INFRAESTRUCTURA
El Dorado, moderno, pero insuficiente
La ampliación del aeropuerto de Bogotá aumenta su capacidad operativa y mejora su nivel de servicio. No obstante, ante la creciente demanda de pasajeros es de vital importancia impulsar El Dorado 2.
Apesar del crecimiento del aeropuerto El Dorado en los últimos años y las ampliaciones recién inauguradas, es claro que pronto se quedará pequeño para atender la creciente demanda de pasajeros que está teniendo el país. Al terminar este año, Colombia habrá movilizado alrededor de 66 millones de pasajeros, de los cuales 32 millones transitaron por el aeropuerto de Bogotá. Hace 10 años, por la capital se movilizaban 12 millones, lo que significa que en una década casi que se ha triplicado el tráfico aéreo.
En efecto, solo entre 2016 y 2017 el crecimiento fue de un millón de pasajeros, es decir, cerca del 4 por ciento. A este ritmo, el aeropuerto con todo y sus ampliaciones –que servirán para atender alrededor de 40 millones de viajeros– se quedaría corto en unos 6 años. O incluso mucho antes si el crecimiento del país y la demanda de pasajeros recuperan los niveles de dos dígitos que traían hace algunos años.
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Por otro lado, ante el aumento de número de operaciones por año se aproxima la saturación de las pistas. En 2016 el aeropuerto realizó 331.000, y un terminal con las restricciones de El Dorado (los cerros de Bogotá) y dos pistas se satura con cerca de 400.000 operaciones año. El gobierno tiene clara esta situación y por eso está proyectando desde hace algún tiempo construir un nuevo aeropuerto en la sabana, el llamado El Dorado 2, para satisfacer la demanda después de 2023 cuando el actual se quedaría pequeño.
Según la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), los estudios, diseños y estructuración de la concesión, incluyendo el modelo financiero del proyecto, estarían listos en marzo del próximo año. Hay que recordar que esa gestión fue contratada a comienzos de 2017 con el consorcio conformado por la empresa británica Mott MacDonald, la española Aertec Solutions y la colombiana C&M Consultores. Las dos firmas internacionales tienen una gran experiencia en la planificación y diseño de aeropuertos a nivel mundial.
El Dorado 2 estaría ubicado en los municipios vecinos de Madrid y Facatativá, en predios que ya estarían identificados. Según el ministro de Transporte, Germán Cardona, la primera fase, consistente en una pista y un terminal, comenzaría a operar hacia 2023, con capacidad para atender cerca de 6 millones de pasajeros. Requeriría una inversión estimada en alrededor de los 3,5 billones de pesos.
El gobierno estaría evaluando la opción de construir una tercera pista en el sector nordeste del aeropuerto actual, para, junto con un terminal, ampliar sustancialmente su capacidad de operación con posibilidades de aumentarla aún más.
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Durante el acto de entrega de las obras de ampliación del aeropuerto la semana pasada, el presidente de la república, Juan Manuel Santos, señaló que hay que seguir pensando tanto en nuevas extensiones y en la opción de construir una tercera pista como en el nuevo aeropuerto. Sin embargo, es claro que el siguiente presidente deberá decidir si abre el proceso licitatorio. “Eso ya le tocará al próximo gobierno, pero lo importante es tener las dos opciones para escoger la mejor. Yo me imagino que no son excluyentes, viene una primero y como vamos a seguir creciendo vendrá la segunda más tarde”, afirmó Santos.
Para las compañías aéreas pensar en el segundo aeropuerto será inevitable. Por esto, es necesario seguir estructurando la mejor forma de construirlo, operarlo y conectarlo. En este sentido, resulta muy importante la reciente aprobación de los recursos para el proyecto RegioTram o tren ligero que conectará a los municipios de la sabana occidental con Bogotá, pues permitiría comunicar la nueva terminal con el actual aeropuerto e integrar la región capital.
El Dorado 2 abre toda clase de debates y algunas preocupaciones. Por ejemplo, surgió la idea de que las aerolíneas de bajo costo trasladaran su operación a ese terminal. Para algunos esto podría resultar discriminatorio y afectar su competitividad. Por esto, afirman que eso solo es factible si se reducen las tasas aeroportuarias y se conectan los aeropuertos.
Al respecto, la ANI afirma que la operación estimada para el nuevo aeropuerto se encuentra en estudio y que ha realizado reuniones con los diferentes actores para determinar la mejor opción. Lo ideal sería que el actual Dorado cuente con una tercera pista y que los aviones militares y privados se trasladen a El Dorado 2, lo cual aumentaría considerablemente la capacidad y conservaría la ventaja competitiva de la capital.
Lo cierto es que en un país que está pensando en hacer del turismo una de sus fuentes de crecimiento y atraer cada vez más viajeros, resulta fundamental la conectividad aérea. Además, la capital de la república viene consolidándose como uno de los principales destinos para grandes eventos y convenciones globales. Así las cosas, El Dorado debe evolucionar constantemente, pues la reciente ampliación aumentó su capacidad para atender la demanda de pasajeros solo por un par de años más.
Lo que trae la ampliación
Más de 100.000 usuarios circulan a diario por el terminal. Ellos y cerca de 25.000 trabajadores hacen de El Dorado una ciudad del tamaño de Chía.
Con la nueva área de 48.000 metros cuadrados, prácticamente el total que tenía hace 10 años, la ampliación de los muelles nacional e internacional y los 6 nuevos puntos de contacto para estacionamiento y abordaje de las aeronaves, el aeropuerto tiene capacidad para conectar a cerca de 40 millones de pasajeros con 47 destinos nacionales y 49 internacionales.
“La transformación es impresionante. El antiguo terminal demolido contaba con un área de 55.000 metros cuadrados y había 80.000 metros cuadrados de plataforma de parqueo. Hoy es 300 por ciento mayor”, afirmó Germán Cardona, ministro de Transporte.
Las ampliaciones han llevado a El Dorado a 223.700 metros cuadrados, 6 salas vip, 90 posiciones de contacto para aeronaves de pasajeros, 28 aerolíneas internacionales, la capacidad para movilizar 8.200 maletas por hora, más de 700.000 toneladas de carga por año. La ampliación realizada por Odinsa, por medio de su concesionario Opain, contó con una inversión de más de 420.000 millones de pesos.
Dado que uno de los fines es mejorar los niveles de servicio y la experiencia de los viajeros, más de la mitad de la ampliación –alrededor de 25.000 metros cuadrados– es para nuevas áreas comerciales. Por esto, entrarán más de 30 marcas comerciales, desde reconocidos sitios nacionales hasta famosos chefs internacionales. Sin duda, el aeropuerto es uno de los sitios más apetecidos para los negocios. Con los más de 100.000 usuarios que circulan a diario y los cerca de 25.000 trabajadores de la comunidad aeroportuaria, El Dorado es una ciudad del tamaño de Chía, Zipaquirá, Jamundí, Rionegro, Yopal o Quibdó, con una población con alto poder adquisitivo. El Juan Valdez ubicado en el aeropuerto hace las mayores ventas del país.
Ahora bien, aunque el sector celebra la ampliación de El Dorado, algunos expertos sostienen que quedaron tareas pendientes en materia de filtros de seguridad, procesos migratorios y bandas de equipaje. Esto podría generar cuellos de botella muy pronto. Si no se dan avances en estos tres temas, sería como ensanchar la sala de la casa y no modernizar la cocina o los baños. En otras palabras, más espacio para invitados, pero limitaciones para atenderlos.