el gobierno, parece haberse fortalecido.
"Falta de foco"
El domingo, Capriles dio una rueda de prensa acerca de las manifestaciones, sobre las cuales se había mantenido discreto.
De hecho, el día de la marcha más grande, el miércoles, asistió tímidamente en el sector de Plaza Venezuela, pero se abstuvo de ir al frente de la Fiscalía, lugar donde se presentaron los disturbios y al que López sí asistió.
Sus declaraciones eran esperadas.
"Una cosa es protestar por los problemas de los venezolanos y otra decirle a la gente 'salga a la calle a ver qué pasa' (...) Si no nos proponemos objetivos claros le vamos a producir más frustración a la gente", aseguró Capriles.
Muchos, en ese sentido, han criticado que dentro de las marchas no hay un mensaje o causa común por la que se sale a la calle.
Incluso la movilización de los estudiantes, según algunos, no es homogénea: "Lo ves en las consignas; unos dicen que marchan por inseguridad y otros hablan de seguir en la calle hasta que renuncie Maduro", dice Anabella Abadi, analista política del grupo consultor ODH.
Y eso, continúa, "se extrapola a la sociedad opositora: algunos quieren que el gobierno trabaje y otros quieren que renuncien; unos quieren salida constitucional y otros quieren que los militares salgan".
Por su parte, el activista opositor Julio Jiménez Gédler, que se ha hecho famoso en estos días por sus videos críticos de la oposición, le dijo a BBC Mundo: "La dirigencia opositora está planteando la salida a la calle como si fuera una campaña política electoral, en lugar de plantear una lucha de calle con un método y una organización.
¿Unidad plural?
El mensaje de Capriles el domingo, sin embargo, no solo implicaba que hay falta de foco, sino que se puede trabajar, precisamente, en la creación de objetivos concretos.
"Si usted no conecta allí (con la agenda de problemas reales), aquí no hay cambio", dijo. "Enfoquémonos, es lo que estoy pidiendo".
Horas después del mensaje de Capriles, López reapareció en el lugar donde se refugia para evitar ser arrestado y convocó a una nueva marcha en la que pretende entregar diversas peticiones, de varios temas, al ministro del Interior.
La marcha, en efecto, no tiene una consigna definida.
Pero a largo plazo, los líderes de ambos lados creen que pueden solucionar el disenso de un organismo plural.
"Hay un propósito común", le dijo Machado a BBC Mundo. "Pero hay algunos que piensan que ahora no es el mejor momento para incorporar esta manifestación política con tanto vigor".
"El que busca las fisuras es el gobierno", dijo, "que no reconoce que la diversidad de posiciones es nuestra mayor fortaleza".
Por su parte, el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, otra figura importante en ese sector de la oposición, le dijo a BBC Mundo: "Nosotros no planteamos una unidad monolítica; cuando hay diversidad, hay puntos de vista y yo tengo que respetar los puntos de vista de cada quien".
Los opositores, pues, tienen causas e intenciones comunes. La pregunta es cuándo se van a poner de acuerdo en el cómo.