ARGENTINA

Videla, Borges y Sábato, un polémico almuerzo

Tras la muerte del dictador, han salido a relucir polémicos encuentros y amistades con argentinos ilustres.

23 de mayo de 2013
De izquierda a derecha: Horacio Ratti, Jorge Rafael Videla, Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, el padre Leonardo Castellani y el general José Villareal. | Foto: Archivo particular

Hace unos cuantos días, el 17 de mayo, murió Jorge Rafael Videla militar argentino, autor del golpe de estado de 1976 que estableció una de las dictaduras mas atroces de la historia argentina. Durante su gobierno de facto fueron desaparecidos alrededor 30.000 personas entre las que se encontraban obreros, estudiantes e intelectuales opositores.

Desde el momento de la muerte de Videla, columnistas, activistas e intelectuales han traído a colación los diabólicos actos llevados a cabo en su gobierno como los vuelos de la muerte, los asesinatos selectivos y el secuestro de niños hijos de las mujeres retenidas y desaparecidas por las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, todavía son poco difundidas las anécdotas que tiene que ver con la complicidad o la indiferencia de grandes personalidades frente a la dictadura militar de Videla. Recientemente, con ocasión de la elección del papa Francisco, algunos intelectuales argentinos recordaron que él, cuando era arzobispo de Buenos Aires, no condenó las acciones de Videla. Acusaciones desmentidas por el Papa.

Otros personajes públicos que han recibido la crítica de un sector de argentina por su indiferencia ante los crímenes de Videla, fueron el técnico de la selección argentina Menotti y su capitán Daniel Pasarela, quienes recibieron de las manos de Videla la Copa Mundial de Futbol de 1978. Parecía que ser campeones mundiales era mucho mas importante que denunciar las atrocidades de la dictadura.

Ni Jorge Luis Borges ni Ernesto Sábato, dos de los grandes íconos de la literatura argentina, se han salvado de las acusaciones de ser complacientes con la dictadura de Videla. La acusación provine de un almuerzo celebrado en la Casa Rosada el 19 de mayo de 1976 (tan solo dos meses después del golpe) y en el que participaron Videla, el general y secretario de la Presidencia, José Villarreal, los escritores, Borges, Sábato, Horacio Esteban Ratti y el sacerdote Leonardo Castellani; y de las posteriores declaraciones que ambos escritores dieron sobre la reunión y Videla.

En el libro Disposición final, Videla recuerda que en la antesala del almuerzo, Borges lo saludó “¡Ave, César, vencedor de los peronistas!”. Muchos no creen que el escritor haya saludado de esa forma a Videla. Sin embargo cabe recordar que Borges era un profundo antiperonista. Hecho que puede darle un cierto grado de veracidad a la anécdota.

De los detalles de la reunión muy poco se sabe. Años después personas cercanas a Sábato han afirmado que en el almuerzo se expreso la preocupación por la desaparición de varios escritores. Incluso afirman que el mismo Sábato entrego una lista de desaparecidos. Sin embargo Videla negó que la reunión se hubiera hablado de los desparecidos y que la única referencia al tema fue hecha por el sacerdote Castellani, quien en privado intercedió por el escritor detenido Haroldo Conti (que aun continúa desaparecido). Esta versión fue corroborada por Castellani.

Luego del almuerzo, que duró dos horas, los escritores, en declaraciones a los periodistas, se dedicaron a elogiar a Videla. Sábato dijo : "El general me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresiono la amplitud de criterio y la cultura del presidente". Borges declaró: “Es todo un caballero”.

El encuentro entre Videla y ambos escritores podría haber quedado en una simple anécdota. Sin embargo en el transcurso de la dictadura sucedieron varios hechos que hicieron pensar la cercanía que tenían Sábato y Borges con el régimen de facto . Los dos autores nunca fueron perseguidos por el régimen antes bien fueron mostrados como ejemplo de la cultura argentina.

Por su parte Sábato, en 1978, justificó el golpe de estado al decir: "La inmensa mayoría de los argentinos rogaba casi por favor que las Fuerzas Armadas tomaran el poder. Todos nosotros deseábamos que se terminara ese vergonzoso gobierno de mafiosos". En incluso aseveró que las situación en el país estaba mejorando para bien.

Las sospechas de las simpatías de Borges hacia la dictadura se acrecentaron cuando en septiembre de septiembre de 1976 realizó un viaje a Chile a recibir el Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Chile. A su llegado fue recibido por Pinochet. Del controvertido encuentro hay una foto donde ambos se dan la mano. Según muchos críticos literarios la polémica foto fue la que le costó el Nóbel a Borges.

Según Juan Pablo Feinmann, escritor y filósofo argentino, el encuentro de ambos personajes no solo se limitó a un simple saludo protocolario. En su estadía Borges defendió las dictaduras chilena y argentina al decir: "agradezco a Chile haberle mostrado a la Argentina cómo se lucha contra el comunismo, porque elijo la blanca espada antes que la furtiva dinamita"

Con el pasar de los años ambos escritores se tomaron distancia y comenzaron a criticar la dictadura. Borges por su parte, se acercó al movimiento de las Madres de la Plaza de Mayo y publicó en 1980 una 'Solicitada por los desaparecidos' en el diario El Clarín. Por su parte Sábato, fue llamado en 1983 por el presidente elegido democráticamente, Raúl Alfonsín, para presidir la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Al año siguiente Sábato entregó las conclusiones del informe en donde fueron documentados 8960 desapariciones y la existencia de 340 centros de detención y tortura.

Seguidores y tractores de Borges y Sábato, echan mano de estas anécdotas ocurridas en la dictadura de Videla ya sea para comprobar la complicidad de ambos escritores con el régimen o para demostrar su oposición ante las atrocidades que ocurrían en argentina. Independientemente de quien tenga razón, todos estos hechos muestran las vicisitudes que atraviesan las escritores cuando se inmiscuyen en política.